Apuntes Personales y de Derecho de las Universidades Bernardo O Higgins y Santo Tomas.


1).-APUNTES SOBRE NUMISMÁTICA.

2).- ORDEN DEL TOISÓN DE ORO.

3).-LA ORATORIA.

4).-APUNTES DE DERECHO POLÍTICO.

5).-HERÁLDICA.

6).-LA VEXILOLOGÍA.

7).-EDUCACIÓN SUPERIOR.

8).-DEMÁS MATERIAS DE DERECHO.

9).-MISCELÁNEO


miércoles, 1 de enero de 2014

98.-La oratoria política (I).-a


  Esteban Aguilar Orellana ; Giovani Barbatos Epple.; Ismael Barrenechea Samaniego ; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; -Rafael Díaz del Río Martí ; Alfredo Francisco Eloy Barra ; Rodrigo Farias Picon; -Franco González Fortunatti ; Patricio Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda; Jaime Jamet Rojas ; Gustavo Morales Guajardo ; Francisco Moreno Gallardo ; Boris Ormeño Rojas; José Oyarzún Villa ; Rodrigo Palacios Marambio; Demetrio Protopsaltis Palma ; Cristian Quezada Moreno ; Edison Reyes Aramburu ; Rodrigo Rivera Hernández; Jorge Rojas Bustos ; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba ; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala ; Marcelo Yañez Garin; Katherine Alejandra Del Carmen  Lafoy Guzmán

Definición

  
El Orador (“L'Arringatore”), estatua de bronce, c. 150 aC ; en el 
Museo Arqueológico Nacional de Florencia.

 La  oratoria 

Del lat. oratorius; la forma f., del lat. oratoria.

1. adj. Perteneciente o relativo a la oratoria, a la elocuencia o al orador.

2. f. Arte de hablar con elocuencia.

3. f. Género literario que se concreta en distintas formas, como el discurso, la disertación, la conferencia, el sermón, etc.

La elocuencia

La elocuencia (del latín eloquentia) es la capacidad de expresarse en público de forma elegante y persuasiva. Es además la aptitud de manifestar emociones y provocar en el oyente convicción, mediante la lengua hablada o escrita, de manera formal y apropiada para su comprensión.


Simbología


Se representaba a veces la elocuencia con una hermosa ninfa adornada con guirnaldas y coronada de perlas, teniendo un cetro en la mano y en la otra un libro abierto sobre el cual hay un reloj de arena. Otras veces se figura con una respetuosa matrona. La diadema que le ciñe la frente indica su dominio sobre los espíritus. El rayo y las flores que algunos ponen en una de sus manos demuestran la fuerza de la razón y el encanto de la misma que emplea con igual suceso. El caduceo, símbolo de la persuasión, yace a sus pies. Una columna rostral da la idea de la tribuna de las arengas en la cual se ven escritos los nombres de Demóstenes y de Cicerón. Algunas veces está armada de pies a cabeza como Atenea, y con uno de sus brazos arremangado hasta el codo arroja piedras, emblema de una elocuencia austera y rápida.
La elocuencia poética se expresa con el símbolo de Orfeo cuyos sonidos armoniosos traen y encadenan a sus pies a los animales más feroces. Cada género de poesía tiene una elocuencia que le es propia.



  LA ORATORIA, UN ARTE 



Todos somos oradores, la única diferencia es el desarrollo que le damos a nuestra capacidad de poder comunicarnos con los demás.  Convertirte en un artesano del verbo y poder utilizar la oratoria para convencer a los demás de seguir un camino de rectitud y de bien, es una disciplina  que te regala hermosas satisfacciones. 

Siempre se ha discutido si la  oratoria, era en la Grecia antigua, un arte, menor o un arte mayor- ya explicare mas adelante lo que esto significaba en la cuna de la cultura occidental- de que si un orador nace o se hace, de que si la oratoria en un arte o es una ciencia, o de que si hay oratoria ética o poco ética y muchos adjetivos más. Lo que si te puedo decir amigo lector es que la palabra es poderosa más que cualquier arma nuclear, ya Marco Tulio Cicerón el gran tribuno Romano  nos advertía de los peligroso que han sido algunos oradores de la historia de la humanidad que utilizando la palabra  han movilizando muchedumbres apelando a una causa insana y llevándolos a rutas de destrucción y caos. 

En su libro “Mi Lucha” Adolfo Hitler dedico un capitulo al que llamo “la importancia de la oratoria “donde afirmaba que  “las muchedumbres eran como las mujeres había que dominarlas,”  

 Sin embargo existió una época en que la oratoria fue considerada un arte menor, en la Grecia antigua llamaban arte mayor a las Artes Liberales que estaban divididas en 1- Gramática que estudiaba el lenguaje  2- Dialéctica que se basaba en el estudio de la razón  3- Retórica que estudiaba las figuras 4- Aritmética que estudiaba los números  5- Geometría que estudiaba los ángulos  6- Astronomía que estudiaba los astros  – 7 Música que estudiaba los tonos. 

Todo el conocimiento humano se sintetizaba en estas Artes Liberales llamadas mayores ya que ofrecían conocimientos generales y destrezas intelectuales a diferencia de las Artes menores que consistían en tener destrezas profesionales u ocupacionales llamadas Artes Manuales o menores. 

Existían en aquella época unos profesionales que se llamaban logógrafos que se dedicaban a redactar discursos para los tribunales, por lo que para muchos la oratoria caía en esa categoría de especialización, pero basta hacer una simple reflexión para darnos cuenta que en la siete Artes liberales mayores encontramos tres de ellas con un vinculo mágico y directo con la oratoria: la gramática, la dialéctica y la retórica. 

Es entonces la oratoria un arte mayor que expresa la grandeza de la creación en varios sentidos. 
Primero porque en el mismo Libro Sagrado que es la Biblia en el Nuevo Testamento el Apóstol Juan en su primer capitulo  afirma “En el principio era el Verbo y el Verbo era con Dios y el verbo era Dios.” 
Imaginarte lo trascendente de dicho capítulo que encarna la magnitud del verbo y si nos vamos al Génesis  la Biblia señala y Dios “dijo “hágase la luz y se hizo la luz, en la creación misma la palabra es un referente de acto creativo.  

Por eso mi afirmativa inicial de que todos somos oradores porque en la oratoria no hay principios exactos que nos señalen un solo camino sino múltiples rutas de vuelo que nos hablan de la grandeza del arte y del hombre. 

Es por eso que podemos afirmar como lo hace Sanchez Salor  que “no hay estilo oratorio perfecto; no es perfecto, por si solo y en todo momento , el estilo elevado; ni el estilo medio ; ni tampoco el tenue ni el bajo; el estilo perfecto es el que responde al principio del “decorum”, de lo conveniente en cada momento , en cada circunstancia , y a cada persona o personas; el estilo perfecto es pues aquel que se adapta a lo conveniente en cada ocasión.” 







Fotografías llamadas ""Adolf Hitler ensaya gestos supuestamente espontáneos mientras se escucha una grabación de uno de sus discursos anteriores""

El líder alemán Adolf Hitler, ensaya gestos destinados a parecer espontáneos mientras se escucha una grabación de uno de sus discursos. En 1927, cuando Heinrich Hoffman tomó estas fotos, Adolf Hitler cultivó cuidadosamente su imagen publica como líder del partido nacionalsocialista de Alemania. 
El Heinrich Hoffman (Fürth, 12 de septiembre de 1885 – Múnich, 11 de diciembre de 1957), fue un buen amigo de Hitler y su fotógrafo exclusivo, tituló las imágenes: "Adolf Hitler ensaya gestos supuestamente espontáneos mientras se escucha una grabación de uno de sus discursos anteriores" Las fotos podían acabar con el mito de las habilidades naturales para la oratoria de Hitler por lo que ordenó a su fotógrafo  que las destruyera,  pero  no lo hizo y fueron publicados en las memorias personales de Hoffmann "Hitler fue mi amigo" (1955). 

El orador innato.

 Jesús Suevos 


El orador  Jesús Suevos (Jesús Suevos Fernández-Jove  nacido en Ferrol, La Coruña, 12 de diciembre de 1907, y fallecido en Madrid, 19 de mayo de 2001, fue un político y periodista español.) dijo que para se orador había que hablar, constantemente, y a todas horas y que luego era  cuestión de subir al estrado y zás.

 León Degrelle.


Lo mismo me dijo el político y orador belga  León Degrelle.(Bouillon, Bélgica; 15 de junio de 1906 – Málaga, España; 31 de marzo de 1994)  Según él basto con empezar a hablar y seguir durante el rato que  convenga.  
Indudablemente parece este el mismo procedimiento de Blas  Piñar,  (Toledo, 22 de noviembre de 1918 - Madrid, 28 de enero de 2014), mientras que Hitler, por lo que he leído, dictaba a sus  secretarias los discurso el día anterior a la fecha en cuestión, y tal  como se lo escribían directamente a máquina, los leía en las sesiones  del Reichstag.
 Sus colaboradores decían que esos discurso estaban  llenos de alusiones a temas había tratado con ellos durante la semana  anterior, es decir, lo que me había indicado Jesús Suevos.  
Además el 80  por ciento de los discursos de Adolf Hitler eran improvisados. Dictaba  lo que había de dar en el Reichstag y que podían tener trascendencia  política internacional, una vez ya en el poder.

Estos grandes oradores  de la historia, por lo que se ve, no precisan preparación  alguna, ocasionalmente Hitler llevaba durante sus campañas electorales, un papel en la mano con algunas anotaciones, pero en todo caso creo que  para aquellos que no somos superdotados, es precisa una preparación.

LA PREPARACIÓN DE UN DISCURSO.

Lo primero es elegir el tema general.  Se puede elegir un máximo de  cuatro o cinco temas bastante diferentes entre sí.  Un discurso de una  hora no da para más.

 Imaginemos que el tema elegido para el mitin es  "LA DEMOCRACIA".  Lo dividimos en cuatro temas, que podrían se IGUALDAD, LIBERTAD, FRATERNIDAD, PAZ.

Esos temas lo podemos subdividir en otro sub temas, IGUALDAD: de sexos, de razas, de creencias, etc.  LIBERTAD, de residencia, de trabajo, de  pensamiento.  FRATERNIDAD, entre los pueblos, entre las razas, entre las  ideologías.  PAZ, entre las naciones, los bloques, etc.  Dentro de cada  subapartado podemos poner indicaciones marginales.

 En la página  siguiente voy a indicar en forma de esquema una forma de presentarlo. En ese papel inicial en que indicamos los temas, podemos hacer cuantas  anotaciones queramos, pero lo que no hacerse es a última hora, hacerlo  de nuevo, en limpio, porque mientras hablemos no nos acordaremos  absolutamente de nada.
 Si conservamos el papel original, la memoria  fotográfica, recuerda los tonos diferentes de las anotaciones en los  lados, etc.  Hacerlo de nuevo obliga a llevarlo en la mano y consultarlo  periódicamente.
Hay que tener presente que pese a los mejores deseos, nos olvidaremos de  cosas importantes y que, aún teniendo el papel en las manos, no  encontraremos momento para mirarlo, pues esas décimas de segundo  necesarias parecen siglos cuando todo el mundo está exclusivamente  pendiente de uno. Igualmente hay que tener en cuanta que si preparamos  un discurso de una hora, la duración real en el mitin será como máximo   de la mitad.
No hace falta decir que con el tiempo y la experiencia todas estas    dificultades van siendo vencidas, pero los que han dado alguna  conferencia o discurso, saben que eso pasa exactamente así.

El esquema de un discurso, según lo indicado antes podría ser:

IGUALDAD
sexos, En el trabajo, En la familia, En la política.  etc.

 LIBERTAD
de residencia, de marchar al extranjero, de marchar a otra provincia, de cambiar de domicilio, de trabajo, etc.

Y así sucesivamente.  Este esquema quedará memorizado rápidamente.  Lo aprendérselo de memoria, pues si surge algún inconveniente y debe uno  terminar antes de los previsto o extenderse más tiempo, le será  imposible.

COMO DAR UN DISCURSO


Hay algunos aspectos externos que tiene para mí indudable importancia.  Es fundamental no lee y, en la medida de lo posible, no llevar notas en  la mano.  Si queremos llevarlas las podemos dejar en un bolsillo por si  hemos de recurrir a ellas o, incluir alguna cita contextual larga y  aprovechar la ocasión para llevar anotaciones en dicha cita.
 Hemos de  llevar los bolsillos vacíos o hacer, como Degrelle -mencionado antes- ,  que lleva una americana solo para el mitin.  Si llevamos algo en los  bolsillos con el movimiento lógico del discurso puedo uno, entre la  calderrrilla y las llaves, parecerse a un trineo con sus peculiares  campanitas. hay que evitar balancearse.
 Esto es tanto más importante cuando detrás  del orador hay algún símbolo muy contrastado, -blanco sobre rojo, por  por  ejemplo-, que va emergiendo por la derecha y la izquierda de la cabeza  del orador.  Tampoco conviene mucho de un lado al otro.  Hay que  disponer de un estrado sin nadie ni nada. 
Tampoco conviene mucho de un lado al otro.  Hay que  disponer de un estrado sin nadie ni nada.  Creo que nunca lo he  conseguido pero insisto en ello.  Sobre el estrado, sin arreglatorio, ni  botella, ni mesa barroca, etc. debe estar únicamente el orador, sin nada  en las manos, y empezar a hablar como lo estaría haciendo en su casa. Equivocarse, tartamudear, confundirse, etc., no tiene mayor  importancia.
Al contrario, da la sensación de una conversación normal, siempre que uno no se vea nervioso o confundido.  Si nos equivocamos no  hemos de preocupar, pues la mayoría de gente apenas se da cuenta.
 No  hemos de cometer el error de decir "mocasines" en lugar de "adoquines"  y, llamar nosotros mismos la atención sobre ello, diciendo el clásico,  "perdón, queríamos decir...", pues entonces todo el mundo ríe, mientras que nadie lo hará si continuamos.

En ocasiones, cuando se ven movimientos en la sala, comentarios entre  varios, señales, cuando entra la policía, etc., uno pierde el hilo de lo  que decía. Nunca ha de pararse.  Ha de salvar el trance hablando sin  decir nada durante el tiempo que convenga hasta coger el hilo de lo que  se decía, lo cual a veces no es nada fácil.

Frases como, "es indudable  que en todo caso hay que ser conscientes de que los problemas exigen una  solución adecuada a la naturaleza de los mismo, pues corresponde a la  naturaleza de casa cosa una igual correspondencia en su resolución, otra  forma de actuar contribuiría a confundir la forma de concebir las  soluciones de aquellos aspectos más transcendentes..." y con cualquier  frase de puente, podemos volver al camino original.

 Quizás los más observadores podrán notar algo raro en el transcurso de  la incoherente frase, pero es que realmente aunque para nosotros parezca  que ha pasado mucho tiempo, la gente presente en las sala, no se ha  percatado pues en conjunto se ha tratado de segundos.

Es importante elegir bien la hora. 

 Que no coincida con partidos de  fútbol retrasmitidos por televisión, ni con actos similares de signo  parecido.
La 7 u 8 de la noche es una hora habitualmente buena.  La sala ha de ser cuidadosamente elegida y decorada.  Es  preferible una sala pequeña atestada que una enorme, con más gente que  la otra, pero que se vea vacía.  . 
No hay que mirar a un solo punto de la sala, y menos a la mesa o al  techo.  hay que ir cambiando la vista de lugar, mirando por igual a las  primeras filas que a las últimas.  Unicamente resulta un poco forzado mirar a un segundo piso si lo hay. Pero nunca hay que tener la vista  fija.
No hay que hablar rápido.  Siempre mantener la calma e ir  pensando en ello para no "dispararse", así se dispone de más tiempo para  pensar.

Darse cuenta de cuando el público está cansado.

  En ese momento hay que  caminar ya hacia el final del acto, procurando decir lo más importante  de lo que nos queda en el tintero.  Los brazos deben ayudar a la  expresión, pero sin exageración.  Hay que estar atento de lo que pasa en  la sala y a las mínimas expresiones del público.

 Siempre hay en la sala  en que va asistiendo con la cabeza, o negando.  "El orador tiene el  auditorio al cual se dirige un punto permanente de referencia -escribe  Hitler-, siempre que sepa leer en la expresión de sus oyentes hasta qué  puntos éstos son capaces de seguirle y comprender sus ideas".  ha de  estar pendiente de todo lo que ocurre y hacer los oportunos comentarios  en los momentos precisos,  aunque sean totalmente fuera de texto  previsto.
 QUE DECIR EN UN DISCURSO

Lo profundo da categoría y lo divertido llena.

  Creo que lo ideal es  ser siempre profundo y divertido. En general los mítines organizados por un partido, se llenan con  simpatizantes de ese partido.  No hace falta pues preocuparse de aclarar  algunos puntos que para la gente de la calle estrían oscuros, sin  embargo hay que ser claro y sencillo en la exposición.

 Hitler dice que si el orador "nota que sus oyentes no parecen hallarse  convencidos de la veracidad de lo expuesto, optará por repetir lo mismo  cuantas veces sea necesario, siempre en forma de nuevos ejemplos, refutando las objeciones que, sin serle hechas, capta él del auditorio y  las replica y desmenuza hasta que, en definitiva, el último sector de la  oposición revele a través de su actitud haber capitulado ante la lógica  argumentación del orador".
 Esto tiene ahora relativamente poca importancia en los mítines pues,  como queda dicho, se llena de correligionarios.  Siempre hay que pensar  en esa 5, 10 o 100 personas que no nos conocen y a ellas hay que dirigir  una parte de nuestra argumentación, pero realmente la necesidad indicada  por Hitler ahora la tenemos raspasada a la televisión o al parlamente,  toda vez que los debates parlamentarios son retrasmitidos por  televisión. 
En este caso hay la indudable dificultad de que no puede verse al  público.  Cuando la "oposición" va a un mitin que no es de los suyos,  solo lleva intensiones destructivas. 
Como he dicho antes, lo importante es la forma de decir las cosas, más  que las cosas en sí.  Hay que utilizar ejemplos muy gráficos,  independientemente de que sean adecuados o no.  si queremos justificar  la conveniencia de ir poco a poco y paso a paso, sin grandes accione  espectaculares. Cuanto más multitudinario es un acto, tanto más generales han de ser las ideas.

Lo importante pese a todo, es la forma de decir las cosas. 

 Hay que  procurar evitar el hablar como en las sinfonías clásicas que veinte  compases antes de terminar ya se adivina el final.  Hay que salir sino  con ideas nuevas, con formas nuevas de presentar esas ideas. 
hemos de mencionar también la importancia de impostación de la voz.  Es  imposible por escrito matizar este extremo, pero indudablemente a cada  situación corresponde una peculiar impostación.  Incluso, en los  ejemplos sonoros que acostumbro a poner al dar el mana de la oratoria,  siempre destaco un discurso de Hitler en el cual logra el aplauso  general, únicamente por la impostación adecuada.

 Por último señalaré los puntos que Le Bon considera básicos para un  "agitador", "la afirmación, la repetición y el contagio.  la simple  afirmación, limpia de razonamientos y de prueba, es uno de los más  seguros medios de inculcar las ideas en el espíritu de las muchedumbres. 
Cuando una afirmación se ha repetido suficientemente y hay unanimidad en  la repetición, fórmase lo que se llama una corriente de opinión, dando  lugar a que surja el poderoso mecanismo del contagio".

CONCLUSIÓN 

En definitiva cuando se carece de las virtudes innatas de los grandes  oradores, que en definitiva no son demasiados a lo largo de la historia,  hay que prepararse meticulosamente para la actuación en público.
No hay  realmente sistemas patentados, y por ello cada cual sobre la marcha puede ir logrando la "técnica" adecuada.

Los mítines tienen el gran inconveniente de que han de ser "éxitos". No pueden resolverse como uno quiera sino como quiera el público.  En una conferencia en la que se trata de exponer un tema, es conveniente  también tratar de hacerla amena a base de anécdotas o comentarios  ingeniosos, pero no es obligatorio.
 Si la gente se cansa, que se canse  y si se va, que se vaya.  El objetivo de una conferencia es formar a una  gente que se supone va con esa intención, pero en un mitin el público  espera pasarlo bien y debe conseguirse que salga con una moral de lucha. 
 Hay que prepararlos concienzudamente y tener presente que siempre se  puede seguir aprendiendo.  Es preciso asistir a los mítines de los que  tengan más fama de buenos oradores para seguir aprendiendo siempre.

Cuando Tarradellas Joan, marqués de Tarradellas, (Cervelló, Barcelona; 19 de enero de 1899-Barcelona; 10 de junio de 1988, fue un político español, presidente de la Generalidad de Cataluña en el exilio desde 1954 hasta 1977, y de la Generalidad desde este último año hasta 1980.) volvió del exilio en medio de una campaña  multitudinaria preparada por todos los partidos en liza , sus palabras:  "ja soc aquí" (ya estoy aquí) constituyen una de las genialidades  oratorias más inteligentes de los últimos tiempos.  Esa simple frase  -ignoro si escogida por él o pro un equipo de publicidad- , fue más  elocuente que todo un largo discurso.

El que quiere ser orador, debe asistir a mítines, propios o extraños, desde un punto de  vista pedagógico, observando aquello pasajes que causan más impacto en  el público y los motivos por los que esto ocurre. 
En un mitin dado por Jesús Suevos  Fernández-Jove (Ferrol, La Coruña, 12 de diciembre de 1907 - Madrid, 19 de mayo de 2001, político y periodista español.) en Barcelona, la parte más notable  tuvo lugar cuando dijo la frase: "En Yalta se reunieron Churchill,  Roosevelt, Stalin... tres criminales de guerra".  Lo lógico es que esta  frase hubiese sido pronunciada en forma de creciendo hasta convertirse  en grito al llamarles criminales de guerra. Suevos hizo exactamente lo  contrario.
 Empezó a un nivel normal, y fue bajando paulatinamente hasta llegar casi a un susurro.  Nadie esperaba por su tono de voz que fuese a  llamar criminales de guerra a los tres grandes, especialmente si tenemos  en cuenta que en la sala se hallaban presentes todas las autoridades  civiles y militares.  Creo que puede calificarse de genial esta forma  elegida, pues evidentemente contrastó plenamente su voz casi apagada con  el estruendoso aplauso que la siguió.

No hay pues sistemas "estáticos", y siempre conviene ir aprendiendo,  así como saber en todo momento cual es el objetivo a conseguir en cada  acto.  Cuando el famoso acto de Madrid en el cual la prensa en pleno  abandonó ostensiblemente la sala molesta por mis alusiones, el público  quedó entusiasmado del acto, de mi improvisación y de mi sangre fría,  pero realmente cometí un grave error.
  Tenía ante mí a toda la prensa  española, a los más destacados periodistas y de hecho el mitin, en  detrimento del público debería habérselo dado todo a ellos.  Les tenía a  todos juntos y les podía convencer pues en lo que llevábamos de acto,  mirando sus rostros, podía ver que se lo estaban pasando bien.
Si por  ejemplo en un mitin vemos que hay una gran masa de gente ajena a  nosotros, hay que dirigirse preferentemente a ellos y procurar ver si  son obreros , estudiantes, etc. para enfocar el discurso en este  sentido. 
Es indudable que la voz tiene una importancia muy grande, como ya he  dicho.  Se puede elevar el tono de la voz, se puede gritar, pero ha de  ser natural.  Hay algunos que creen que un mitin es dar una conferencia  a gritos y eso es falso.  Cuando escuchemos a Hitler debemos tener  presente que en Alemania se habla así, es un idioma más duro y, por otro  lado, hemos de pensar que se ha perdido la costumbre.

 Un "creciendo",  empezado débilmente y ulminando con toda la fuerza de nuestros  pulmones, puede ser de un gran efecto peto es preciso, primero que el  tema lo exija y , segundo, que lo logremos pues muy probablemente  tendremos que tomar aire antes de acabar la frase o llegaremos al final  sin haber alcanzado el punto máximo de la voz.
 Sólo en unos pocos casos  Goebbels y Hitler logran la perfección al respecto.

ARTE DEL DIALOGO Y ENTREVISTAS 

El orador, como ya he dicho, o más exactamente el saber hablar, es una  práctica que tiene varias facetas.  No podemos dominar un en detrimento  de las otras.  Hoy las necesidades políticas van más allá de los grandes  mítines y es por ello necesario, aplicar parte de lo dicho, a los  diálogos, entrevistas, etc.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que cuando en un diálogo en  la radio, en un colegio, etc., o en cualquier ambiente contrario, los  interlocutores o el público hagan sus preguntas, se limitarán siempre a  notorio que nuestros adversarios, particularmente sus oradores  controversistas -escribe Hitler- aparecían en escena con un "repertorio"  determinado y en el cual se repetían siempre los mimos argumentos contra  nuestros acertos, añadiendo que "en cada uno de los discursos, era  esencial orientarse previamente acerca del probable contenido y la forma  de objeciones que podrían ser formuladas en el curso de la discusión,  para según eso analizarlas minuciosamente ya el propio discurso.  
Convenía desde el comienzo mencionar las posibles impugnaciones del  adversario y demostrar su inconsistencia". 
Estas observaciones siguen teniendo validez, pero más bien aplicadas a  las "conferencias" que a los mítines.  También tienen especial valor en  las entrevistas radiofónicas o televisivas.  En ese caso el público no  podrá hacer objeciones, pero las estará pensando y es preciso sacarlas a  colación en el propio discurso o diálogo. 
Dice muy acertadamente Le Bon que "el arte de los gobernantes, como el  de los abogados, consiste en saber manejar las palabras .  Una de las  grandezas de este arte es que,  en una misma sociedad, las mismas  palabras tienen, por lo común, sentido muy diferente para las diversas  capas sociales".

 Las palabras son muy importantes, especialmente cuando  por el uso quieren decir mucho más de lo que realmente dicen.

Algo que hay que evitar en toda discusión, bien sea radiofónica o en  cualquier "mesa redonda", es ir al terreno del interlocutor.
 Hay que  tener en cuanta que desde los licenciados en historia contemporánea, hasta los peones de tercera categoría, nadie tiene la más mínima idea de  la ideología nacionalsocialista o marxista leninista.
 Cualquier militante, por poco  formado que esté, tiene las de ganar en cualquier debate.  Por ello el    interlocutor, cuando vea que está perdido, especialmente si es un buen locutor profesional, procurará llevarnos al tema que a él le interesa, hemos de evitarlo a toda costa.  Si no queremos ir a su terreno, podemos  volver al que nos interese con cualquier excusa.

Ejemplos.

 A la pregunta  formulada por un periodista "¿Que hay de los seis millones de Judíos?" a un  neo  nazi, el  contestó hablando sobre los seis millones... de parados.

Si de cualquier otra forma nos apartan del tema del que queremos hablar hemos de volver a él dejando de lado cualquier otra explicación.  
Un "en cierto modo, pero como yo decía", o "puede ser que sí, peor como iba  diciendo", etc. puede ser importante, pues en ocasiones continuamos por el camino del oponente hasta llegar a situaciones absurdas que se  producen con frecuencia dejándose de hablar de casos generales para  plantearse problemas absolutamente teóricos sobre que haríamos si un  judío cojo y ciego , que nos hubiera ayudado de pequeños, ahora  estuviese colgado de los pies en una plaza pública...
No se ha de  considerar una exageración pues con frecuencia llegamos a discutir casos  individualizados olvidando el tema principal. Hay que evitar también ponerse nervioso, gritar, golpear, indignarse.
El problema más vital, o incluso una alusión despectiva personal, debe  responderse con una sonrisa en los labios, jamás indignado, pero si  puede ser con una gran ironía.  En una ocasión a un miembro de  grupo político  de izquierda le increpó un profesor diciéndole  que era un vago que sólo pensaba en la política y que nunca sería nada.  El alumno, en plena clase le contestó:
 "por lo menos a profesor si que  podré llegar ,no?".
Lo ingenioso tiene mucho más valor que lo verdadero y aunque ese  "ingenio" espontáneo no lo tenga todo el mundo, hemos de tener en cuenta  que siendo siempre los tópicos mismos, aunque en la primera ocasión no  sepamos responder adecuadamente, en las siguientes ya tendremos las  experiencias pasadas.

La contestación carecía de lógica, pero era ingeniosa y eso es lo más  importante.  La famosa frase de Jesucristo, "Dar al Cesar lo que es del  Cesar", fue realmente genial, y a buen seguro celebró posteriormente la genial ocurrencia. 
Siempre en cualquier debate, hemos de estar pendientes de lo quiere  que contestemos la "oposición", justamente para no contestarlo.
 Aunque digamos algo que no sea lo habitual en nosotros, los correligionarios  que nos escuchen, no se darán de baja por ello, pero en cambio podemos  influir en los que no nos conocen.

Hay que pensar en las frases de manera que, especialmente si se trata  de un programa grabado par TV, no pueda se recortado. hace poco a la TV francesa le pusimos en la bandeja la posibilidad de calificarnos de  violentos al hacer un militante la demostración de romper un bate de  beisbol con la espinilla.
 Mientras se veía dicha escena, se oían las  palabras de Varela diciendo que éramos enemigos de la violencia. Indudablemente nada quería decir todo esto, pero supieron utilizarlo a  su favor. 
En un debate radiofónico no debe preocuparnos demasiado el nterlocutor, pero sí el locutor, que es un profesional.  Su experiencia puede suplir  su ignorancia.  También hay que conocer previamente las personas que se  nos van a oponer, pues con ello tendremos ya mucho ganado. 
El diálogo no es más que un combate del cual hay salir vencedor.  Lo discutido tiene menos importancia que la forma de discutirlo.  Gana el  más hábil y no el que tiene la razón.  En nuestro caso estamos siempre  en ventaja con cualquier otro sector político ya que nuestros oponentes  no conocen nada del nacionalsocialismo y además se repiten siempre en los mismos tópicos como ya he indicado. 
Evidentemente para dominar cualquier tipo de actividad se requiere  práctica y experiencia.  En lo que a conferencias se refiere incluso  mítines, pero en los debates radiofónicos es difícil intervenir por propia voluntad, por ello hay que buscar la manera acercarse lo más posible a esta práctica, y por ello  hay que buscar la manera de acercarse lo más posible a esta práctica, y   eso podemos encontrarlo en los cineforums o en determinados debates públicos.
 Es indiferente en estos casos el tema que se trate.  Lo importante es participar a favor o en contra del conferenciante o presentador .  Levantase en público y opinar.  Pero en estos casos hay  que tener presente que la gente que nos rodea es absolutamente ajena a   nosotros  y que incluso, si se percata de que se intenta politizar, tenderá a no simpatizar.

CONCLUSIÓN 

El orador de hoy tiene una   labor mucho más compleja pues ha de dominar diverso campos, muy diferentes entre sí.  Fundamentalmente antes de participar en cualquier  acto político hay que tener la idea muy clara y lo más precisa posible de la  naturaleza del público, de la cantidad prevista de asistentes, del  carácter del acto y de los temas a tratar. 
 Es imprescindible estar convencido de lo que hay  que hablar y de cómo hay que decir las cosas. Los consejos que he ido facilitando a lo largo de este trabajo es el resultado de muchos años observar  la  lucha política en  el transcurso de la cual he podido perfeccionar poco a poco la técnica necesaria.
 Sin embargo, repito, es precisa una gran dosis de psicología, que facilite la posibilidad de hablar ante públicos muy diferentes. La oratoria, es necesario una gran práctica y un profundo interés para  mejorar poco a poco  la facilidad en este campo. 

Al esbozar este pequeño trabajo sobre la oratoria, he considerado importante añadir también unos comentarios sobre la psicología de las  masas y sobre la personalidad de un buen orador.

LA PSICOLOGÍA DE LAS MASAS. 

 
 

Gustave Le Bon (n. 7 de mayo, 1841 - † 13 de diciembre, 1931) fue un psicólogo social francés, físico aficionado y sociólogo. Fue autor de numerosos trabajos en los que expuso teorías sobre los rasgos nacionales, la superioridad racial, el comportamiento y la psicología de las masas.) se ocupó de este tema con amplitud y su extenso estudio  al respecto sigue siendo una pieza fundamental no superada.  Cualquier  persona que quiera iniciarse en la oratoria, debe leer, repetidamente, la obra de Le Bon.

Aquí extractaremos sólo algunos pasajes a modo de orientación:

 "igualmente que para los seres entre los cuales no interviene el  razonamiento, en las muchedumbres la imaginación representativa es muy  poderosa, muy activa y susceptible de ser vivamente impresionada.  Las  imágenes evocadas en su espíritu por un personaje, un acontecimiento, un  accidente, tiene case la vivacidad de las cosas reales. Las  muchedumbres están algo en el caso del soñador, cuya razón, suspendida  momentáneamente, deja surgir en su espíritu imágenes de una intensidad  extrema, pero que se disiparán rápidamente si pudiesen ser sometidas a   reflexión. "


No siendo capaces las muchedumbres ni de reflexión ni de razonamiento , carecen de la noción de lo inverosímil, porque generalmente las cosas  más inverosímiles son las que hieren más profundamente su espíritu. 
"Lo maravilloso, lo legendario de los acontecimientos es siempre lo que  impresiona a las muchedumbres con mayor intensidad".
En otro pasaje, y en cierto modo como resumen de una serie de  razonamientos dice:   "Hemos demostrado que las muchedumbres no razonan; que admiten o rechazan las ideas en bloque; que no soportan discusión  ni contradicción, u que las sugestiones, actuando sobre ellas, invaden  completamente el campo de su entendimiento y tienden enseguida a transformarse en actos. 
 Hemos demostrado que las muchedumbres,  sugestionadas convenientemente, está prontas a sacrificarse por el ideal  que les fue sugerido.  Hemos visto también que sólo conocen los   sentimientos de violencia extremada; que en ellas la simpatía se   convierte pronto de adoración, y la simpatía, apenas nacida, se   convierte en odio.  Estas indicaciones generales permiten ya presentir  la naturaleza de sus convicciones".


Resumiendo Le Bon viene a afirmar que las masas como tales tienen la  personalidad distinta de los individuos que las forman.  Sus opiniones  constituyeron en su tiempo una novedad, sin embargo hoy han sido ya  estudiadas sistemáticamente todas las reacciones de las masas.



 Diversos autores han abundado en las opiniones del genial autor francés. Hitler, en "Mein Kampf" , comenta ampliamente el tema de las masa  resaltando que el hecho de "ser una masa convence de la razón", afirmación muy justa y tremendamente cierta.
  El genial Doctor Robert   escribiría: 
"Por lo mismo que las masas no discurren , tampoco soportan    la contradicción.  Las masas piensan poco pero las masas sienten.  Las  masas no razonan, sino que solamente se mueven por el sentimiento", e  incluso en una gran película, "Un hombre para la eternidad" pudimos  anotar una frase muy elocuente al respecto: "las masas siguen a   cualquier cosa que se mueve". 
Sin embargo como hemos apuntado,  y aunque no nos extenderemos al  respecto, los modernos estudios de formación de dirigentes, no olvidan esos principios fundamentales.



  Formación de dirigentes

 En la obra "Formación de dirigentes" de   Carlos Campoy, editada en 1971, podemos leer un espléndido resumen del libro de Le Bon, aunque no se indique así en el texto:

"A. La sociedad de masas es muy poco apta para el razonamiento, pero es  muy apta para la acción.
B. La muchedumbre, actuando masivamente, posee un alma colectiva que  motiva pensamientos, sentimientos y acciones, distintas a aquellas de  las que serían capaces de hacer aisladamente, los individuos que las  integran. 

C. Muy pocas veces son guiadas por la razón, careciendo de poder sobre ellas las leyes de la lógica. 

 Por eso , sus dirigentes o líderes,  invocan sus sentimientos y nunca su razón  continuando en otros puntos  diciendo que son susceptibles de una moralidad extrema, son intolerables  y autoritarias, simples y exageradas, sugestionables y crédulas."
Sólo encontramos un gran error en Le Bon al afirmar que a través de los  periódicos es muy difícil crear un gran movimiento de opinión. Realmente hay que tener en cuenta la época en que vivió el autor, segunda mitad del  siglo XIX y comienzo del siglo XX, pero indudablemente hoy sabemos muy bien que es no sólo posible, sino  habitual.
 Aspectos importantes que afectan a cada persona  individualmente como el impuesto de renta, no crea ni pintadas, ni manifestaciones, ni protestas, simplemente porque no es estimulado por la prensa.  La prensa crea pequeños líderes de corta duración para   evitar la pérdida de su control y procura que esos líderes no tengan realmente calidad de tales en cuyo caso podrían independizarse. En otros dos puntos hemos de mostrar una pequeña divergencia con Le  Bon.

 Dicho autor viene a asegurar - como ya hemos dicho - que las masas  tienen una personalidad propia.  Realmente este aspecto es discutible, pues lo que les confiere esa "personalidad" es el anonimato y la  impunidad.  Muy probablemente las personas que forman esa masa, solas,  pero garantizando el anonimato y la impunidad, actuarían de igual forma. 
Le Bon en cierto modo hace referencia a este hecho, pero no lo pone   debidamente de manifiesto y ello tiene su importancia pues habrá que pensar que cuando las personas individuales que forman las masa, sean  incapaces de actuar injustamente, - pese a la garantía de impunidad y    anonimato - , esas masas, formadas por esas personas, tampoco lo harán.



  Los discursos de los políticos.

 Los discursos de Hitler son profundos, están llenos de ideas, de grandes ideas.  Hitler  en famosos congresos de Nüremberg, en sus grandes discursos culturales, hablaba a las masas de arte, de moral, de ética.  Nada más falso que pretender que las masas  son y serán como son y los líderes ha de ser como son y serán las masas.
 El papel del orador - y eso ya lo trataremos luego en la oratoria - ha de  pretender elevar a esas masas, educarlas y lograr cambiarlas, otro  proceder sería tan absurdo como el misionero que para lograr feligreses, reparte entre los negros chocolate y abalorios.
Efectivamente tendrá sin duda muchos más seguidores, pero durante mucho menos tiempo que   aquel que se ha preocupado de convencerles.  Ser líder de una masa que  no va a ninguna parte tiene tanto interés como comprar un coche sin motor.

ORATORIA

A lo largo de la historia -de la más reciente- ha habido diversas  personas que han cobrado fama por su facilidad como oradores.  De 1900  hasta 1940, fueron los oradores la base y fundamento de toda acción  política.   Hitler en "Mein Kampf", deja claro que los oradores son los  que arrastran a la masas y no los escritores.
Todas las observaciones  de Hitler al respecto son tremendamente ciertas, sin embargo, casual o  premeditadamente, los tiempos cambian.  Hombres como Lerroux, Hitler o Degrele, podrían llegar a tener un poder  enorme por medio de su simple palabra, de al tremendamente barato y que  no podía prohibirse -aunque a Hitler se le llegó a prohibir-.
  Cualquier  persona podía convertirse en un peligro y ello tenía que se remediado. La televisión iba a sustituir con ventaja a la oratoria.  Es importante  es constatación porque muchos camaradas que están tentados a pensar que  el "Mi Lucha" es un libro plenamente actual, han de tener en cuenta que  trasladar a nuestra época las consideraciones de Hitler sería erróneo.

No voy a pretender tampoco tener yo la clave de la "oratoria hoy",  puedo, cuando menos, afirmar que he procurado estudiar el problema con  detenimiento.

La oratoria de los años  30 y la actualidad. 

Franklin Delano Roosevelt experto en la oratoria política por Radio.


 
En aquella época, 1930,  tanto en Alemania como en España, no existía la televisión, y la radio era un lujo.  Millones de parados, verdaderamente arruinados, no podían hacer otra cosa que quedarse en la  mísera habitación que poseían o salir a la calle.  Los parados de los años treinta estaban en la calle y no como ahora en sus casa, cuando no  eran en los bares. 
Esos millones de parados, preocupado por su existencia física, por la  comida del día siguiente, eran el público que llenaba los grandes  locales, los oradores, esos grandes oradores, muy pocos, hablaban tres, cuatro y  hasta cinco horas seguidas, pero ahora la situación ha cambiado. 
Realmente cinco horas seguidas es imposible encontrarlas libres en un  mundo tiranizado por la falta de tiempo. La gente que llena los mítines hoy no son obreros parados preocupados por su comida,  De hecho los parados de hoy no tienen en general  problemas de comida, pero además no son los que llenan los mítines.
La  gente que llena los mítines son los aficionados a la política, gente en  cierto modo culta o por lo menos entendida en el tema del que se  diserta.  La gente que asiste a los mítines va a divertirse, a pasar un  rato divertido, a gritar un poco y a aplaudir frenéticamente las mejores  frases.
  Por ello realmente hay que proporcionarles esa diversión.  No  podemos ser graves y taciturnos, el público de los mítines va a estos  actos un poco como "esparcimiento" y no volverá a menudo si le sembramos  el porvenir de negros presagios.



... mientras lo consideramos necesario, seguiremos golpeando con mayor o menor intensidad los cráneos de nuestros enemigos, es decir, hasta que la verdad haya penetrado en ellos. Somos un movimiento y no un partido, no un museo de dogmas y principios inmortales. ... El programa de la política exterior del fascismo comprende una sola palabra: expansionismo. Estamos hartos de una política de zapatillas. Allá donde concierna a los intereses de la Humanidad tiene que estar Italia presente.
Benito Mussolini, 3 de mayo de 1921

De toda esta experiencia de años, y de haber hablado con los mejores  oradores que he podido y haber escuchado al resto, creo que en la  actualidad la oratoria tiene un carácter diferente de la de los años 30.  Lo importante no es lo que se dice, quien lo dice, a quién, por qué y  cuando lo dice, sino que lo determinante es "como lo dice". es decisiva  la forma de decir las cosas y para ello creo que debe servir de magnífica  norma el más depurado humor inglés. 
A diferencia de la década 30 del siglo pasado, creo que los mítines actuales tienen  que tener una duración máxima de tres cuartos de hora por orador y dos  horas máximo el conjunto.
 Puede extenderse un solo orador durante una  hora o máximo hora y media, pero basto mirar al público para darse  cuente de que, pro interesado que esté en el asunto, empieza a estar  cansado.  Un portentoso orador, al igual que un genial director de cine,  quizá pueda extenderse más tiempo, pero constituirá la excepción a la  regla general.

El orador actual, además ha de ser muy versátil. 

Debe saber hablar en  forma diferente a públicos diferentes o en lugares diferentes.  De los  grandes oradores del pasado, muy poco lo lograban.  En general el orador  es considerado como el que habla a las masa y basta. 


En la actualidad la técnica de la oratoria tiene en la gran sala de  mítines, sólo un parte, y pequeña, de lo que la oratoria debe ser.  Se  ha de saber hablar en la radio, en una universidad, en una fábrica, en  la televisión, en la calle, en el trabajo... A este respecto la lectura  de los primeros discursos de Hitler en 1933 es prácticamente  obligatoria.
  Hitler habla de las SA, a la masa del pueblo en el Palacio  de Deportes, al Parlamento en el Reichstag y a un círculo restringido de  autoridades, y en las cuatro ocasiones expone las mismas cosas pero en  forma absolutamente distinta.  Esos cuatro discursos constituyen un  ejemplo de lo indicado.


Clasificación de oratoria.

 

La oratoria política puede dividirse a su vez en varios géneros:

a) Oratoria Popular.

 La «Oratoria Popular»: es una especie de oratoria política, pero se diferencia de ella, en que se permite mayores libertades en tono y el uso de lo patético.

b).-Oratoria parlamentaria.

Arte de hablar con elocuencia en sede parlamentaria con la finalidad de persuadir, convencer y, en los debates de carácter legislativo, conformar una voluntad que devendrá ley y que ha de realizarse conforme a las reglas de ordenación del debate contenidas en el Reglamento.

c) Oratoria Militar.- 

Discursos o arengas pronunciados por los generales o caudillos con el objeto animar a las tropas enardecidas al combate o felicitarles por la victoria, o también instruirlas en algún asunto, e inclusive en ocasiones contener sus ímpetus y reprenderlas.
Al respecto de pertenecer como especie de la Oratoria Política, existe muchas contradicciones, ya que se distinguen de aquellas, tanto por su finalidad, como porque las masas militares, a diferencia de los político-populares, está organizadas y dirigidas por la disciplina, cuya base es la obediencia y el respeto a los que mandan.

Discursos políticos.

  
Fidel Castro Ruz.

Discurso.-  Biografía de Fidel Castro

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA Y PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DE ESTADO Y DE MINISTROS, EN EL ACTO CENTRAL POR EL XXX ANIVERSARIO DEL ATAQUE AL CUARTEL MONCADA, CELEBRADO EN SANTIAGO DE CUBA, EL 26 DE JULIO DE 1983, "AÑO DEL XXX ANIVERSARIO DEL MONCADA".

DISCURSO PRONUNCIADO POR FIDEL CASTRO RUZ, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CUBA, EN EL ACTO CONMEMORATIVO POR EL XXXVI ANIVERSARIO DEL ASALTO AL CUARTEL MONCADA, CELEBRADO EN LA PLAZA MAYOR GENERAL "IGNACIO AGRAMONTE, CAMAGÜEY, EL DIA 26 DE JULIO DE 1989, "AÑO 31 DE LA REVOLUCION".

Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro en el acto central nacional por el XXV aniversario del asalto al Cuartel Moncada, celebrado en la ciudad escolar 26 de julio, 26 de julio de 1978

DISCURSO PRONUNCIADO POR CUARTEL MONCADA 1965.

DISCURSO EL 7 DE DICIEMBRE DE 1989 Caída del muro de Berlin.

DISCURSO Sobre la caída de la URSS

Discurso pronunciado por el Presidente de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz, en el acto central por el 45 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, efectuado en Santiago de Cuba, el día 26 de julio de 1998.

Discurso sobre emigración.

Discurso pronunciado por los 60 años de egreso de la universidad.

Discurso de Fidel en la ONU el 26 de septiembre de 1960.

Discurso de Fidel Castro sobre los marielitos.

Discurso de Fidel Castro 1992.

El ultimo discurso de Fidel Castro.

Discurso de Fidel Castro por la victoria del 8 enero 1959.

Discurso de Fidel Castro ante la ONU 1979.

Discurso de Fidel Castro Ruz, en Santiago de Cuba, el 1 de enero de 1959.

Los  taquígrafos de los discursos de Fidel Castro.

Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto por el aniversario 50 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, efectuado en Santiago de Cuba, el 26 de julio del 2003.

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA Y PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DE ESTADO Y DE MINISTROS, EN LA CLAUSURA DEL ACTO CENTRAL POR EL XL ANIVERSARIO DEL ASALTO A LOS CUARTELES MONCADA Y "CARLOS MANUEL DE CESPEDES", EFECTUADO EN EL TEATRO "HEREDIA", SANTIAGO DE CUBA, EL 26 DE JULIO DE 1993, "AÑO 35 DE LA REVOLUCION".

Discurso del fin del azúcar cubano 2002.

                                                        Adolfo Hitler

109.-Las técnicas de oratoria de Adolfo Hitler

107.-Las técnicas de oratoria de Adolfo Hitler

                                                   Antonio Cánovas del Castillo.

124.-Discurso de Antonio Cánovas del Castillo I

145.-Discurso de Antonio Cánovas del Castillo II

158.-Discurso de Antonio Cánovas del Castillo III

159.-Citas de Antonio Cánovas del Castillo

                                                               Emilio Castelar.

156.-Discurso de Emilio Castelar (I)

155.-Discurso de Emilio Castelar (II)

148.-Discurso de Emilio Castelar (III)

121.-Discurso de Emilio Castelar (IV)

120.-Discurso de Emilio Castelar (V)

112.-Discurso de Emilio Castelar (VI)

111.-Discurso de Emilio Castelar (VII)

La persuasión en el discurso de EMILIO CASTELAR



                                                            Nicolás Salmerón.

153.-Discurso de Nicolás Salmerón (I)

152.-Discurso de Nicolás Salmerón (II)

151.-Discurso de Nicolás Salmerón (III)


                                                        Niceto Alcalá-Zamora.

150.-Discurso de Niceto Alcalá-Zamora (I)

119.-Discurso de Niceto Alcalá Zamora (II)


                                                                Manuel Azaña.

113.-Discurso de Manuel Azaña (I)

115.-Discurso de Manuel Azaña (II)

117.-Discurso de Manuel Azaña (III)




                                                        Barack Obama.

139.-El discurso de Barack Obama (I)

143.-El discurso de Barack Obama (II)

144.-El discurso de Barack Obama (III)

147.-El discurso de Barack Obama (IV)

106.-La oratoria de Barack Obama


                                                            F. E. Smith.


132.-Discurso parlamentario de F. E. Smith (Primera parte)

140.-Discurso parlamentario de F. E. Smith (Segunda parte)


                                                    Ángel Ossorio.

131.-Discurso de Ángel Ossorio Sobre el Estatuto de Cataluña

                                                        Alejandro Lerroux.

118.-Discurso de Alejandro Lerroux (I)

141.-Discurso de Alejandro Lerroux (II)

129.-Discurso de Alejandro Lerroux (III)

204.-El Lerrouxismo

Alejandro Lerroux García, genealogía, y su testamento político

Biografía Alejandro Lerroux García

Alejandro Lerroux, Su oratoria

Citas de Alejandro Lerroux


Práxedes Mateo Sagasta.

Discursos de Práxedes Mateo Sagasta (I)

142.-Discursos de Práxedes Mateo Sagasta (II)

Práxedes Mateo Sagasta


                                                                Otros.

122.-Discurso de conde de San Luis

Los 75º aniversario de la gran victoria: responsabilidad compartida con la historia y nuestro futuro.

La declaración de independencia de Cataluña 2017

La Disolución de la URSS.- Mijail Gorbachov




Demóstenes.

Demóstenes Practicando Oratoria por Jean Lecomte du Nouÿ (1842–1923). Demóstenes solía estudiar en una habitación subterránea que había construido él mismo. También solía hablar con piedras en la boca y recitar versos mientras corría. Para fortalecer su voz, hablaba en la orilla del mar por encima del sonido de las olas.


(Atenas, 384 a.C. - Calauria, actual Grecia, 322 a.C.) Político y orador ateniense considerado el mejor orador de la antigua Grecia. Proveniente de una familia de empresarios ricos, perdió a su padre a los siete años y sus tutores Áfobo, Demofonte y Terípides abusaron de su patrimonio, por lo que, al acercarse a la mayoría de edad, hubo emprender largos procesos judiciales para conservar algo de su fortuna.

Según la biografía escrita por Plutarco, su admiración e interés por la oratoria se habría despertado cuando su pedagogo lo introdujo clandestinamente en la Asamblea, donde fue testigo de una brillantísima autodefensa del estadista Calístrato. Discípulo de Iseo, leyó las obras de Isócrates y ejerció en su primera juventud la profesión de logógrafo. Superó con esfuerzo sus dificultades para la oratoria por medio de ejercicios de declamación.

A partir del año 354 a.C. intervino en asuntos políticos y se hizo famoso por sus discursos. Entre los primeros destaca Para los megalopolitanos, que atrajo la atención de los atenienses sobre el peligro que representaba el poder de Esparta. Denunció la ambición de Filipo de Macedonia en las famosas Filípicas, discursos pronunciados durante un largo proceso en la asamblea ateniense. Es en las Filípicas donde se inicia la oratoria mayor de Demóstenes. Mientras en sus comienzos era aún perceptible la influencia de Isócrates, su estilo muestra ahora una mayor riqueza de variaciones frente a la regularidad del período isocrático.

La serie se inicia con la Primera Filípica (349 o 351), un enérgico llamamiento a los atenienses. Entre 349 y 348, cuando Atenas concertó una alianza con la Calcídica para luchar contra Filipo, pronunció las tres Olintíacas, en que urgía a los atenienses a ayudar a Olinto; ello no evitó, sin embargo, la destrucción de la ciudad aliada. Demóstenes, que en 346 formó parte de la embajada enviada para tratar la paz con Filipo, pronunció en 344 otro llamamiento contra las pretensiones del rey de Macedonia en la Segunda Filípica. Tres discursos del año 341 dan testimonio de su máxima actividad como orador: la Tercera y la Cuarta Filípica y Sobre la situación del Quersoneso, una de las obras maestras de su oratoria.

En el 340 a.C. dejó la oposición y pasó a ser jefe del partido dirigente. A lo largo de la década siguiente intentó ser coronado por sus méritos cívicos, pero Esquines se opuso a su propuesta y Demóstenes terminó siendo condenado al exilio. La hostilidad entre ambos oradores culminó en 330 en un gran proceso político. Demóstenes respondió triunfalmente con su discurso Por la corona. Esta demolición del adversario e inteligente apología de la propia actuación política está considerada la obra cumbre de su oratoria.

Tras la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.), Atenas, Argos y Corinto se sublevaron contra la hegemonía macedonia. Demóstenes regresó a su patria y fue acogido triunfalmente, pero la derrota naval en Amorgos y la terrestre de Cranón dieron al traste con los sueños de los sublevados. Demóstenes tuvo que huir a la isla de Calauria, donde se suicidó por envenenamiento para no caer en manos de los agentes de Antípatro.
 
Aunque Demóstenes fue ante todo un hombre de acción, que luchó para que Atenas recobrase la hegemonía y contuviera el avance de Filipo, la posteridad lo ha ensalzado siempre como brillantísimo orador. La fuerza de sus discursos (de los que se conservan unos setenta) y la precisión de sus argumentos, con pocas figuras retóricas, le otorgan una originalidad excepcional. Como otros maestros de la prosa, Demóstenes pone especial cuidado en la estructura rítmica al final del período; ya en los comentarios de la Antigüedad se destacaba que la eficacia de su oratoria reside, en gran parte, en el ritmo.

 Pericles


(Atenas, h. 495 a.C. - id., 429 a.C.) Político y orador ateniense. Hijo de Jantipo, artífice de la victoria helena sobre los persas en la batalla de Micala (479 a.C.), y de Agaristé, sobrina del prestigioso legislador ateniense Clístenes y miembro de la familia aristocrática de los alcmeónidas, Pericles fue discípulo de los filósofos Anaxágoras de Clazomene, Protágoras de Abdera y Zenón de Elea. Movido por su amor a las letras, financió en el 472 a.C. la representación de la tragedia de Esquilo Los persas. Hacia los treinta años, Pericles inició su carrera política dentro del partido democrático de Efialtes y, cuando éste fue asesinado (461 a.C.), asumió su dirección e hizo aprobar por la Asamblea de Atenas una serie de reformas que acentuaban el carácter democrático del Estado ateniense, a pesar de la oposición de la oligarquía.

Nombrado estratego o jefe militar en el 454 a.C., Pericles consolidó la posición hegemónica de Atenas en la Liga de Delos, confederación constituida por diversas ciudades griegas para luchar contra los persas, y utilizó el tesoro de la Liga para construir la Acrópolis. A fin de crear un imperio comercial, fomentó la expansión de colonias atenienses por el mar Egeo, intensificó el programa de construcciones navales y, en el 448 a.C., convocó un congreso de paz en el que participaron todas las polis helenas. A pesar del boicot de Esparta a esta reunión, Atenas acabó firmando la paz con la ciudad doria dos años más tarde (446 a.C.). Gracias a su hábil elocuencia y a su prestigio personal, en el 443 a.C. Pericles se convirtió en la máxima autoridad ateniense, mandato que renovó cada año sin interrupción hasta su muerte (429 a.C.). No obstante, episodios como el sometimiento de la isla de Samos por Atenas (440 a.C.) enturbiaron las relaciones con Esparta y condujeron al estallido de la guerra del Peloponeso (431-404 a.C.), que terminó con la hegemonía ateniense.

Durante los primeros años del conflicto, se mostró muy efectiva la estrategia de Pericles de evitar los enfrentamientos terrestres con el objetivo de librar los combates decisivos en el mar, donde su flota era invencible, por lo cual cabe pensar que el resultado final de la guerra habría sido diferente si Pericles no hubiera muerto en el otoño del 429 a.C., víctima de la epidemia de peste que asoló Atenas. Su gobierno, por otra parte, coincidió con el momento de apogeo del pensamiento y del arte griegos y, bajo su mecenazgo, Atenas se convirtió en el principal centro de actividad cultural del mundo antiguo. Con la ayuda de su segunda esposa, Aspasia, una culta e inteligente jonia, Pericles no sólo impulsó la celebración de los cultos de Eleusis, símbolo del papel civilizador ateniense, y de los festivales de las Panateneas, sino que también se rodeó de los más ilustres hombres de las letras helenas, como los dramaturgos Eurípides y Sófocles, los historiadores Herodoto de Halicarnaso y Tucídides o el filósofo Sócrates. Asimismo, Pericles financió la construcción de la mayor parte de templos que componen la Acrópolis, para cuya realización convocó a artistas tan destacados como Calícrates e Ictinos, arquitectos del Partenón, el gran escultor Fidias, autor de las esculturas y relieves que decoran este mismo templo, como el famoso Friso de las Panateneas, y Policleto, quien supo expresar el ideal de la belleza física en sus estatuas de jóvenes atletas, como el Doríforo. Por todos estos motivos, el siglo V a.C. ha sido llamado «el siglo de Pericles».

oratoria.

Los modernos comentaristas de Tucídides todavía intentan resolver el problema de los discursos de Pericles, tratando de averiguar si las palabras pertenecen al personaje ateniense o al historiador. Dado que Pericles nunca escribió ni publicó sus discursos ningún historiador puede contestar a esta cuestión con seguridad. Tucídides recreó tres de sus discursos y, por ello, no se puede saber si añadió parte de sus propias nociones e ideas. Aunque Pericles era su fuente principal de inspiración, algunos historiadores han hecho hincapié en que el estilo idealista y apasionado de los discursos que Tucídides atribuye a Pericles está completamente en contra del propio estilo de escritura del historiador, frío y analítico. Esto podría, sin embargo, ser el resultado de la incorporación del género de retórica dentro del género de la historiografía, o, en otras palabras, Tucídides podría haber utilizado dos estilos distintos para dos propósitos distintos.

Kagan afirma que Pericles adoptó una forma elevada de oratoria, lejos de los trucos vulgares de los oradores para la muchedumbre y, según Diodoro de Sicilia, «sobresalió sobre todos sus compatriotas en capacidad oratoria».Según Plutarco, evitó utilizar mímica en sus discursos, al contrario que el apasionado Demóstenes, y siempre hablaba con calma y de forma tranquila.
El biógrafo apunta que, en cambio, el poeta Ion de Quíos informó de que el estilo de hablar de Pericles era «una forma presuntuosa y algo arrogante de dirigirse, y que en su arrogancia había una gran cantidad de desdén y falta de respeto por los demás». Gorgias, en el diálogo de Platón del mismo nombre, utiliza a Pericles como ejemplo de oratoria poderosa. En Menexeno, en cambio, Sócrates se burla de la fama oratoria de Pericles, diciendo irónicamente que puesto que el político fue educado por Aspasia, profesora de muchos oradores, debería ser superior en retórica que alguien educado por Antífono.​ También atribuye la autoría de la oración fúnebre a Aspasia y ataca la veneración que sus contemporáneos tenían a Pericles.

Los escritores de la antigua Grecia llaman a Pericles «Olímpico» en honor a sus talentos, y llevando las armas de Zeus en sus discursos. Según Quintiliano, Pericles siempre se habría preparado para sus discursos y, antes de presentarse ante el público, habría rezado a los dioses para no emitir una palabra equivocada.​ Sir Richard C. Jebb concluye que «único como político ateniense, Pericles debió haber sido también único como orador; primero, porque ocupó una posición de importancia política que no había logrado ningún hombre antes que él; segundo, porque sus ideas y su moral le ganaron tanto renombre por su elocuencia que nadie jamás lo obtuvo de los atenienses».



Continuación

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