Definición
Todos somos oradores, la única diferencia es el desarrollo que le damos a nuestra capacidad de poder comunicarnos con los demás. Convertirte en un artesano del verbo y poder utilizar la oratoria para convencer a los demás de seguir un camino de rectitud y de bien, es una disciplina que te regala hermosas satisfacciones. Siempre se ha discutido si la oratoria, era en la Grecia antigua, un arte, menor o un arte mayor- ya explicare mas adelante lo que esto significaba en la cuna de la cultura occidental- de que si un orador nace o se hace, de que si la oratoria en un arte o es una ciencia, o de que si hay oratoria ética o poco ética y muchos adjetivos más. Lo que si te puedo decir amigo lector es que la palabra es poderosa más que cualquier arma nuclear, ya Marco Tulio Cicerón el gran tribuno Romano nos advertía de los peligroso que han sido algunos oradores de la historia de la humanidad que utilizando la palabra han movilizando muchedumbres apelando a una causa insana y llevándolos a rutas de destrucción y caos. En su libro “Mi Lucha” Adolfo Hitler dedico un capitulo al que llamo “la importancia de la oratoria “donde afirmaba que “las muchedumbres eran como las mujeres había que dominarlas,” Sin embargo existió una época en que la oratoria fue considerada un arte menor, en la Grecia antigua llamaban arte mayor a las Artes Liberales que estaban divididas en 1- Gramática que estudiaba el lenguaje 2- Dialéctica que se basaba en el estudio de la razón 3- Retórica que estudiaba las figuras 4- Aritmética que estudiaba los números 5- Geometría que estudiaba los ángulos 6- Astronomía que estudiaba los astros – 7 Música que estudiaba los tonos. Todo el conocimiento humano se sintetizaba en estas Artes Liberales llamadas mayores ya que ofrecían conocimientos generales y destrezas intelectuales a diferencia de las Artes menores que consistían en tener destrezas profesionales u ocupacionales llamadas Artes Manuales o menores. Existían en aquella época unos profesionales que se llamaban logógrafos que se dedicaban a redactar discursos para los tribunales, por lo que para muchos la oratoria caía en esa categoría de especialización, pero basta hacer una simple reflexión para darnos cuenta que en la siete Artes liberales mayores encontramos tres de ellas con un vinculo mágico y directo con la oratoria: la gramática, la dialéctica y la retórica. Es entonces la oratoria un arte mayor que expresa la grandeza de la creación en varios sentidos. Primero porque en el mismo Libro Sagrado que es la Biblia en el Nuevo Testamento el Apóstol Juan en su primer capitulo afirma “En el principio era el Verbo y el Verbo era con Dios y el verbo era Dios.” Imaginarte lo trascendente de dicho capítulo que encarna la magnitud del verbo y si nos vamos al Génesis la Biblia señala y Dios “dijo “hágase la luz y se hizo la luz, en la creación misma la palabra es un referente de acto creativo. Por eso mi afirmativa inicial de que todos somos oradores porque en la oratoria no hay principios exactos que nos señalen un solo camino sino múltiples rutas de vuelo que nos hablan de la grandeza del arte y del hombre. Es por eso que podemos afirmar como lo hace Sanchez Salor que “no hay estilo oratorio perfecto; no es perfecto, por si solo y en todo momento , el estilo elevado; ni el estilo medio ; ni tampoco el tenue ni el bajo; el estilo perfecto es el que responde al principio del “decorum”, de lo conveniente en cada momento , en cada circunstancia , y a cada persona o personas; el estilo perfecto es pues aquel que se adapta a lo conveniente en cada ocasión.” Fotografías llamadas ""Adolf Hitler ensaya gestos supuestamente espontáneos mientras se escucha una grabación de uno de sus discursos anteriores"" El líder alemán Adolf Hitler, ensaya gestos destinados a parecer espontáneos mientras se escucha una grabación de uno de sus discursos. En 1927, cuando Heinrich Hoffman tomó estas fotos, Adolf Hitler cultivó cuidadosamente su imagen publica como líder del partido nacionalsocialista de Alemania. El Heinrich Hoffman (Fürth, 12 de septiembre de 1885 – Múnich, 11 de diciembre de 1957), fue un buen amigo de Hitler y su fotógrafo exclusivo, tituló las imágenes: "Adolf Hitler ensaya gestos supuestamente espontáneos mientras se escucha una grabación de uno de sus discursos anteriores". Las fotos podían acabar con el mito de las habilidades naturales para la oratoria de Hitler por lo que ordenó a su fotógrafo que las destruyera, pero no lo hizo y fueron publicados en las memorias personales de Hoffmann "Hitler fue mi amigo" (1955). El orador innato.
El orador Jesús Suevos (Jesús Suevos Fernández-Jove nacido en Ferrol, La Coruña, 12 de diciembre de 1907, y fallecido en Madrid, 19 de mayo de 2001, fue un político y periodista español.) dijo que para se orador había que hablar, constantemente, y a todas horas y que luego era cuestión de subir al estrado y zás.
Lo mismo me dijo el político y orador belga León Degrelle.(Bouillon, Bélgica; 15 de junio de 1906 – Málaga, España; 31 de marzo de 1994) Según él basto con empezar a hablar y seguir durante el rato que convenga. Indudablemente parece este el mismo procedimiento de Blas Piñar, (Toledo, 22 de noviembre de 1918 - Madrid, 28 de enero de 2014), mientras que Hitler, por lo que he leído, dictaba a sus secretarias los discurso el día anterior a la fecha en cuestión, y tal como se lo escribían directamente a máquina, los leía en las sesiones del Reichstag. Sus colaboradores decían que esos discurso estaban llenos de alusiones a temas había tratado con ellos durante la semana anterior, es decir, lo que me había indicado Jesús Suevos. Además el 80 por ciento de los discursos de Adolf Hitler eran improvisados. Dictaba lo que había de dar en el Reichstag y que podían tener trascendencia política internacional, una vez ya en el poder. Estos grandes oradores de la historia, por lo que se ve, no precisan preparación alguna, ocasionalmente Hitler llevaba durante sus campañas electorales, un papel en la mano con algunas anotaciones, pero en todo caso creo que para aquellos que no somos superdotados, es precisa una preparación. LA PREPARACIÓN DE UN DISCURSO. Lo primero es elegir el tema general. Se puede elegir un máximo de cuatro o cinco temas bastante diferentes entre sí. Un discurso de una hora no da para más. Imaginemos que el tema elegido para el mitin es "LA DEMOCRACIA". Lo dividimos en cuatro temas, que podrían se IGUALDAD, LIBERTAD, FRATERNIDAD, PAZ. Esos temas lo podemos subdividir en otro sub temas, IGUALDAD: de sexos, de razas, de creencias, etc. LIBERTAD, de residencia, de trabajo, de pensamiento. FRATERNIDAD, entre los pueblos, entre las razas, entre las ideologías. PAZ, entre las naciones, los bloques, etc. Dentro de cada subapartado podemos poner indicaciones marginales. En la página siguiente voy a indicar en forma de esquema una forma de presentarlo. En ese papel inicial en que indicamos los temas, podemos hacer cuantas anotaciones queramos, pero lo que no hacerse es a última hora, hacerlo de nuevo, en limpio, porque mientras hablemos no nos acordaremos absolutamente de nada. Si conservamos el papel original, la memoria fotográfica, recuerda los tonos diferentes de las anotaciones en los lados, etc. Hacerlo de nuevo obliga a llevarlo en la mano y consultarlo periódicamente. Hay que tener presente que pese a los mejores deseos, nos olvidaremos de cosas importantes y que, aún teniendo el papel en las manos, no encontraremos momento para mirarlo, pues esas décimas de segundo necesarias parecen siglos cuando todo el mundo está exclusivamente pendiente de uno. Igualmente hay que tener en cuanta que si preparamos un discurso de una hora, la duración real en el mitin será como máximo de la mitad. No hace falta decir que con el tiempo y la experiencia todas estas dificultades van siendo vencidas, pero los que han dado alguna conferencia o discurso, saben que eso pasa exactamente así. El esquema de un discurso, según lo indicado antes podría ser: IGUALDAD sexos, En el trabajo, En la familia, En la política. etc. LIBERTAD de residencia, de marchar al extranjero, de marchar a otra provincia, de cambiar de domicilio, de trabajo, etc. Y así sucesivamente. Este esquema quedará memorizado rápidamente. Lo aprendérselo de memoria, pues si surge algún inconveniente y debe uno terminar antes de los previsto o extenderse más tiempo, le será imposible. COMO DAR UN DISCURSO Hay algunos aspectos externos que tiene para mí indudable importancia. Es fundamental no lee y, en la medida de lo posible, no llevar notas en la mano. Si queremos llevarlas las podemos dejar en un bolsillo por si hemos de recurrir a ellas o, incluir alguna cita contextual larga y aprovechar la ocasión para llevar anotaciones en dicha cita. Hemos de llevar los bolsillos vacíos o hacer, como Degrelle -mencionado antes- , que lleva una americana solo para el mitin. Si llevamos algo en los bolsillos con el movimiento lógico del discurso puedo uno, entre la calderrrilla y las llaves, parecerse a un trineo con sus peculiares campanitas. hay que evitar balancearse. Esto es tanto más importante cuando detrás del orador hay algún símbolo muy contrastado, -blanco sobre rojo, por por ejemplo-, que va emergiendo por la derecha y la izquierda de la cabeza del orador. Tampoco conviene mucho de un lado al otro. Hay que disponer de un estrado sin nadie ni nada. Tampoco conviene mucho de un lado al otro. Hay que disponer de un estrado sin nadie ni nada. Creo que nunca lo he conseguido pero insisto en ello. Sobre el estrado, sin arreglatorio, ni botella, ni mesa barroca, etc. debe estar únicamente el orador, sin nada en las manos, y empezar a hablar como lo estaría haciendo en su casa. Equivocarse, tartamudear, confundirse, etc., no tiene mayor importancia. Al contrario, da la sensación de una conversación normal, siempre que uno no se vea nervioso o confundido. Si nos equivocamos no hemos de preocupar, pues la mayoría de gente apenas se da cuenta. No hemos de cometer el error de decir "mocasines" en lugar de "adoquines" y, llamar nosotros mismos la atención sobre ello, diciendo el clásico, "perdón, queríamos decir...", pues entonces todo el mundo ríe, mientras que nadie lo hará si continuamos. En ocasiones, cuando se ven movimientos en la sala, comentarios entre varios, señales, cuando entra la policía, etc., uno pierde el hilo de lo que decía. Nunca ha de pararse. Ha de salvar el trance hablando sin decir nada durante el tiempo que convenga hasta coger el hilo de lo que se decía, lo cual a veces no es nada fácil. Frases como, "es indudable que en todo caso hay que ser conscientes de que los problemas exigen una solución adecuada a la naturaleza de los mismo, pues corresponde a la naturaleza de casa cosa una igual correspondencia en su resolución, otra forma de actuar contribuiría a confundir la forma de concebir las soluciones de aquellos aspectos más transcendentes..." y con cualquier frase de puente, podemos volver al camino original. Quizás los más observadores podrán notar algo raro en el transcurso de la incoherente frase, pero es que realmente aunque para nosotros parezca que ha pasado mucho tiempo, la gente presente en las sala, no se ha percatado pues en conjunto se ha tratado de segundos. Es importante elegir bien la hora. Que no coincida con partidos de fútbol retrasmitidos por televisión, ni con actos similares de signo parecido. La 7 u 8 de la noche es una hora habitualmente buena. La sala ha de ser cuidadosamente elegida y decorada. Es preferible una sala pequeña atestada que una enorme, con más gente que la otra, pero que se vea vacía. . No hay que mirar a un solo punto de la sala, y menos a la mesa o al techo. hay que ir cambiando la vista de lugar, mirando por igual a las primeras filas que a las últimas. Unicamente resulta un poco forzado mirar a un segundo piso si lo hay. Pero nunca hay que tener la vista fija. No hay que hablar rápido. Siempre mantener la calma e ir pensando en ello para no "dispararse", así se dispone de más tiempo para pensar. Darse cuenta de cuando el público está cansado. En ese momento hay que caminar ya hacia el final del acto, procurando decir lo más importante de lo que nos queda en el tintero. Los brazos deben ayudar a la expresión, pero sin exageración. Hay que estar atento de lo que pasa en la sala y a las mínimas expresiones del público. Siempre hay en la sala en que va asistiendo con la cabeza, o negando. "El orador tiene el auditorio al cual se dirige un punto permanente de referencia -escribe Hitler-, siempre que sepa leer en la expresión de sus oyentes hasta qué puntos éstos son capaces de seguirle y comprender sus ideas". ha de estar pendiente de todo lo que ocurre y hacer los oportunos comentarios en los momentos precisos, aunque sean totalmente fuera de texto previsto.QUE DECIR EN UN DISCURSO Lo profundo da categoría y lo divertido llena. Creo que lo ideal es ser siempre profundo y divertido. En general los mítines organizados por un partido, se llenan con simpatizantes de ese partido. No hace falta pues preocuparse de aclarar algunos puntos que para la gente de la calle estrían oscuros, sin embargo hay que ser claro y sencillo en la exposición.
Esto tiene ahora relativamente poca importancia en los mítines pues, como queda dicho, se llena de correligionarios. Siempre hay que pensar en esa 5, 10 o 100 personas que no nos conocen y a ellas hay que dirigir una parte de nuestra argumentación, pero realmente la necesidad indicada por Hitler ahora la tenemos raspasada a la televisión o al parlamente, toda vez que los debates parlamentarios son retrasmitidos por televisión. En este caso hay la indudable dificultad de que no puede verse al público. Cuando la "oposición" va a un mitin que no es de los suyos, solo lleva intensiones destructivas. Como he dicho antes, lo importante es la forma de decir las cosas, más que las cosas en sí. Hay que utilizar ejemplos muy gráficos, independientemente de que sean adecuados o no. si queremos justificar la conveniencia de ir poco a poco y paso a paso, sin grandes accione espectaculares. Cuanto más multitudinario es un acto, tanto más generales han de ser las ideas. Lo importante pese a todo, es la forma de decir las cosas. Hay que procurar evitar el hablar como en las sinfonías clásicas que veinte compases antes de terminar ya se adivina el final. Hay que salir sino con ideas nuevas, con formas nuevas de presentar esas ideas. hemos de mencionar también la importancia de impostación de la voz. Es imposible por escrito matizar este extremo, pero indudablemente a cada situación corresponde una peculiar impostación. Incluso, en los ejemplos sonoros que acostumbro a poner al dar el mana de la oratoria, siempre destaco un discurso de Hitler en el cual logra el aplauso general, únicamente por la impostación adecuada.
CONCLUSIÓN En definitiva cuando se carece de las virtudes innatas de los grandes oradores, que en definitiva no son demasiados a lo largo de la historia, hay que prepararse meticulosamente para la actuación en público. No hay realmente sistemas patentados, y por ello cada cual sobre la marcha puede ir logrando la "técnica" adecuada. Los mítines tienen el gran inconveniente de que han de ser "éxitos". No pueden resolverse como uno quiera sino como quiera el público. En una conferencia en la que se trata de exponer un tema, es conveniente también tratar de hacerla amena a base de anécdotas o comentarios ingeniosos, pero no es obligatorio. Si la gente se cansa, que se canse y si se va, que se vaya. El objetivo de una conferencia es formar a una gente que se supone va con esa intención, pero en un mitin el público espera pasarlo bien y debe conseguirse que salga con una moral de lucha. Hay que prepararlos concienzudamente y tener presente que siempre se puede seguir aprendiendo. Es preciso asistir a los mítines de los que tengan más fama de buenos oradores para seguir aprendiendo siempre. Cuando Tarradellas Joan, marqués de Tarradellas, (Cervelló, Barcelona; 19 de enero de 1899-Barcelona; 10 de junio de 1988, fue un político español, presidente de la Generalidad de Cataluña en el exilio desde 1954 hasta 1977, y de la Generalidad desde este último año hasta 1980.) volvió del exilio en medio de una campaña multitudinaria preparada por todos los partidos en liza , sus palabras: "ja soc aquí" (ya estoy aquí) constituyen una de las genialidades oratorias más inteligentes de los últimos tiempos. Esa simple frase -ignoro si escogida por él o pro un equipo de publicidad- , fue más elocuente que todo un largo discurso. El que quiere ser orador, debe asistir a mítines, propios o extraños, desde un punto de vista pedagógico, observando aquello pasajes que causan más impacto en el público y los motivos por los que esto ocurre. En un mitin dado por Jesús Suevos Fernández-Jove (Ferrol, La Coruña, 12 de diciembre de 1907 - Madrid, 19 de mayo de 2001, político y periodista español.) en Barcelona, la parte más notable tuvo lugar cuando dijo la frase: "En Yalta se reunieron Churchill, Roosevelt, Stalin... tres criminales de guerra". Lo lógico es que esta frase hubiese sido pronunciada en forma de creciendo hasta convertirse en grito al llamarles criminales de guerra. Suevos hizo exactamente lo contrario. Empezó a un nivel normal, y fue bajando paulatinamente hasta llegar casi a un susurro. Nadie esperaba por su tono de voz que fuese a llamar criminales de guerra a los tres grandes, especialmente si tenemos en cuenta que en la sala se hallaban presentes todas las autoridades civiles y militares. Creo que puede calificarse de genial esta forma elegida, pues evidentemente contrastó plenamente su voz casi apagada con el estruendoso aplauso que la siguió. No hay pues sistemas "estáticos", y siempre conviene ir aprendiendo, así como saber en todo momento cual es el objetivo a conseguir en cada acto. Cuando el famoso acto de Madrid en el cual la prensa en pleno abandonó ostensiblemente la sala molesta por mis alusiones, el público quedó entusiasmado del acto, de mi improvisación y de mi sangre fría, pero realmente cometí un grave error. Tenía ante mí a toda la prensa española, a los más destacados periodistas y de hecho el mitin, en detrimento del público debería habérselo dado todo a ellos. Les tenía a todos juntos y les podía convencer pues en lo que llevábamos de acto, mirando sus rostros, podía ver que se lo estaban pasando bien. Si por ejemplo en un mitin vemos que hay una gran masa de gente ajena a nosotros, hay que dirigirse preferentemente a ellos y procurar ver si son obreros , estudiantes, etc. para enfocar el discurso en este sentido. Es indudable que la voz tiene una importancia muy grande, como ya he dicho. Se puede elevar el tono de la voz, se puede gritar, pero ha de ser natural. Hay algunos que creen que un mitin es dar una conferencia a gritos y eso es falso. Cuando escuchemos a Hitler debemos tener presente que en Alemania se habla así, es un idioma más duro y, por otro lado, hemos de pensar que se ha perdido la costumbre. Un "creciendo", empezado débilmente y ulminando con toda la fuerza de nuestros pulmones, puede ser de un gran efecto peto es preciso, primero que el tema lo exija y , segundo, que lo logremos pues muy probablemente tendremos que tomar aire antes de acabar la frase o llegaremos al final sin haber alcanzado el punto máximo de la voz. Sólo en unos pocos casos Goebbels y Hitler logran la perfección al respecto. ARTE DEL DIALOGO Y ENTREVISTAS El orador, como ya he dicho, o más exactamente el saber hablar, es una práctica que tiene varias facetas. No podemos dominar un en detrimento de las otras. Hoy las necesidades políticas van más allá de los grandes mítines y es por ello necesario, aplicar parte de lo dicho, a los diálogos, entrevistas, etc. Lo primero que hay que tener en cuenta es que cuando en un diálogo en la radio, en un colegio, etc., o en cualquier ambiente contrario, los interlocutores o el público hagan sus preguntas, se limitarán siempre a notorio que nuestros adversarios, particularmente sus oradores controversistas -escribe Hitler- aparecían en escena con un "repertorio" determinado y en el cual se repetían siempre los mimos argumentos contra nuestros acertos, añadiendo que "en cada uno de los discursos, era esencial orientarse previamente acerca del probable contenido y la forma de objeciones que podrían ser formuladas en el curso de la discusión, para según eso analizarlas minuciosamente ya el propio discurso. Estas observaciones siguen teniendo validez, pero más bien aplicadas a las "conferencias" que a los mítines. También tienen especial valor en las entrevistas radiofónicas o televisivas. En ese caso el público no podrá hacer objeciones, pero las estará pensando y es preciso sacarlas a colación en el propio discurso o diálogo. Dice muy acertadamente Le Bon que "el arte de los gobernantes, como el de los abogados, consiste en saber manejar las palabras . Una de las grandezas de este arte es que, en una misma sociedad, las mismas palabras tienen, por lo común, sentido muy diferente para las diversas capas sociales". Las palabras son muy importantes, especialmente cuando por el uso quieren decir mucho más de lo que realmente dicen. Algo que hay que evitar en toda discusión, bien sea radiofónica o en cualquier "mesa redonda", es ir al terreno del interlocutor. Hay que tener en cuanta que desde los licenciados en historia contemporánea, hasta los peones de tercera categoría, nadie tiene la más mínima idea de la ideología nacionalsocialista o marxista leninista. Cualquier militante, por poco formado que esté, tiene las de ganar en cualquier debate. Por ello el interlocutor, cuando vea que está perdido, especialmente si es un buen locutor profesional, procurará llevarnos al tema que a él le interesa, hemos de evitarlo a toda costa. Si no queremos ir a su terreno, podemos volver al que nos interese con cualquier excusa. Ejemplos. A la pregunta formulada por un periodista "¿Que hay de los seis millones de Judíos?" a un neo nazi, el contestó hablando sobre los seis millones... de parados. Si de cualquier otra forma nos apartan del tema del que queremos hablar hemos de volver a él dejando de lado cualquier otra explicación. Un "en cierto modo, pero como yo decía", o "puede ser que sí, peor como iba diciendo", etc. puede ser importante, pues en ocasiones continuamos por el camino del oponente hasta llegar a situaciones absurdas que se producen con frecuencia dejándose de hablar de casos generales para plantearse problemas absolutamente teóricos sobre que haríamos si un judío cojo y ciego , que nos hubiera ayudado de pequeños, ahora estuviese colgado de los pies en una plaza pública... No se ha de considerar una exageración pues con frecuencia llegamos a discutir casos individualizados olvidando el tema principal. Hay que evitar también ponerse nervioso, gritar, golpear, indignarse. El problema más vital, o incluso una alusión despectiva personal, debe responderse con una sonrisa en los labios, jamás indignado, pero si puede ser con una gran ironía. En una ocasión a un miembro de grupo político de izquierda le increpó un profesor diciéndole que era un vago que sólo pensaba en la política y que nunca sería nada. El alumno, en plena clase le contestó: "por lo menos a profesor si que podré llegar ,no?".Lo ingenioso tiene mucho más valor que lo verdadero y aunque ese "ingenio" espontáneo no lo tenga todo el mundo, hemos de tener en cuenta que siendo siempre los tópicos mismos, aunque en la primera ocasión no sepamos responder adecuadamente, en las siguientes ya tendremos las experiencias pasadas. La contestación carecía de lógica, pero era ingeniosa y eso es lo más importante. La famosa frase de Jesucristo, "Dar al Cesar lo que es del Cesar", fue realmente genial, y a buen seguro celebró posteriormente la genial ocurrencia. Siempre en cualquier debate, hemos de estar pendientes de lo quiere que contestemos la "oposición", justamente para no contestarlo. Aunque digamos algo que no sea lo habitual en nosotros, los correligionarios que nos escuchen, no se darán de baja por ello, pero en cambio podemos influir en los que no nos conocen. Hay que pensar en las frases de manera que, especialmente si se trata de un programa grabado par TV, no pueda se recortado. hace poco a la TV francesa le pusimos en la bandeja la posibilidad de calificarnos de violentos al hacer un militante la demostración de romper un bate de beisbol con la espinilla. Mientras se veía dicha escena, se oían las palabras de Varela diciendo que éramos enemigos de la violencia. Indudablemente nada quería decir todo esto, pero supieron utilizarlo a su favor. En un debate radiofónico no debe preocuparnos demasiado el nterlocutor, pero sí el locutor, que es un profesional. Su experiencia puede suplir su ignorancia. También hay que conocer previamente las personas que se nos van a oponer, pues con ello tendremos ya mucho ganado. El diálogo no es más que un combate del cual hay salir vencedor. Lo discutido tiene menos importancia que la forma de discutirlo. Gana el más hábil y no el que tiene la razón. En nuestro caso estamos siempre en ventaja con cualquier otro sector político ya que nuestros oponentes no conocen nada del nacionalsocialismo y además se repiten siempre en los mismos tópicos como ya he indicado. Evidentemente para dominar cualquier tipo de actividad se requiere práctica y experiencia. En lo que a conferencias se refiere incluso mítines, pero en los debates radiofónicos es difícil intervenir por propia voluntad, por ello hay que buscar la manera acercarse lo más posible a esta práctica, y por ello hay que buscar la manera de acercarse lo más posible a esta práctica, y eso podemos encontrarlo en los cineforums o en determinados debates públicos. Es indiferente en estos casos el tema que se trate. Lo importante es participar a favor o en contra del conferenciante o presentador . Levantase en público y opinar. Pero en estos casos hay que tener presente que la gente que nos rodea es absolutamente ajena a nosotros y que incluso, si se percata de que se intenta politizar, tenderá a no simpatizar. CONCLUSIÓN El orador de hoy tiene una labor mucho más compleja pues ha de dominar diverso campos, muy diferentes entre sí. Fundamentalmente antes de participar en cualquier acto político hay que tener la idea muy clara y lo más precisa posible de la naturaleza del público, de la cantidad prevista de asistentes, del carácter del acto y de los temas a tratar. Es imprescindible estar convencido de lo que hay que hablar y de cómo hay que decir las cosas. Los consejos que he ido facilitando a lo largo de este trabajo es el resultado de muchos años observar la lucha política en el transcurso de la cual he podido perfeccionar poco a poco la técnica necesaria. Sin embargo, repito, es precisa una gran dosis de psicología, que facilite la posibilidad de hablar ante públicos muy diferentes. La oratoria, es necesario una gran práctica y un profundo interés para mejorar poco a poco la facilidad en este campo. Al esbozar este pequeño trabajo sobre la oratoria, he considerado importante añadir también unos comentarios sobre la psicología de las masas y sobre la personalidad de un buen orador. |
LA PSICOLOGÍA DE LAS MASAS.
Gustave Le Bon (n. 7 de mayo, 1841 - † 13 de diciembre, 1931) fue un psicólogo social francés, físico aficionado y sociólogo. Fue autor de numerosos trabajos en los que expuso teorías sobre los rasgos nacionales, la superioridad racial, el comportamiento y la psicología de las masas.) se ocupó de este tema con amplitud y su extenso estudio al respecto sigue siendo una pieza fundamental no superada. Cualquier persona que quiera iniciarse en la oratoria, debe leer, repetidamente, la obra de Le Bon. Aquí extractaremos sólo algunos pasajes a modo de orientación: "igualmente que para los seres entre los cuales no interviene el razonamiento, en las muchedumbres la imaginación representativa es muy poderosa, muy activa y susceptible de ser vivamente impresionada. Las imágenes evocadas en su espíritu por un personaje, un acontecimiento, un accidente, tiene case la vivacidad de las cosas reales. Las muchedumbres están algo en el caso del soñador, cuya razón, suspendida momentáneamente, deja surgir en su espíritu imágenes de una intensidad extrema, pero que se disiparán rápidamente si pudiesen ser sometidas a reflexión. " No siendo capaces las muchedumbres ni de reflexión ni de razonamiento , carecen de la noción de lo inverosímil, porque generalmente las cosas más inverosímiles son las que hieren más profundamente su espíritu.
Resumiendo Le Bon viene a afirmar que las masas como tales tienen la personalidad distinta de los individuos que las forman. Sus opiniones constituyeron en su tiempo una novedad, sin embargo hoy han sido ya estudiadas sistemáticamente todas las reacciones de las masas. Diversos autores han abundado en las opiniones del genial autor francés. Hitler, en "Mein Kampf" , comenta ampliamente el tema de las masa resaltando que el hecho de "ser una masa convence de la razón", afirmación muy justa y tremendamente cierta. El genial Doctor Robert escribiría: "Por lo mismo que las masas no discurren , tampoco soportan la contradicción. Las masas piensan poco pero las masas sienten. Las masas no razonan, sino que solamente se mueven por el sentimiento", e incluso en una gran película, "Un hombre para la eternidad" pudimos anotar una frase muy elocuente al respecto: "las masas siguen a cualquier cosa que se mueve". Sin embargo como hemos apuntado, y aunque no nos extenderemos al respecto, los modernos estudios de formación de dirigentes, no olvidan esos principios fundamentales. |
En la obra "Formación de dirigentes" de Carlos Campoy, editada en 1971, podemos leer un espléndido resumen del libro de Le Bon, aunque no se indique así en el texto:
Sólo encontramos un gran error en Le Bon al afirmar que a través de los periódicos es muy difícil crear un gran movimiento de opinión. Realmente hay que tener en cuenta la época en que vivió el autor, segunda mitad del siglo XIX y comienzo del siglo XX, pero indudablemente hoy sabemos muy bien que es no sólo posible, sino habitual. Aspectos importantes que afectan a cada persona individualmente como el impuesto de renta, no crea ni pintadas, ni manifestaciones, ni protestas, simplemente porque no es estimulado por la prensa. La prensa crea pequeños líderes de corta duración para evitar la pérdida de su control y procura que esos líderes no tengan realmente calidad de tales en cuyo caso podrían independizarse. En otros dos puntos hemos de mostrar una pequeña divergencia con Le Bon. Dicho autor viene a asegurar - como ya hemos dicho - que las masas tienen una personalidad propia. Realmente este aspecto es discutible, pues lo que les confiere esa "personalidad" es el anonimato y la impunidad. Muy probablemente las personas que forman esa masa, solas, pero garantizando el anonimato y la impunidad, actuarían de igual forma. Le Bon en cierto modo hace referencia a este hecho, pero no lo pone debidamente de manifiesto y ello tiene su importancia pues habrá que pensar que cuando las personas individuales que forman las masa, sean incapaces de actuar injustamente, - pese a la garantía de impunidad y anonimato - , esas masas, formadas por esas personas, tampoco lo harán. |
Los discursos de Hitler son profundos, están llenos de ideas, de grandes ideas. Hitler en famosos congresos de Nüremberg, en sus grandes discursos culturales, hablaba a las masas de arte, de moral, de ética. Nada más falso que pretender que las masas son y serán como son y los líderes ha de ser como son y serán las masas. El papel del orador - y eso ya lo trataremos luego en la oratoria - ha de pretender elevar a esas masas, educarlas y lograr cambiarlas, otro proceder sería tan absurdo como el misionero que para lograr feligreses, reparte entre los negros chocolate y abalorios. Efectivamente tendrá sin duda muchos más seguidores, pero durante mucho menos tiempo que aquel que se ha preocupado de convencerles. Ser líder de una masa que no va a ninguna parte tiene tanto interés como comprar un coche sin motor. ORATORIA A lo largo de la historia -de la más reciente- ha habido diversas personas que han cobrado fama por su facilidad como oradores. De 1900 hasta 1940, fueron los oradores la base y fundamento de toda acción política. Hitler en "Mein Kampf", deja claro que los oradores son los que arrastran a la masas y no los escritores. Todas las observaciones de Hitler al respecto son tremendamente ciertas, sin embargo, casual o premeditadamente, los tiempos cambian. Hombres como Lerroux, Hitler o Degrele, podrían llegar a tener un poder enorme por medio de su simple palabra, de al tremendamente barato y que no podía prohibirse -aunque a Hitler se le llegó a prohibir-. Cualquier persona podía convertirse en un peligro y ello tenía que se remediado. La televisión iba a sustituir con ventaja a la oratoria. Es importante es constatación porque muchos camaradas que están tentados a pensar que el "Mi Lucha" es un libro plenamente actual, han de tener en cuenta que trasladar a nuestra época las consideraciones de Hitler sería erróneo. No voy a pretender tampoco tener yo la clave de la "oratoria hoy", puedo, cuando menos, afirmar que he procurado estudiar el problema con detenimiento. La oratoria de los años 30 y la actualidad. En aquella época, 1930, tanto en Alemania como en España, no existía la televisión, y la radio era un lujo. Millones de parados, verdaderamente arruinados, no podían hacer otra cosa que quedarse en la mísera habitación que poseían o salir a la calle. Los parados de los años treinta estaban en la calle y no como ahora en sus casa, cuando no eran en los bares. Esos millones de parados, preocupado por su existencia física, por la comida del día siguiente, eran el público que llenaba los grandes locales, los oradores, esos grandes oradores, muy pocos, hablaban tres, cuatro y hasta cinco horas seguidas, pero ahora la situación ha cambiado. Realmente cinco horas seguidas es imposible encontrarlas libres en un mundo tiranizado por la falta de tiempo. La gente que llena los mítines hoy no son obreros parados preocupados por su comida, De hecho los parados de hoy no tienen en general problemas de comida, pero además no son los que llenan los mítines. La gente que llena los mítines son los aficionados a la política, gente en cierto modo culta o por lo menos entendida en el tema del que se diserta. La gente que asiste a los mítines va a divertirse, a pasar un rato divertido, a gritar un poco y a aplaudir frenéticamente las mejores frases. Por ello realmente hay que proporcionarles esa diversión. No podemos ser graves y taciturnos, el público de los mítines va a estos actos un poco como "esparcimiento" y no volverá a menudo si le sembramos el porvenir de negros presagios.
De toda esta experiencia de años, y de haber hablado con los mejores oradores que he podido y haber escuchado al resto, creo que en la actualidad la oratoria tiene un carácter diferente de la de los años 30. Lo importante no es lo que se dice, quien lo dice, a quién, por qué y cuando lo dice, sino que lo determinante es "como lo dice". es decisiva la forma de decir las cosas y para ello creo que debe servir de magnífica norma el más depurado humor inglés. A diferencia de la década 30 del siglo pasado, creo que los mítines actuales tienen que tener una duración máxima de tres cuartos de hora por orador y dos horas máximo el conjunto. Puede extenderse un solo orador durante una hora o máximo hora y media, pero basto mirar al público para darse cuente de que, pro interesado que esté en el asunto, empieza a estar cansado. Un portentoso orador, al igual que un genial director de cine, quizá pueda extenderse más tiempo, pero constituirá la excepción a la regla general. El orador actual, además ha de ser muy versátil. Debe saber hablar en forma diferente a públicos diferentes o en lugares diferentes. De los grandes oradores del pasado, muy poco lo lograban. En general el orador es considerado como el que habla a las masa y basta. En la actualidad la técnica de la oratoria tiene en la gran sala de mítines, sólo un parte, y pequeña, de lo que la oratoria debe ser. Se ha de saber hablar en la radio, en una universidad, en una fábrica, en la televisión, en la calle, en el trabajo... A este respecto la lectura de los primeros discursos de Hitler en 1933 es prácticamente obligatoria. Hitler habla de las SA, a la masa del pueblo en el Palacio de Deportes, al Parlamento en el Reichstag y a un círculo restringido de autoridades, y en las cuatro ocasiones expone las mismas cosas pero en forma absolutamente distinta. Esos cuatro discursos constituyen un ejemplo de lo indicado. |
Clasificación de oratoria.
La oratoria política puede dividirse a su vez en varios géneros:
a) Oratoria Popular.
La «Oratoria Popular»: es una especie de oratoria política, pero se diferencia de ella, en que se permite mayores libertades en tono y el uso de lo patético.
b).-Oratoria parlamentaria.
Arte de hablar con elocuencia en sede parlamentaria con la finalidad de persuadir, convencer y, en los debates de carácter legislativo, conformar una voluntad que devendrá ley y que ha de realizarse conforme a las reglas de ordenación del debate contenidas en el Reglamento.
c) Oratoria Militar.-
Discursos o arengas pronunciados por los generales o caudillos con el objeto animar a las tropas enardecidas al combate o felicitarles por la victoria, o también instruirlas en algún asunto, e inclusive en ocasiones contener sus ímpetus y reprenderlas.
Al respecto de pertenecer como especie de la Oratoria Política, existe muchas contradicciones, ya que se distinguen de aquellas, tanto por su finalidad, como porque las masas militares, a diferencia de los político-populares, está organizadas y dirigidas por la disciplina, cuya base es la obediencia y el respeto a los que mandan.
Discursos políticos.
Fidel Castro Ruz. Discurso.- Biografía de Fidel Castro DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA Y PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DE ESTADO Y DE MINISTROS, EN EL ACTO CENTRAL POR EL XXX ANIVERSARIO DEL ATAQUE AL CUARTEL MONCADA, CELEBRADO EN SANTIAGO DE CUBA, EL 26 DE JULIO DE 1983, "AÑO DEL XXX ANIVERSARIO DEL MONCADA". DISCURSO PRONUNCIADO POR FIDEL CASTRO RUZ, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CUBA, EN EL ACTO CONMEMORATIVO POR EL XXXVI ANIVERSARIO DEL ASALTO AL CUARTEL MONCADA, CELEBRADO EN LA PLAZA MAYOR GENERAL "IGNACIO AGRAMONTE, CAMAGÜEY, EL DIA 26 DE JULIO DE 1989, "AÑO 31 DE LA REVOLUCION". Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro en el acto central nacional por el XXV aniversario del asalto al Cuartel Moncada, celebrado en la ciudad escolar 26 de julio, 26 de julio de 1978 DISCURSO PRONUNCIADO POR CUARTEL MONCADA 1965. DISCURSO EL 7 DE DICIEMBRE DE 1989 Caída del muro de Berlin. DISCURSO Sobre la caída de la URSS Discurso pronunciado por el Presidente de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz, en el acto central por el 45 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, efectuado en Santiago de Cuba, el día 26 de julio de 1998. Discurso sobre emigración. Discurso pronunciado por los 60 años de egreso de la universidad. Discurso de Fidel en la ONU el 26 de septiembre de 1960. Discurso de Fidel Castro sobre los marielitos. Discurso de Fidel Castro 1992. El ultimo discurso de Fidel Castro. Discurso de Fidel Castro por la victoria del 8 enero 1959. Discurso de Fidel Castro ante la ONU 1979. Discurso de Fidel Castro Ruz, en Santiago de Cuba, el 1 de enero de 1959. Los taquígrafos de los discursos de Fidel Castro. Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto por el aniversario 50 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, efectuado en Santiago de Cuba, el 26 de julio del 2003. DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA Y PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DE ESTADO Y DE MINISTROS, EN LA CLAUSURA DEL ACTO CENTRAL POR EL XL ANIVERSARIO DEL ASALTO A LOS CUARTELES MONCADA Y "CARLOS MANUEL DE CESPEDES", EFECTUADO EN EL TEATRO "HEREDIA", SANTIAGO DE CUBA, EL 26 DE JULIO DE 1993, "AÑO 35 DE LA REVOLUCION". Discurso del fin del azúcar cubano 2002. Adolfo Hitler 109.-Las técnicas de oratoria de Adolfo Hitler 107.-Las técnicas de oratoria de Adolfo Hitler Antonio Cánovas del Castillo. 124.-Discurso de Antonio Cánovas del Castillo I 145.-Discurso de Antonio Cánovas del Castillo II 156.-Discurso de Emilio Castelar (I) 155.-Discurso de Emilio Castelar (II) 112.-Discurso de Emilio Castelar (VI) 111.-Discurso de Emilio Castelar (VII) La persuasión en el discurso de EMILIO CASTELAR Nicolás Salmerón. 153.-Discurso de Nicolás Salmerón (I) 152.-Discurso de Nicolás Salmerón (II) 151.-Discurso de Nicolás Salmerón (III) Niceto Alcalá-Zamora. 150.-Discurso de Niceto Alcalá-Zamora (I) 143.-El discurso de Barack Obama (II) 144.-El discurso de Barack Obama (III) F. E. Smith. 140.-Discurso parlamentario de F. E. Smith (Segunda parte) Ángel Ossorio. 131.-Discurso de Ángel Ossorio Sobre el Estatuto de Cataluña Alejandro Lerroux. 118.-Discurso de Alejandro Lerroux (I) 141.-Discurso de Alejandro Lerroux (II) 129.-Discurso de Alejandro Lerroux (III) 204.-El Lerrouxismo Alejandro Lerroux García, genealogía, y su testamento político Biografía Alejandro Lerroux García Alejandro Lerroux, Su oratoria Citas de Alejandro Lerroux Práxedes Mateo Sagasta. Discursos de Práxedes Mateo Sagasta (I) Los 75º aniversario de la gran victoria: responsabilidad compartida con la historia y nuestro futuro. La declaración de independencia de Cataluña 2017 La Disolución de la URSS.- Mijail Gorbachov |
Demóstenes.
Demóstenes Practicando Oratoria por Jean Lecomte du Nouÿ (1842–1923). Demóstenes solía estudiar en una habitación subterránea que había construido él mismo. También solía hablar con piedras en la boca y recitar versos mientras corría. Para fortalecer su voz, hablaba en la orilla del mar por encima del sonido de las olas. |
(Atenas, 384 a.C. - Calauria, actual Grecia, 322 a.C.) Político y orador ateniense considerado el mejor orador de la antigua Grecia. Proveniente de una familia de empresarios ricos, perdió a su padre a los siete años y sus tutores Áfobo, Demofonte y Terípides abusaron de su patrimonio, por lo que, al acercarse a la mayoría de edad, hubo emprender largos procesos judiciales para conservar algo de su fortuna.
Según la biografía escrita por Plutarco, su admiración e interés por la oratoria se habría despertado cuando su pedagogo lo introdujo clandestinamente en la Asamblea, donde fue testigo de una brillantísima autodefensa del estadista Calístrato. Discípulo de Iseo, leyó las obras de Isócrates y ejerció en su primera juventud la profesión de logógrafo. Superó con esfuerzo sus dificultades para la oratoria por medio de ejercicios de declamación.
A partir del año 354 a.C. intervino en asuntos políticos y se hizo famoso por sus discursos. Entre los primeros destaca Para los megalopolitanos, que atrajo la atención de los atenienses sobre el peligro que representaba el poder de Esparta. Denunció la ambición de Filipo de Macedonia en las famosas Filípicas, discursos pronunciados durante un largo proceso en la asamblea ateniense. Es en las Filípicas donde se inicia la oratoria mayor de Demóstenes. Mientras en sus comienzos era aún perceptible la influencia de Isócrates, su estilo muestra ahora una mayor riqueza de variaciones frente a la regularidad del período isocrático.
La serie se inicia con la Primera Filípica (349 o 351), un enérgico llamamiento a los atenienses. Entre 349 y 348, cuando Atenas concertó una alianza con la Calcídica para luchar contra Filipo, pronunció las tres Olintíacas, en que urgía a los atenienses a ayudar a Olinto; ello no evitó, sin embargo, la destrucción de la ciudad aliada. Demóstenes, que en 346 formó parte de la embajada enviada para tratar la paz con Filipo, pronunció en 344 otro llamamiento contra las pretensiones del rey de Macedonia en la Segunda Filípica. Tres discursos del año 341 dan testimonio de su máxima actividad como orador: la Tercera y la Cuarta Filípica y Sobre la situación del Quersoneso, una de las obras maestras de su oratoria.
En el 340 a.C. dejó la oposición y pasó a ser jefe del partido dirigente. A lo largo de la década siguiente intentó ser coronado por sus méritos cívicos, pero Esquines se opuso a su propuesta y Demóstenes terminó siendo condenado al exilio. La hostilidad entre ambos oradores culminó en 330 en un gran proceso político. Demóstenes respondió triunfalmente con su discurso Por la corona. Esta demolición del adversario e inteligente apología de la propia actuación política está considerada la obra cumbre de su oratoria.
Tras la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.), Atenas, Argos y Corinto se sublevaron contra la hegemonía macedonia. Demóstenes regresó a su patria y fue acogido triunfalmente, pero la derrota naval en Amorgos y la terrestre de Cranón dieron al traste con los sueños de los sublevados. Demóstenes tuvo que huir a la isla de Calauria, donde se suicidó por envenenamiento para no caer en manos de los agentes de Antípatro.
Aunque Demóstenes fue ante todo un hombre de acción, que luchó para que Atenas recobrase la hegemonía y contuviera el avance de Filipo, la posteridad lo ha ensalzado siempre como brillantísimo orador. La fuerza de sus discursos (de los que se conservan unos setenta) y la precisión de sus argumentos, con pocas figuras retóricas, le otorgan una originalidad excepcional. Como otros maestros de la prosa, Demóstenes pone especial cuidado en la estructura rítmica al final del período; ya en los comentarios de la Antigüedad se destacaba que la eficacia de su oratoria reside, en gran parte, en el ritmo.
Pericles
(Atenas, h. 495 a.C. - id., 429 a.C.) Político y orador ateniense. Hijo de Jantipo, artífice de la victoria helena sobre los persas en la batalla de Micala (479 a.C.), y de Agaristé, sobrina del prestigioso legislador ateniense Clístenes y miembro de la familia aristocrática de los alcmeónidas, Pericles fue discípulo de los filósofos Anaxágoras de Clazomene, Protágoras de Abdera y Zenón de Elea. Movido por su amor a las letras, financió en el 472 a.C. la representación de la tragedia de Esquilo Los persas. Hacia los treinta años, Pericles inició su carrera política dentro del partido democrático de Efialtes y, cuando éste fue asesinado (461 a.C.), asumió su dirección e hizo aprobar por la Asamblea de Atenas una serie de reformas que acentuaban el carácter democrático del Estado ateniense, a pesar de la oposición de la oligarquía.
Nombrado estratego o jefe militar en el 454 a.C., Pericles consolidó la posición hegemónica de Atenas en la Liga de Delos, confederación constituida por diversas ciudades griegas para luchar contra los persas, y utilizó el tesoro de la Liga para construir la Acrópolis. A fin de crear un imperio comercial, fomentó la expansión de colonias atenienses por el mar Egeo, intensificó el programa de construcciones navales y, en el 448 a.C., convocó un congreso de paz en el que participaron todas las polis helenas. A pesar del boicot de Esparta a esta reunión, Atenas acabó firmando la paz con la ciudad doria dos años más tarde (446 a.C.). Gracias a su hábil elocuencia y a su prestigio personal, en el 443 a.C. Pericles se convirtió en la máxima autoridad ateniense, mandato que renovó cada año sin interrupción hasta su muerte (429 a.C.). No obstante, episodios como el sometimiento de la isla de Samos por Atenas (440 a.C.) enturbiaron las relaciones con Esparta y condujeron al estallido de la guerra del Peloponeso (431-404 a.C.), que terminó con la hegemonía ateniense.
Durante los primeros años del conflicto, se mostró muy efectiva la estrategia de Pericles de evitar los enfrentamientos terrestres con el objetivo de librar los combates decisivos en el mar, donde su flota era invencible, por lo cual cabe pensar que el resultado final de la guerra habría sido diferente si Pericles no hubiera muerto en el otoño del 429 a.C., víctima de la epidemia de peste que asoló Atenas. Su gobierno, por otra parte, coincidió con el momento de apogeo del pensamiento y del arte griegos y, bajo su mecenazgo, Atenas se convirtió en el principal centro de actividad cultural del mundo antiguo. Con la ayuda de su segunda esposa, Aspasia, una culta e inteligente jonia, Pericles no sólo impulsó la celebración de los cultos de Eleusis, símbolo del papel civilizador ateniense, y de los festivales de las Panateneas, sino que también se rodeó de los más ilustres hombres de las letras helenas, como los dramaturgos Eurípides y Sófocles, los historiadores Herodoto de Halicarnaso y Tucídides o el filósofo Sócrates. Asimismo, Pericles financió la construcción de la mayor parte de templos que componen la Acrópolis, para cuya realización convocó a artistas tan destacados como Calícrates e Ictinos, arquitectos del Partenón, el gran escultor Fidias, autor de las esculturas y relieves que decoran este mismo templo, como el famoso Friso de las Panateneas, y Policleto, quien supo expresar el ideal de la belleza física en sus estatuas de jóvenes atletas, como el Doríforo. Por todos estos motivos, el siglo V a.C. ha sido llamado «el siglo de Pericles».
oratoria.
Los modernos comentaristas de Tucídides todavía intentan resolver el problema de los discursos de Pericles, tratando de averiguar si las palabras pertenecen al personaje ateniense o al historiador. Dado que Pericles nunca escribió ni publicó sus discursos ningún historiador puede contestar a esta cuestión con seguridad. Tucídides recreó tres de sus discursos y, por ello, no se puede saber si añadió parte de sus propias nociones e ideas. Aunque Pericles era su fuente principal de inspiración, algunos historiadores han hecho hincapié en que el estilo idealista y apasionado de los discursos que Tucídides atribuye a Pericles está completamente en contra del propio estilo de escritura del historiador, frío y analítico. Esto podría, sin embargo, ser el resultado de la incorporación del género de retórica dentro del género de la historiografía, o, en otras palabras, Tucídides podría haber utilizado dos estilos distintos para dos propósitos distintos.
Kagan afirma que Pericles adoptó una forma elevada de oratoria, lejos de los trucos vulgares de los oradores para la muchedumbre y, según Diodoro de Sicilia, «sobresalió sobre todos sus compatriotas en capacidad oratoria».Según Plutarco, evitó utilizar mímica en sus discursos, al contrario que el apasionado Demóstenes, y siempre hablaba con calma y de forma tranquila.
El biógrafo apunta que, en cambio, el poeta Ion de Quíos informó de que el estilo de hablar de Pericles era «una forma presuntuosa y algo arrogante de dirigirse, y que en su arrogancia había una gran cantidad de desdén y falta de respeto por los demás». Gorgias, en el diálogo de Platón del mismo nombre, utiliza a Pericles como ejemplo de oratoria poderosa. En Menexeno, en cambio, Sócrates se burla de la fama oratoria de Pericles, diciendo irónicamente que puesto que el político fue educado por Aspasia, profesora de muchos oradores, debería ser superior en retórica que alguien educado por Antífono. También atribuye la autoría de la oración fúnebre a Aspasia y ataca la veneración que sus contemporáneos tenían a Pericles.
Los escritores de la antigua Grecia llaman a Pericles «Olímpico» en honor a sus talentos, y llevando las armas de Zeus en sus discursos. Según Quintiliano, Pericles siempre se habría preparado para sus discursos y, antes de presentarse ante el público, habría rezado a los dioses para no emitir una palabra equivocada. Sir Richard C. Jebb concluye que «único como político ateniense, Pericles debió haber sido también único como orador; primero, porque ocupó una posición de importancia política que no había logrado ningún hombre antes que él; segundo, porque sus ideas y su moral le ganaron tanto renombre por su elocuencia que nadie jamás lo obtuvo de los atenienses».
Continuación
interesante consejo de oratoria
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