Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara; Demetrio Protopsaltis Palma; Paula Flores Vargas ; Ricardo Matias Heredia Sanchez; Alamiro Fernandez Acevedo; Soledad García Nannig;Katherine Alejandra Del Carmen Lafoy Guzmán;
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Perry Mason.
HBO Perry Mason.
En el fantástico drama de ocho episodios de HBO Perry Mason, el ganador del Emmy Matthew Rhys ( The Americans ) asume el papel del personaje icónico del título, el abogado defensor ficticio que comenzó su vida en las novelas de Erle Stanley Gardner a partir de la década de 1930. y tuvo su encarnación más famosa en el drama televisivo de Raymond Burr de 1957-66. Rhys, quien también es productor de esta última serie, es probablemente como la mayoría de nosotros cuando se trata de Perry Mason cuando está de acuerdo:
Sin embargo, al reflexionar sobre esa serie y el personaje, Rhys nota algo interesante. “La gente a la que le pregunté sobre [Burr's Perry Mason]... todo el mundo dice: 'Oh, sí, se trata del abogado defensor que obtiene una confesión en el estrado'. Y luego piensas, 'Oh, ¿solías verlo?' Y dicen, 'Uh, no'. “Y yo estaba igual. Ya sabes, tenías esta enorme conciencia de ello. Viste fotos de Raymond Burr en la revista TV Guide . Mis abuelos vieron y dijeron: 'Oh, sí, por supuesto, Perry Mason, me encantó ese programa'. Y luego pensé: 'Espera, creo que nunca he visto ese programa'. … Es uno de esos elementos que está firmemente arraigado en ti, y no tienes una razón o conocimiento real de por qué”. La serie está ambientada a principios de la década de 1930 en Los Ángeles, cuando Mason es un investigador privado algo incompleto que se las arregla con tareas dudosas como fotografiar celebridades en posiciones comprometedoras. Es una vida que incluso Mason se da cuenta de que está por debajo de él y parece culpable; Los flashbacks de un incidente durante su servicio en la Primera Guerra Mundial revelan por qué parece sentir que esto puede ser lo mejor que se merece. “Lo grandioso de este Mason”, dice Rhys, “y lo que me encantó de él, es que… ves esta injusticia que sufre en la Primera Guerra Mundial. Creo que eso lo configura para la vida como alguien que no puede dejar pasar una injusticia.” “El hecho de que haya sufrido tal injusticia y tenga un sentido tan fuerte de la justicia ahora, y también porque es un extraño en tantos aspectos de su propia vida, lo convierte en un buen investigador. Es [también] una especie de las dos características perfectas para un buen abogado defensor”. A medida que avanza la serie, también profundizamos en los antecedentes de otros dos personajes memorables: la secretaria legal Della Street (Juliet Rylance), que lucha por que su talento profesional e inteligencia sean reconocidos en medio de su entorno sexista, y el futuro detective Paul Drake (Chris Chalk). ), quien aquí comienza como uno de los pocos policías afroamericanos de Los Ángeles y lucha sus propias batallas contra la subestimación de la gente. Más allá de verlos en sus propias vidas, también aprendemos cómo sus apariciones en la órbita de Perry Mason contribuyen a lo que Rhys describe como la "forja de Mason". Sin embargo, mientras se lleva a cabo esa forja, Rhys explica que “ves cuán defectuoso y algo falible y en capas es [Mason] como personaje. Lejos, lejos de la imagen pulida de Perry Mason que ciertamente tenemos”. Biografía No se ha establecido la fecha de nacimiento, pero según las lápidas de sus padres que se muestran en el episodio 7 , sabemos sus edades. La madre de Perry nació en 1864 y su padre nació en 1861. Si asumimos que Perry nació cuando tenían veintitantos años, Perry habría nacido aproximadamente en el año 1890. Esto encaja muy bien con su servicio como Capitán en la Primera Guerra Mundial que finalizó en 1918. Por lo tanto, en el momento de los acontecimientos de la serie de HBO, Perry tiene aproximadamente 42 años. Servicio en la Primera Guerra Mundial Capitulo 2 muestra escenas retrospectivas de la época de Perry mientras servía en Francia durante la Primera Guerra Mundial. Era un capitán de infantería y las escenas lo muestran liderando un grupo de hombres para atacar una línea de combatientes enemigos. Perry lidera la carga fuera de las trincheras y hacia la línea de fuego. Hay muchas bajas, pero parece que los hombres pueden capturar la posición del enemigo, sin embargo, Perry ve que hay una retaguardia de combatientes enemigos que usan lanzallamas y gas venenoso. Perry ordena a sus hombres que regresen, pero no antes de que muchos sean vencidos por el gas y comiencen a mostrar los horribles efectos de la exposición. Los hombres tendrían una muerte horrible, por lo que Perry toma una decisión muy dolorosa para sacarlos de su miseria. Fue dado de alta con un "blue ticket," , se supone que esto se debe a la actividad homosexual. Perry lo describió él mismo como "queer only once." Matrimonio y Familia Perry estaba casado con Linda y tienen un hijo, Theodore (Teddy) que parece tener aproximadamente 8 años. Los Mason se divorciaron poco antes de que Perry se convirtiera en abogado, y Linda y Teddy se mudaron a Salinas para vivir con su hermana Cheryl y su esposo Ed. |
La esencia de la ‘noirness’ y la espectacularización de la vida cotidiana: «Perry Mason» (HBO, 2020) El pasado 21 de junio se estrenaba en HBO la serie Perry Mason. La serie está basada en la colección de novelas pulp creada por Erle Stanley Gardner en 1933 con más de 50 títulos en que se despliegan los casos protagonizados por este detective-abogado, emisiones radiofónicas entre 1943 y 1955 y traslaciones a la ficción televisiva de la mano de CBS entre 1957-1966 y posteriormente en 1973-1974. Esta trayectoria, y especialmente el éxito de la serie que lanzó al estrellato a Raymond Burr, ha convertido a Perry Mason en una parte importante del conocimiento colectivo que, aunque no sepa exactamente quién es Mason, lo asimila a la infalibilidad en la resolución de casos complejos a través de la indagación y una oratoria brillante.Esta es justamente la estructura seguida por la ficción de los 60 desarrollada de forma episódica en la que, de acuerdo con las normas de la época, los personajes son heroicos además de modelos sociales. Un planteamiento que evita, de manera lógica también para la época de emisión, el cuestionamiento de los personajes, sus backstories conflictivas y el entorno sórdido y esencialmente corrupto en que estos se desenvuelven. Y es aquí donde comienza el Perry Mason de HBO cuya primera temporada se sitúa en Los Angeles en 1932, en plena depresión económica. Perry Mason (Matthew Rhys) ejerce como investigador privado para el abogado Elías Birchard (John Lithgow) quien ha aceptado la defensa de Emily Dodson (Gayle Rankin, la magnífica She-Wolf de Glow) acusada injustificadamente del secuestro y muerte de su pequeño hijo Charlie. Ayudado por el también investigador Pete Strickland (Shea Whigham, que también aparece en Agent Carter), las pesquisas de Mason introducen al espectador en los entramados de la corrupción sistémica que existe en la ciudad propiciando una de las características esenciales de la denominada «noirness» o del género hard boiled iniciado en la década de los años 20. Así, los espectadores seguiremos las andanzas de un Perry Mason todavía investigador privado (private eye) que nos sumergirán de manera irremediable en la cara oculta y más sórdida de la sociedad. Un retrato de una sordidez invisibilizada en la que contemplamos las corruptelas policiales en su ocultación y manipulación de pruebas, sus sobresuledos ilegales y su violencia racial sistémica simbolizada en la serie en el personaje de Peter Drake (Chris Chalk) el único policía negro de la ciudad. También se nos mostrará la falta de escrúpulos de la fiscalía, más preocupada de mantener su estatus políitico que de descubir la verdad de los casos y desplegando fuertes campañas mediáticas. En definitiva, la serie se enmarca en una sordidez latente y asumida institucionalmente que contrasta de manera estrepitosa con la extrema espectacularización de la vida cotidiana. Y es que, del mismo modo como retrata la magistral Chicago (Rob Marshall, 2002), la prensa sensacionalista —o no tanto— va a ser un instrumento esencial para la manipulación emocional de unos ciudadanos que necesitan una válvula de escape ante una situación económica negativa, un aspecto aprovechado por las instancias del poder como medio para mantenerse en él. Así, este eje conceptual marca una de las premisas por las que se guia Mason y que lo configura como personaje: la incansable búsqueda de la verdad de los hechos. De nuevo Perry Mason sigue al pie de la letra los esquemas o clichés del género con un argumento más o menos prototípico cercano conceptualmente a la cultura de la decepción (en el sentido inglés de la palabra) y que hace que la serie sea un magnífico ejemplo de narración «LA Noir». A todo ello se unirá una crisis espiritual o de valores que conduce directamente a la religión como marco argumental con claras referencias a las «predicadoras» evangélicas de la época que mezclan el negocio con la necesidad de llevar consuelo espiritual al mayor número de gente posible a través del espectáculo: una simbiosis entre la religión y el show business que tendrá su centro en el magnífico personaje de Sister Alice (encarnada por una más que increíble Tatiana Maslany a la que echábamos ya de menos) y su importante relación con Emily Dodson. Un planteamiento que ya vimos, aunque con un calado diferente, en el personaje de Sister Molly en Penny Dreadful: City of Angels.
Ni que decir tiene que la noirness de Perry Mason tiene su prinicipal sustento en su puesta en escena no solo en la dirección de Tim van Patten ( Boardwalk Empire, Game of Thrones, The Sopranos, The Pacific) sino especialmente en las espectaculares dirección de arte de John P. Goldsmith (The OA, The Master, A most violent year) y cinematografía de Darren Tiernan (tercera temporada de Westworld, American Gods) y David Franco (Game of Thrones, Stranger Things, Ray Donovan). Una puesta en escena que está al servicio del entorno y de la construcción de los personajes. Porque también la construcción del personaje de Perry Mason se enmarca de lleno en el esquema de la literatura hard boiled. Frente al estereotipo elegante de la ficción televisiva de los 60, Mason es un antihéroe marcado por un pasado tormentoso cercano a los protagonistas del techno-thriller: sus vivencias en la guerra marcarán su personalidad, le alejarán de su familia, le harán conocer los bajos fondos de la sociedad y determinarán unas actuaciones poco ortodoxas. Una configuración del personaje que se rompe en el midpoint de la serie —que tiene una escritura magistral— donde el Mason detective se transforma en Perry Mason el abogado, novato eso sí, pero que busca la verdad más allá de la justicia. Un planteamiento que comparten los personajes con los que se relacionará Mason y, de manera especial, los personajes femeninos. Sin embargo, la relación de Mason con las mujeres de la serie sirve para romper de manera estrepitosa con lo que se ha dado en llamar la hard boiled sentimentality. Desde este planteamientos, Mason no va a tener un hogar con una mujer esperándole como «reposo del guerrero», bien al contrario, la posible sentimentalidad de Mason se verá compartimentada entre las fricciones con su esposa Linda (Gretchen Mol) y su refugio sexual con Lupe Gibbs (Verónica Falcón). Si la mujer-compañera leal es importante en los esquemas del género, este rol es asumido en Perry Mason por Della Street (Juliet Rylance), la ayudante de Elias Birchard que se convertirá en auténtica mentora en la transformación de Mason y, sin duda, el mejor personaje de la serie. Un personaje que introduce la auténtica realidad de Emily Dodson como esposa maltratada y víctima de los prejuicios sociales sobre los comportamientos alejados de los dictados patriarcales —una reivindicación personal también— y que sirve de «click» de la transformación de Mason. Una ruptura de los esquemas prototípicos del género que es de agradecer. Como también es de agradecer la falta de grandilocuencia en Perry Mason al presentar, en esta primera temporada, el nacimiento de Mason como abogado pero especialmente presentarnos al equipo que le acompañará en sus distintos casos: un equipo esencialmente marginal tanto racial (Drake) como sexualmente (Della) para los esquemas de la época en que se desarrolla la acción. Una serie de la que parece que se espera que sea un mero pasatiempo pero que resulta adictiva y sorprendente. Toda una revelación en una serie realmente coral en la que se integran milimétricamente la puesta en escena con la intepretación de unos actores que encajan a la perfección con la construcción de los personajes y con el tono de la serie, claro desde el primer momento y que no se rompe en ningún momento. Tendremos que esperar a la segunda temporada para ver hacia dónde va Perry Mason tras este brillante inicio con un apunte ciertamente malévolo: fue una suerte que Robert Downey Jr —productor de la serie— tuviera problemas de agenda porque, sin duda, Perry Mason hubiera sido muy muy diferente. Doctora en Filología Hispánica por la Universitat de les Illes Balears. Ha sido investigadora principal del grupo RIRCA y ha dirigido tres proyectos de investigación nacionales competitivos financiados por el gobierno español. Actualmente forma parte del proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Trabaja en ficción audiovisual en plataformas diversas, especialmente en temas de arquitecturas narrativas. Tiene una especial debilidad por el posthumanismo y ha publicado distintos trabajos en revistas indizadas y editoriales de prestigio internacional. |
Perry Mason no tiene nada que ver con Perry Mason. Y por eso tienes que engancharte a la serie de inmediato. Bueno, por eso y por Mathew Rhys Por Rafael Galán 05/07/2020 Perry Mason no es, para nada, Perry Mason. Es L.A. Confidencial. Es James Ellroy (el padre del escritor, por cierto, que estaba como las maracas de Machín aseguraba a todo el mundo cuando Ellroy era pequeño que era muy amigo del mismísimo abogado de la televisión, como si fuera una persona real). Es el sórdido submundo de la California de los años 30. No es en absoluto Raymond Burr (que, ojo, Raymond Burr era mucho Raymond Burr, pero Matthew Rhys no quiere copiarle). No es una fórmula química televisiva repetida hasta la saciedad: damisela en apuros con gotitas de asesinato con un par de pipetas de acusación de falsa culpabilidad con resolución del caso siempre en pleno juicio. Perry Mason tenía que dejar atrás a Perry Mason para ser Perry Mason. Esto no es una tautología, sino la explicación matemática de por qué te tienes que enganchar a la serie de HBO que protagoniza Matthew Rhys y que es un proyecto personal de Robert Downey Jr. que ha salido bien. Perry Mason menos Perry Mason igual a Perry Mason. Han cogido lo que interesaba y han cambiado todo lo que necesitaba ser cambiado. Me explico. Porque he escrito ocho veces el nombre del abogado ahora detective privado y tengo que justificarlo de alguna manera. Hacer otra vez lo mismo, volver de nuevo al viejo Perry Mason no tenía sentido. Si en su día se estiró el chicle, telefilme tras telefilme, para un público naif, virgen en esto de la ficción criminal, volverlo a hacer nos habría hecho perder el tiempo a todas las partes implicadas. Así que Perry Mason tenía que ser diferente. Y todo lo que rodeaba a Perry Mason tenía que ser diferente. Convertir al personaje de Paul Drake (Chris Chalk), un investigador privado blanco de vuelta de todo, en un policía afroamericano en una sociedad racista, y convertir a Della Street (Juliet Rylance), el eterno amor de Perry, en una lesbiana que tiene que ocultarse, aunque en la serie siga siendo secretaria (en este caso de un abogado que no es Mason, sino EB Jonathan, interpretado por el siempre magnífico y superlativo John Lithgow) y blanca, es una declaración de intenciones de por dónde van los tiros. El nuevo Perry Mason, que vive a principios de la década de 1930, en los escenarios de las novelas originales, no tiene éxito. Es un tipo melancólico, inconformista, con un montón de fantasmas rondándole la cabeza (¿qué paso en la guerra, Mason? ¿tenías corazón, coraje y compasión?). Vive en las afueras de Los Ángeles en una granja en ruinas que sus padres le dejaron cuando murieron. La granja está en mal estado y también lo está Perry. Toma ya, la casa como metáfora: el terreno es interesante, pero está hecho un asco. ¿Qué pasará? ¿Tirará hacia adelante? Le hacen ofertas por al casa, por sus tierras, pero él no quiere malvender, aunque no tenga ni un solo centavo que echarse al bolsillo. Tiene una relación sexual salvaje con una mujer infinitamente más dura que él e infinitamente más sabia (una mujer que no entra dentro de los cánones de belleza habituales, lo que es una maravilla, señores y señoras, una maravilla).
El nuevo Perry Mason no empieza siendo un abogado de prestigio, sino que es un investigador privado que malvive como huele braguetas. Volvió de la Guerra y tenía que buscar un trabajo. Este era tan bueno como cualquier otro. Pero tiene un don para leer a las personas. ¿A dónde le llevará ese don? A los tribunales. Pero lentamente, dejando al personaje macerar y luego hornearse. Los showrunners de la serie, Ron Fitzgerald y Rolin Jones, se toman su tiempo para guiar a Perry en su nueva carrera, pero es un tiempo bien empleado. El nuevo Perry Mason tiene que lidiar con casos oscuros, que no son sota, caballo y rey. Su primer caso tiene que ver con una radio-evangelista populista (interpretada por Tatiana Maslany e inspirada en un personaje real, como ya te hemos contado en Esquire). Y no te podemos decir más para animarte a verla sin hacerte ningún spoiler. Así que la primera temporada es la precuela, la historia de los orígenes de Perry Mason, una historia nueva que no nos habían contado antes. Por eso merece la pena. Porque está bien contada, porque vemos a un personaje nuevo, qué digo uno, muchos, y porque no cae en clichés. Y encima es una serie con un par de narices: coges a un personaje clásico, con idea de contar muchas historias suyas, pero sabes que la primera que tienes que contar es la de sus orígenes, y te tomas una temporada para contarla. Que no te renuevan, que esa temporada tenga entidad por sí misma por los siglos de los siglos. Venga, no me digas que todo eso no tiene mérito. Engánchate que todavía estás a tiempo de disfrutarla sorbito a sorbito (estreno los lunes en HBO). |
Revisión de Roush: un 'Perry Mason' de la década de 1930 persigue la 'Ilusión de justicia' en la temporada 2. Roush Review: A 1930s ‘Perry Mason’ Pursues ‘Illusion of Justice’ in Season 2 Matt Roush Hace tres años, defendí la audaz decisión de HBO de reinventar al héroe icónico de Erle Stanley Gardner, Perry Mason, como un hombre de goma oprimido y crónicamente arrugado convertido en abogado en Los Ángeles de la era de la Depresión (muchos espectadores y lectores no estaban de acuerdo, no estaban dispuestos a abandonar la imagen incondicional de El infalible e imperturbable abogado de Raymond Burr de las décadas de 1950 y 1960, todavía uno de los favoritos en las reposiciones). Interpretado con desolada pugnacidad por Matthew Rhys , como si canalizara los espíritus cinematográficos de Bogart y Mitchum, el nuevo/viejo Perry Mason sintió que encajaba en el mundo del cine negro de leyendas como Sam Spade y Philip Marlowe. El arco de redención de la primera temporada de Perry fue convincente para la televisión, pero la narración de mano dura lo defrauda en el esperado pero decepcionante regreso de Perry Mason . Atraído de vuelta al derecho penal para defender a los hermanos latinos de un barrio pobre de Hooverville que está siendo encarcelado por el asesinato de un vástago de una familia petrolera, Perry recluta a su pareja lesbiana Della Street (Juliet Rylance) y al investigador negro Paul Drake ( Chris Chalk ) para lidiar con múltiples capas. de intolerancia social y corrupción en su búsqueda de lo que el cínico y cerrado fiscal de distrito Hamilton Berger (un astuto Justin Kirk ) llama “la ilusión de la justicia”. Aquí está Berger, explicándole a un amargado Perry: “¿No sabes lo que estamos vendiendo ahora? No existe la verdadera justicia, solo existe la ilusión de la justicia, la fantasía que mantiene a la gente creyendo que la verdad siempre prevalece”. Aunque no llega a decirle a Perry: "Olvídalo, es Chinatown", cuando el abogado desilusionado se marcha disgustado, Berger reflexiona: "¿Todos sienten que Mason lo odia, o solo sus amigos?". Punto justo. Perry es una decepción, que aburre la trama secundaria romántica requerida con la maestra de su hijo separado ( Katherine Waterston, esforzándose por parecer atraída), que carece de mucho entusiasmo. (Della se divierte mucho más pasando el rato en bares secretos con su nueva amiga, una guionista bohemia interpretada de manera pintoresca por Jen Tullock ). Hay pocas sorpresas en una historia donde la riqueza invariablemente connota maldad, lo que no excusa a Perry de hacer varios movimientos estúpidos que ponen en peligro su futuro como beagle legal. Un giro en el punto medio de la larga temporada de ocho episodios aumenta las apuestas, pero incluso las escenas de la sala del tribunal tienen poca potencia dramática en esta severa fábula de David contra Goliat. Me encontré suspirando por los viejos tiempos cuando un espectador en la galería de repente saltaba y anunciaba su culpabilidad, sacudido por la magia de Perry. Tal vez la próxima temporada, si hubiera una, podría ser todo sobre Della, quien al menos parece entusiasmado por estar en la corte. |
Los Ángeles de Perry Mason. (1920-80)
El censo de 1920 registró que Los Ángeles había superado a San Francisco en población, convirtiéndose en la décima ciudad más grande de la nación. LA fue, de hecho, la ciudad principal de más rápido crecimiento en el país a principios del siglo XX.
de la siguiente página presenta patrones poblacionales entre las ciudades más grandes de California entre 1890 y 1940. Durante la década de 1920, LA duplicó su tamaño: en 1930, ocupó el quinto lugar en la nación en tamaño y continuó creciendo en la década de 1930. El espectacular crecimiento de Los Ángeles comenzó en la década de 1880, cuando las tarifas competitivas de pasajeros ferroviarios del Medio Oeste y el Sur se combinaron con el clima soleado y una versión romantizada de la historia de California para atraer a buscadores de salud y turistas. El desarrollo de vagones y barcos refrigerados en la década de 1890 contribuyó a un auge en el cultivo de cítricos. Los impulsores de LA aseguraron fondos federales masivos para construir un puerto en San Pedro. El río Owens comenzó a desembocar en el sistema de agua de Los Ángeles en 1913, proporcionando mucha más agua de la que entonces necesitaba la ciudad, y luego los proyectos ampliaron los suministros de agua antes de la necesidad. La disponibilidad de agua permitió el crecimiento y otros factores contribuyeron al surgimiento de una economía diversificada. Durante las décadas de 1920 y 1930, tres elementos contribuyeron al crecimiento de la ciudad: la industria cinematográfica, los descubrimientos petroleros y una variedad de empresas manufactureras. Esta gráfica muestra el dramático aumento de la población de Los Ángeles a lo largo de los 50 años entre 1890 y 1940. Aunque la población de San Francisco se duplicó durante esos años, las otras tres ciudades crecieron mucho más rápido. ¿Qué factores ayudan a dar cuenta del espectacular crecimiento de Los Ángeles durante este periodo? Para la Primera Guerra Mundial, la industria cinematográfica era la industria más destacada del sur de California. Los Ángeles era algo natural para hacer películas: el clima solía ser soleado, rara vez llovía y había una variedad de paisajes naturales cerca, incluyendo océano, montañas y desierto. Para 1914, Hollywood, un suburbio de Los Ángeles, se había convertido en el centro de la cinematografía. A mediados de la década de 1930, la industria estaba dominada por algunos estudios grandes, en particular Metro-Goldwyn-Mayer (MGM, formado en 1924), RKO (1928), Warner Brothers (1929), 20th Century-Fox (1935) y Paramount (1935). Estos estudios compitieron para encerrar a actores y directores en contratos a largo plazo y para promover sus propias “estrellas”. Las películas se convirtieron en un gran negocio, dependientes de los bancos neoyorquinos para que el capital construyera enormes plantas físicas y desplegara la última tecnología de luz y sonido. Para 1937, la fabricación de películas era la cuarta industria más grande de la nación. Y, para entonces, ocho corporaciones producían el 90 por ciento de todas las películas y controlaban tanto la distribución de las películas como de muchas salas de cine. Un segundo factor en el crecimiento de LA fue el petróleo. Grandes descubrimientos de petróleo en la cuenca de Los Ángeles a principios de la década de 1920 impulsaron a California al primer lugar entre los estados productores de petróleo durante la década de 1920. Los descubrimientos en 1920 y 1921 en Huntington Beach, Long Beach y Santa Fe Springs desencadenaron una manía especulativa, como dijo un observador, todos se volvieron “duros, mirando locos por el petróleo”. Un geólogo lo llamó “la mayor efusión de riqueza mineral que el mundo haya conocido”. En 1924, el petróleo pasó a la agricultura como la industria líder del estado. Para 1930, la cuenca de Los Ángeles tenía 32 refinerías que empleaban a 5000 personas. Un tercer factor en el crecimiento de LA fue la manufactura. A principios de la década de 1920, las tres compañías de llantas más grandes del país concluyeron por separado que deberían construir plantas en Los Ángeles: su puerto era conveniente para enviar caucho desde el sudeste asiático, estaba cerca de campos de algodón recién desarrollados (el cordón de algodón era el otro ingrediente importante en la fabricación de llantas), y estaba en el centro del mercado de llantas de más rápido crecimiento. LA también podría prometer satisfacer las fuertes demandas de agua de las plantas. Razonamiento similar llevó a Ford a ubicar una planta de ensamblaje de automóviles en la cuenca de Los Ángeles y a fabricantes de acero a abrir una planta en Torrance. Al mismo tiempo, la cuenca del LA siguió siendo una importante región agrícola, produciendo cultivos para plantas procesadoras de alimentos. Entre 1919 y 1930, LA pasó del 28 al noveno lugar entre las ciudades manufactureras estadounidenses. Para 1930, sin embargo, LA ocupaba el quinto lugar en población, por lo que la manufactura no dominaba la economía de la ciudad de la misma manera que en Detroit o Pittsburgh, donde un tercio a la mitad de la fuerza laboral estaba en la manufactura. En LA, la proporción fue un poco más de un cuarto. El crecimiento de LA no se vio afectado por uno de los mayores desastres del estado, el colapso de la presa de San Francisco. Construido en el Cañón de San Francisquito en 1924-26 para crear un embalse para el agua del río Owens, la presa se llenó a capacidad el 7 de marzo de 1928. Se derrumbó el 12 de marzo, enviando un torrente de 125 pies de altura por el cañón, destruyendo todo a su paso. La enorme ola siguió luego el canal del río Santa Clara a través del condado de Ventura y hacia el Océano Pacífico, transportando escombros y víctimas con él. El número oficial de muertos fue de 385, pero las estimaciones actuales son de hasta 600, lo que lo convierte en segundo lugar después del terremoto de San Francisco de 1906 como el desastre más mortífero de California. El colapso de la presa dañó gravemente la reputación de William Mulholland (pp. 218—220), y pronto se retiró del departamento de agua de Los Ángeles que tanto había hecho para crear. El rápido crecimiento de Los Ángeles llegó justo cuando la industria automotriz promovía la noción de automóvil para cada familia. Para 1925, LA contaba con un automóvil por cada tres residentes, el doble del promedio nacional. La cuenca de Los Ángeles también contaba con un excelente sistema de tranvías. El auto y el tranvía hicieron posible que los angelinos vivieran más lejos del trabajo que nunca. Al mismo tiempo, los desarrolladores inmobiliarios promovieron afanosamente el ideal de la vivienda unifamiliar. Para 1930, el 94 por ciento de las residencias en Los Ángeles eran hogares unifamiliares, algo sin precedentes para una ciudad importante, y Los Ángeles tenía la densidad de población más baja con diferencia entre las 15 ciudades más grandes del país. La vida en Los Ángeles llegó a organizarse alrededor del automóvil hasta cierto punto desconocido en otras grandes ciudades, donde la mayor parte del crecimiento y la construcción habían tenido lugar en la era del caballo y el tranvía. La experiencia de Los Ángeles marcó el patrón para el desarrollo urbano futuro en casi todas partes. El primer supermercado moderno, que ofrece “ventanilla única”, apareció en Los Ángeles. La “milla milagrosa” a lo largo de Wilshire Boulevard fue el primer gran distrito comercial del país diseñado para el automóvil. El Los Angeles Times lo expresó así en 1926:
Los promotores atrajeron a cientos de miles de nuevos residentes al sur de California al presentar imágenes de sol perpetuo, palmeras altas que bordean amplios bulevares, fuentes que brotan y amplias playas de arena. El rápido crecimiento de la economía y de la población también atrajo a muchos que esperaban sacar provecho de la sociedad inquieta, y la cuenca de Los Ángeles adquirió la reputación de ser un centro de esquemas para hacerse rico rápidamente, cultos religiosos extraños y grupos políticos inusuales. Carl Sandburg, a finales de la década de 1920, escribió que “Dios tomó una vez al país por Maine como mango, le dio una buena sacudida, y todas las tuercas y tornillos sueltos rodaron hacia el sur de California”.
Durante la Segunda Guerra Mundial , Los Ángeles fue un importante centro de fabricación en tiempos de guerra, como la construcción naval y la aviación. Calship construyó cientos de Liberty Ships y Victory Ships en Terminal Island, y el área de Los Ángeles fue la sede de seis de los principales fabricantes de aviones del país ( Douglas Aircraft Company , Hughes Aircraft , Lockheed , North American Aviation , Northrop Corporation y Vultee). Durante la guerra, se produjeron más aviones en un año que en todos los años anteriores a la guerra desde que los hermanos Wright volaron el primer avión en 1903, combinados. La fabricación en Los Ángeles se disparó y, como dijo William S. Knudsen , de la Comisión Asesora de Defensa Nacional:
Después del final de la Segunda Guerra Mundial, Los Ángeles creció más rápidamente que nunca, extendiéndose hacia el Valle de San Fernando. La expansión del sistema de carreteras interestatales durante las décadas de 1950 y 1960 ayudó a impulsar el crecimiento suburbano y marcó la desaparición del sistema ferroviario electrificado de la ciudad , que alguna vez fue el más grande del mundo. Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, el crecimiento suburbano y la densidad de población, se construyeron y operaron muchos parques de diversiones en esta área. Un ejemplo es Beverly Park , que estaba ubicado en la esquina de Beverly Boulevard y La Cienega antes de ser cerrado y sustituido por el Beverly Center . as tensiones raciales llevaron a los disturbios de Watts en 1965, que resultaron en 34 muertos y más de 1000 heridos. En 1969, California se convirtió en el lugar de nacimiento de Internet, ya que la primera transmisión de ARPANET se envió desde la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) al Instituto de Investigación de Stanford en Menlo Park . En 1973, Tom Bradley fue elegido como el primer alcalde afroamericano de la ciudad, sirviendo durante cinco mandatos hasta que se jubiló en 1993. Otros eventos en la ciudad durante la década de 1970 incluyeron el enfrentamiento del Centro Sur del Ejército Simbionés de Liberación en 1974 y los casos de asesinato de Hillside Stranglers . en 1977-1978. California
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Commissioner’s Message: Who Wouldn’t Want to be Perry Mason Mensaje del comisionado: ¿Quién no querría ser Perry Mason? 12 de septiembre de 2019 Por David E. Kerrick Primero quise ser abogado en algún momento entre 1957 y 1966. Fue durante este tiempo que me presentaron a quizás el mejor abogado de todos los tiempos, Perry Mason. Perry entraba a nuestra casa una vez a la semana en nuestra pantalla de televisión en blanco y negro y capturó mi imaginación por completo. Perry era un profesional independiente, pero nunca trabajó solo. Fue asistido por dos compinches, su bella secretaria, Della Street, y su afable investigador, Paul Drake. Entre los dos, la prueba crítica siempre se entregaba a Perry en la sala del tribunal justo a tiempo. Perry luego contrainterrogaba una confesión del testigo o el verdadero asesino a veces salía de la galería llorando sabiendo que habían sido atrapados. La némesis de Perry fue Hamilton Burger, el fiscal de distrito de Los Ángeles. El Sr. Burger fue asistido por LAPD y, en particular, por un oficial superior, el teniente Tragg. Burger y Tragg siempre tenían, al comienzo del episodio, un caso circunstancial indiscutible contra el cliente de Perry. Pero al final de la hora, Perry y su equipo presentarían, en audiencia pública, las pruebas exculpatorias, que siempre, coincidentemente, proporcionaban a Burger y Tragg la identidad de la persona a la que deberían haber procesado. Perry y Burger fueron magníficos gladiadores de la corte que eligieron sus palabras a la perfección y sin esfuerzo. Eran grandes maestros del idioma inglés hablado. Cada uno de ellos podía hacer una buena broma, pero nunca hubo ningún comentario personal contra el otro abogado. Siempre mostrando el máximo respeto por los demás y por la Corte. Burger perdió graciosamente cada episodio. Sin embargo, se podría decir que solo una vez le gustaría vencer al famoso Perry Mason. El consuelo de Burger fue que Perry haría que se hiciera justicia. El acusado injustamente fue puesto en libertad y Burger ahora tenía al verdadero asesino. Perry y Della eran solteros, supongo. Nunca hubo ninguna mención de cónyuges o hijos. Me imaginaba, a veces, que harían pareja, pero nunca sucedió. Perry estaba absorto en su trabajo las 24 horas del día, los 7 días de la semana y Della tenía que ayudarlo con la misma intensidad. Nunca hubo tiempo para el romance. Había muchos cócteles y cigarrillos, y Paul Drake fumaba más cigarrillos que nadie que yo haya visto. Hizo que se viera muy genial. Siempre vestía traje, pero de alguna manera podía mezclarse con los testigos que entrevistó y obtener la información que Perry necesitaba. Había un villano diferente para cada episodio, el verdadero asesino. Sin embargo, entre el elenco regular, el teniente Tragg era una especie de villano. Era bastante celoso en su trabajo y siempre estuvo convencido de que los clientes de Perry merecían la horca. Hasta que, por supuesto, la verdad se reveló al final. Como abogados en ejercicio, podemos aprender muchas lecciones de Perry Mason. Gestión de bufetes de abogados. Lo mejor es tomar un caso a la vez. El teléfono en la oficina de Perry no suena todo el día, nunca llega gente queriendo saber cuándo terminará su proyecto. Puede concentrarse por completo y encontrar justicia para un acusado inocente por semana. Bienestar. Perry siempre es genial y sereno. Y a pesar de toda la presión que aparentemente debe estar sobre él, nunca necesita vacaciones. Perry trabaja todos los días, todas las noches y todos los fines de semana. Supongo que incluso trabaja en días festivos. El secreto del bienestar, aparentemente, es no tener cónyuge, hijos, una vida hogareña u obligaciones personales fuera de la oficina. Plan de sucesión. Cuando tomas un caso a la vez, no necesitas un plan de sucesión porque cuando bajes no quedarán cien cabos sueltos en el aire. Civilidad. La clave del éxito de Perry para permanecer siempre civilizado es que nunca litiga casos con idiotas. Sus juicios son siempre contra el siguiente mejor abogado de la ciudad, un adversario celoso con una dicción impecable y una conducta profesional. En la sala del tribunal, se convierte en una competencia para ver quién será el defensor más elocuente y respetuoso. Nunca dejes que te vean sudar o desahogar tu ira. Honorarios de abogados. Nunca vi a Perry Mason extraer honorarios de ninguno de sus clientes. Nunca se me ocurrió a mi corta edad que Perry necesitaría dinero para pagar el alquiler de su oficina y su ayuda. Todo eso debe haber sucedido por ósmosis. La lección aquí es que si trabajas en asuntos importantes para personas importantes, el dinero se cuidará solo. No se preocupe por las horas facturables. Abogado Publicidad. Perry nunca hizo publicidad. Parecía que todos en Los Ángeles sabrían que cuando te acusan injustamente de homicidio en el agujero legal más profundo posible, sabes solo por su reputación que el hombre que debes ver es Perry Mason: él es tu única oportunidad de hacer justicia. Cuando obtenga impresionantes victorias en cada caso de primera plana que tome, la gente lo encontrará. Cuando la serie de Perry Mason tuvo sus nueve años en televisión, yo tenía entre 6 y 15 años. Es cierto que Perry Mason es un abogado ficticio, pero el poder de su actuación en la sala del tribunal y la naturaleza importante de su trabajo iniciaron mi primer interés en el derecho y los abogados. Más tarde, recibí otro estímulo en el camino de abogados reales, familiares y amigos. Pero cuando pienso en el comienzo de mi aprendizaje legal, fue bajo la tutela del mejor abogado de todos los tiempos, Perry Mason. ¿Quién no querría ser Perry Mason? |
Erle Stanley Gardner.
Escritor estadounidense de novelas policíacas y abogado en California, nacido en Malden (Massachusetts) en 1889 y muerto en 1970. En 1921 comenzó su carrera como novelista escribiendo ocasionalmente algunas historias cortas sobre detectives, y a partir de 1928 se le ha llegado a contar un promedio de más de un millón de palabras escritas cada año. De estilo vigoroso y realista, es popularmente conocido por la creación del detective Perry Mason, su más famoso personaje, que es además, como el propio Gardner, un hábil abogado. Gardner buscó el éxito que obtuvo con su primera novela del detective Perry Mason en docenas de continuaciones en la misma vertiente, haciendo que el detective Perry Mason apareciera en más de ochenta de sus novelas. Estas historias han conseguido el beneplácito del público debido a una rápida y realista acción, llena de hábiles artificios legales y revelaciones de ingenuidad legal. De entre todas sus novelas destacan notablemente títulos como The Case of the Velvet Claws (1933) y The Case of the Duplicate Daughter (1960), la última de ellas debida en gran parte al trabajo de Gardner como procurador. Comentario. De hecho, era una fábrica de ficción de un solo hombre, que producía más de un millón de palabras al año, incluida una novela completa cada tres noches, y al mismo tiempo dirigía un bufete de abogados durante el día y tramitaba en los tribunales. Gardner tenía una visión extremadamente pragmática y realista de su talento para escribir y, a menudo, hablaba de comercializar sus historias de la misma manera que un tendero vende galletas y pasteles. Cada año trataba de mejorar su producto, haciendo más vendible su material. El año 1932 resultó ser un importante punto de inflexión en la carrera de Gardner. Descubrió que reemplazar su máquina de escribir con un dictáfono no solo aumentaba su producción sino que también eliminaba la tensión de escribir cada manuscrito. Gardner comenzó a dictar sus historias en cilindros de cera y se las entregó a su secretaria para que las transcribiera. Luego hacía correcciones manuales en la copia mecanografiada antes de enviarla al mercado. En ese momento, Gardner tenía cuarenta y tantos años y, con una docena de años de ficción corta a sus espaldas, estaba decidido a intentar una novela. El dictado hizo que esta forma más larga fuera mucho más fácil, y en solo cinco días completó un trabajo de setenta mil palabras, "La duda razonable". Luego dictó rápidamente una segunda novela completa titulada "El veredicto silencioso" , Ambas novelas fueron rechazadas por varios editores de Nueva York antes de encontrar un hogar con Thayer Hobson, presidente de William Morrow and Company. El agente literario de Gardner le escribió citando la opinión editorial de Hobson: "Los abogados en sus dos libros son bastante diferentes... él cree que podría combinar sus cualidades para sacar ventaja [y] usar el mismo personaje una y otra vez al estilo de Sherlock Holmes (Fugate, p. 176). Hobson siguió con una carta personal a Gardner en la que expresó su preocupación por algunos de los aspectos pulposos contenidos en ambos trabajos. "Haz que tu abogado... sea más sutil y un poco menos duro" (Eu gate, p. 177). También le pidió a Gardner que pensara en un nombre que fuera más aceptable para la audiencia de un libro. Stark y Keene estaban demasiado en el modo pulp. Cuando era niño, Gardner se había suscrito a una revista llamada Youth's Companion. El logotipo de la editorial estaba impreso en letras negritas en la portada de cada número: "PERRY MASON AND COMPANY", Boston, Massachusetts. Se había encontrado el nombre perfecto y había nacido uno de los personajes más famosos de la novela negra. Pulp (literatura) El término pulp o pulps, abreviatura del inglés "pulp magazines" (revistas pulp o revistas de pulp), hace referencia a publicaciones baratas y de escasa calidad material que fueron muy populares en los Estados Unidos desde 1896 hasta finales de la década de 1950. En particular, el término Pulp deriva del papel de pulpa de madera barato en el que se imprimían las revistas, haciendo referencia a un formato de encuadernación en rústica, barato y de consumo popular, de revistas especializadas en narraciones e historietas de diferentes géneros de la literatura de ficción. La revista pulp típica tenía 128 páginas, 18 cm de ancho por 25 cm de alto y 1,3 cm de grosor, con bordes irregulares y sin recortar. Las publicaciones contenían argumentos simples con grabados e impresiones artísticas que ilustraban la narración, de manera similar a un cómic o una historieta. Dichas publicaciones aparecen durante el primer tercio del siglo xx y continúa su impresión hasta finales de la década de 1950. Fue el bajo coste de los pulps lo que los hizo tan populares entre las masas estadounidenses, y en este sentido fueron descendientes directas de las dime novels y los penny dreadfuls y las revistas de ficción corta del siglo xix que contaban las hazañas de soldados y bandoleros, en un formato de revista barata destinada al consumo popular: se vendían a 10¢ (one dime) y a un centavo (penny) respectivamente. Los pulps dieron origen al término pulp fiction (ficción de pulp) para referirse a literatura popular y de baja calidad. Aunque muchos escritores respetados escribían para los pulps, las revistas eran más conocidas por su temática morbosa, explotadora y sensacionalista. Estas revistas publicaban principalmente relatos de ficción (muy a menudo presentados como historias reales), con una gran variedad de temas, como la ciencia ficción, la ficción de horror, suspense, acción, romance y fantasía en los que intervenían elementos de carácter lascivo como la violencia y el erotismo, concentrándose en las variantes de la ficción de explotación. Las publicaciones comenzaron a distinguirse del comic book tradicional debido a su formato de publicación extenso y a la intervención de elementos de la ficción de explotación en el argumento de la publicación. Tras un periodo de éxito, el género decayó a partir de los años 50, debido al aumento del precio del papel y a la fuerte competencia de los cómics, la televisión y las novelas. Los pocos pulps que aún se publican hoy en día están orientados principalmente a la ciencia ficción y la fantasía. Los cómics de superhéroes modernos se consideran a veces descendientes de los "pulps de héroes", historias ilustradas de personajes heroicos, como Flash Gordon, La Sombra, Doc Savage o The Phantom Detective. |
Novelas de Perry Mason.
Año | Título | Traducción | Fecha de publicación | |
---|---|---|---|---|
1933 | The Case of the Velvet Claws | El caso de las garras de terciopelo | Marzo 1933 | |
1933 | The Case of the Sulky Girl | El caso de la joven arisca | Septiembre 1933 | |
1934 | The Case of the Lucky Legs | El caso de las piernas bonitas | Febrero 1934 | |
1934 | The Case of the Howling Dog | El caso del perro aullador | Junio 1934 | |
1934 | The Case of the Curious Bride | El caso de la novia curiosa | Noviembre 1934 | |
1935 | The Case of the Counterfeit Eye | El caso del ojo de cristal | Abril 1935 | |
1935 | The Case of the Caretaker's Cat | El caso del gato del portero | Septiembre 1935 | |
1936 | The Case of the Sleepwalker's Niece | El caso del sonámbulo | Marzo 1936 | |
1936 | The Case of the Stuttering Bishop | El caso del tartamudo | Septiembre 1936 | |
1937 | The Case of the Dangerous Dowager | El caso de la viuda peligrosa | Abril 1937 | |
1937 | The Case of the Lame Canary | El caso del canario cojo | Septiembre 1937 | |
1938 | The Case of the Substitute Face | El caso del retrato falso | Abril 1938 | |
1938 | The Case of the Shoplifter's Shoe | El caso de la cleptómana | Septiembre 1938 | |
1939 | The Case of the Perjured Parrot | El caso del loro perjuro | Febrero 1939 | |
1939 | The Case of the Rolling Bones | El caso de los dados falsos | Noviembre 1939 | |
1940 | The Case of the Baited Hook | El caso del anzuelo sin cebo | Marzo 1940 | |
1940 | The Case of the Silent Partner | El caso del socio silencioso | Noviembre 1940 | |
1941 | The Case of the Haunted Husband | El caso del marido obsesionado | Febrero 1941 | |
1941 | The Case of the Empty Tin | El caso de la lata vacía | October 1941 | |
1942 | The Case of the Drowning Duck | El caso del patito que se ahogaba | Mayo 1942 | |
1942 | The Case of the Careless Kitten | El caso del gatito imprudente | Septiembre 1942 | |
1943 | The Case of the Buried Clock | El caso del reloj enterrado | Mayo 1943 | |
1943 | The Case of the Drowsy Mosquito | El caso del mosquito adormilado | Septiembre 1943 | |
1944 | The Case of the Crooked Candle | El caso de la vela torcida | Mayo 1944 | |
1944 | The Case of the Black-Eyed Blonde | El caso de la rubia del ojo amoratado | Noviembre 1944 | |
1945 | The Case of the Golddigger's Purse | El caso del bolso de la vampiresa | Mayo 1945 | |
1945 | The Case of the Half-Wakened Wife | El caso de la mujer semidormida/ dama soñolienta | Septiembre 1945 | |
1946 | The Case of the Borrowed Brunette | El caso de la morena prestada | Noviembre 1946 | |
1947 | The Case of the Fan Dancer's Horse | El caso de la bailarina y su caballo | Junio 1947 | |
1947 | The Case of the Lazy Lover | El caso del falso enamorado | October 1947 | |
1948 | The Case of the Lonely Heiress | El caso de la heredera solitaria | Febrero 1948 | |
1948 | The Case of the Vagabond Virgin | El caso de la doncella errante | Julio 1948 | |
1949 | The Case of the Dubious Bridegroom | El caso del marido dudoso | Febrero 1949 | |
1949 | The Case of the Cautious Coquette | El caso de la coqueta cautelosa | Mayo 1949 | |
1950 | The Case of the Negligent Nymph | El caso de la ninfa negligente | Enero 1950 | |
1950 | The Case of the One-Eyed Witness | El caso de la viajera misteriosa | Noviembre 1950 | |
1951 | The Case of the Fiery Fingers | El caso de los dedos luminosos /dedos de Fong | Mayo 1951 | |
1951 | The Case of the Angry Mourner | El caso de la prometida celosa | October 1951 | |
1952 | The Case of the Moth-Eaten Mink | El caso del abrigo de visón | Abril 1952 | |
1952 | The Case of the Grinning Gorilla | El caso de la sonrisa del gorila | Noviembre 1952 | |
1953 | The Case of the Hesitant Hostess | El caso de la chica vacilante | Abril 1953 | |
1953 | The Case of the Green-Eyed Sister | El caso de la mujer de los ojos verdes | Noviembre 1953 | |
1954 | The Case of the Fugitive Nurse | El caso de la enfermera fugitiva | Febrero 1954 | |
1954 | The Case of the Runaway Corpse | El caso del cadáver fugitivo/ del cadáver que desaparece | Junio 1954 | |
1954 | The Case of the Restless Redhead | El caso de la inquieta pelirroja | October 1954 | |
1955 | The Case of the Glamorous Ghost | El caso del fantasma atractivo | Enero 1955 | |
1955 | The Case of the Sun Bather's Diary | El caso del diario de la nudista | Mayo 1955 | |
1955 | The Case of the Nervous Accomplice | El caso del cómplice nervioso | Septiembre 1955 | |
1956 | The Case of the Terrified Typist | El caso de la mecanógrafa asustada | Enero 1956 | |
1956 | The Case of the Demure Defendant | El caso de la cliente indescifrable | Mayo 1956 | |
1956 | The Case of the Gilded Lily | El caso de la chantajista sentimental | Septiembre 1956 | |
1957 | The Case of the Lucky Loser | El caso de la secretaria insistente | Enero 1957 | |
1957 | The Case of the Screaming Woman | El caso de la mujer que gritó | Mayo 1957 | |
1957 | The Case of the Daring Decoy | El caso de la trampa peligrosa | October 1957 | |
1958 | The Case of the Long-Legged Models | El caso de la modelo de las piernas largas | Enero 1958 | |
1958 | The Case of the Foot-Loose Doll | El caso del pico de partir hielo | Mayo 1958 | |
1958 | The Case of the Calendar Girl | El caso de la fotografía indiscreta | October 1958 | |
1959 | The Case of the Deadly Toy | El caso del juguete mortífero | Enero 1959 | |
1959 | The Case of the Mythical Monkeys | El caso de los simios legendarios | Junio 1959 | |
1959 | The Case of the Singing Skirt | El caso de la chica del night-club | Septiembre 1959 | |
1960 | The Case of the Waylaid Wolf | El caso del seductor insidioso | Enero 1960 | |
1960 | The Case of the Duplicate Daughter | El caso de la hija duplicada | Junio 1960 | |
1960 | The Case of the Shapely Shadow | El caso de la silueta insinuante | October 1960 | |
1961 | The Case of the Spurious Spinster | El caso de la falsa solterona | Marzo 1961 | |
1961 | The Case of the Bigamous Spouse | El caso de la esposa bígama | Agosto 1961 | |
1962 | The Case of the Reluctant Model | El caso de la modelo asustada | Enero 1962 | |
1962 | The Case of the Blonde Bonanza | El caso de la "mina" rubia | Junio 1962 | |
1962 | The Case of the Ice-Cold Hands | El caso de las manos heladas | October 1962 | |
1963 | The Case of the Mischievous Doll | El caso de las muñecas semejantes | Febrero 1963 | |
1963 | The Case of the Stepdaughter's Secret | El caso del secreto de la hijastra | Junio 1963 | |
1963 | The Case of the Amorous Aunt | El caso de la tía enamorada | Septiembre 1963 | |
1964 | The Case of the Daring Divorcee | El caso de la divorciada atrevida | Febrero 1964 | |
1964 | The Case of the Phantom Fortune | El caso de la fortuna fantasma | Mayo 1964 | |
1964 | The Case of the Horrified Heirs | El caso de los herederos asustados | Septiembre 1964 | |
1965 | The Case of the Troubled Trustee | El caso del tutor en apuros | Febrero 1965 | |
1965 | The Case of the Beautiful Beggar | El caso de la bella pordiosera | Junio 1965 | |
1966 | The Case of the Worried Waitress | El caso de la camarera preocupada | Agosto 1966 | |
1967 | The Case of the Queenly Contestant | El caso de la cliente majestuosa | Mayo 1967 | |
1968 | The Case of the Careless Cupid | El caso del cupido descuidado | Marzo 1968 | |
1969 | The Case of the Fabulous Fake | El caso de la simpática impostora | Noviembre 1969 | |
1972 | The Case of the Fenced-In Woman | El caso de la mansión dividida | Septiembre 1972 | |
1973 | The Case of the Postponed Murder | El caso del crimen diferido | 1973 |
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