Apuntes Personales y de Derecho de las Universidades Bernardo O Higgins y Santo Tomas.


1).-APUNTES SOBRE NUMISMÁTICA.

2).- ORDEN DEL TOISÓN DE ORO.

3).-LA ORATORIA.

4).-APUNTES DE DERECHO POLÍTICO.

5).-HERÁLDICA.

6).-LA VEXILOLOGÍA.

7).-EDUCACIÓN SUPERIOR.

8).-DEMÁS MATERIAS DE DERECHO.

9).-MISCELÁNEO


miércoles, 22 de junio de 2016

247.-Navegación de placer y los yates reales. (yacht) a

  Esteban Aguilar Orellana ; Giovani Barbatos Epple.; Ismael Barrenechea Samaniego ; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; -Rafael Díaz del Río Martí ; Alfredo Francisco Eloy Barra ; Rodrigo Farias Picon; -Franco González Fortunatti ; Patricio Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda; Jaime Jamet Rojas ; Gustavo Morales Guajardo ; Francisco Moreno Gallardo ; Boris Ormeño Rojas; José Oyarzún Villa ; Rodrigo Palacios Marambio; Demetrio Protopsaltis Palma ; Cristian Quezada Moreno ; Edison Reyes Aramburu ; Rodrigo Rivera Hernández; Jorge Rojas Bustos ; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba ; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala ; Marcelo Yañez Garin; Katherine Alejandra Del Carmen  Lafoy Guzmán

Navegación  a Vela.


A Thrash to Windward: Mrs. Iselin and the Crew of COLUMBIA, 1899”

On the Yacht „Namouna“, Venice   Julius LeBlanc Stewart

Yachting in the Archipelago

"Heavy Weather Start: America's Cup 1893" - Russ Kramer - Marine Artist

Teamwork” - Russ Kramer - Marine Artist

The Spectators 1901

A la luz de la información disponible, el yachting en el sentido moderno nació en Holanda porque ya en el siglo XVI en los países bajos se empleaban pequeños y veloces (para la época) veleros destinados a ir tras los contrabandistas y piratas. Los llamaban «jaght», que significa perseguidor o cazador. Los acaudalados armadores de Amsterdam los usaban para ir al encuentro de sus barcos que volvían de las colonias y también como «public relation» para alardear.
"MAYFLOWER of Boston: America’s Cup Defender,
1886" - Russ Kramer - Marine Artist

La navegación holandesa, avanzada para la época, participó de la invención y perfeccionamiento de la vela cangreja, el aparejo de sloop, todavía vigente, y el schooner. Además las orzas laterales, nunca vistas en el resto de Europa, con lo cual se dio solución a uno de los problemas más serios de la navegación, al evitar el abatimiento de los barcos.
the Corinthians" - Russ Kramer - Marine Artist


El yachting de Holanda estaba en su apogeo cuando el Rey Carlos II de Inglaterra, un navegante de alma y fortuna incalculable, se refugió en dicho país en calidad de exilado. Sintiendo gran pasión por los barcos, estaba muy interesado en la construcción y diseño de los jachts holandeses. Frecuentemente le invitaban a pasear en los mejores barcos y terminaron por poner a su disposición, desinteresadamente, el más hermoso jacht que poseían, el más grande de la flotilla en la que las personas del más alto rango practicaban el yachting por los ríos, canales y el mar. 
El rey Carlos quedó tan entusiasmado que expresó su deseo de mandar construir un barco para su uso particular. Al enterarse, el burgomaestre de Amsterdam le rogó que aceptara como recuerdo de la ciudad un yacht que se había terminado recientemente.
“The Foul: America’s Cup 1895”


Se llamó a los mejores artistas para que decoraran su interior y a los más afamados escultores para ornamentar su exterior. El obsequio, llamado Mary, tenía 16 metros de eslora, 5.80 de manga  y 100 toneladas de arqueo, aparejo de mayor cangreja, trinquetilla y foque con una vela cuadra al tope.
Cuando Carlos II, en 1660, volvió a su patria y fue restablecido como rey de Inglaterra, no solo introdujo la práctica de la navegación de placer, sino también la palabra yacht. Los ingleses la aceptaron fonéticamente, viéndose obligados a cambiar la J por una Y, para mantener la misma pronunciación, dando así origen a la palabra yacht, universalmente divulgada.

Yachting the Mediterranean,Julius LeBlanc Stewart

Un año más tarde, el rey mandó construir un yacht con el nombre de Jaimie, diseñado por él mismo. La navegación por placer se difundió entre los aristócratas ingleses hartos de la cacería de zorro. En los 12 años siguientes se construyeron nada menos que 28 yachts, los dos primeros de este grupo, el Catherine del rey y el Anne, del duque de York, corrieron en 1662 en el río Támesis la primera regata de la historia de la que se tiene constancia.
En 1720 se fundó el primer club náutico de la historia en Cork, Irlanda, donde un grupo de barcos  se reunían para navegar haciendo regatas. La primera gran competición internacional nació en 1820, por la rivalidad entre éste club y el New York Yacht Club, dando lugar en 1851 a la Copa del América. Los ingleses inventaron el juego, pero pese a gastar pornográficas sumas de dinero nunca pudieron ganar la Copa.

navegación en la  actualidad

yate de pesca


 
La élite de los Yacht Clubs.
PIERGIORGIO M. SANDRI

30/09/2016 

“Cada club náutico es especial porque representa una especie de casa. Una casa para los amigos del mar. Para los que en él navegan, compiten, comen y duermen. Y para los que viven el mar en general. Este es el denominador común, el auténtico engranaje que hace funcionar un club náutico, cuyos socios se portan a menudo como verdaderos miembros de una familia”

Así describe el célebre regatista norteamericano Paul Cayard la vida de los yachting clubs, instituciones centenarias que agrupan a los apasionados de la navegación.
Algunas de estas instituciones tienen mucha historia… y están llenas de historias, las de los relatos marineros de las hazañas náuticas de sus miembros. Formar parte de este privilegiado y exclusivo núcleo es muy difícil. Muchos aspiran a ello por motivaciones muy diversas. 
La parte deportiva sólo es un componente. Lo que cuenta, en el fondo, es el éxito social. Porque al fin y al cabo el club es una asociación de personas. Hace años, de caballeros. Hoy, de presuntos”, relata Vincenzo Zaccagnino en un libro sobre clubs náuticos del mundo.
Actualmente la Asociación Española de Clubs Náuticos tiene 20 clubs asociados, que suman más de 65.000 socios. Para acceder a estos círculos sociales hay que superar a menudo un largo proceso: avales de otros miembros, listas de espera, cartas de recomendación, examen por comisiones y, por último, el pago de una cuota. Los que lo consiguen aseguran que merece la pena. Pasan a formar parte de una élite de navegantes que comparten algo en común: la pasión por el mar.

ROYAL YACHT SQUADRON | Cowes Castle. Isla de Wight (Reino Unido)


Ubicado en la isla de Wight y fundado en 1815, destaca por un motivo sencillo y único: es tan exclusivo que su presidente es la misma reina Isabel II de Inglaterra, mientras que su marido, Felipe de Edimburgo, es el comodoro. El año pasado ocurrió algo histórico: por primera vez en sus casi 200 años de vida, el club votó a favor de que fueran admitidas mujeres como socios (ni la misma reina estaba autorizada a entrar por la puerta principal). Aunque formalmente el único requisito para ser socio consiste en “tener un interés activo en la navegación”, las normas de acceso son muy estrictas.

ROYAL THAMES YACHT CLUB | Knightsbridge (Londres)


Fundado en el 1775, es otra institución anglosajona con mucha solera. “Nuestra imagen puede parecer un poco tradicional, pero nos sentimos orgullosos de nuestra herencia”, explican. “Dicen que nuestro club es exclusivo. En cierta manera sí que lo es. Los miembros deben ser personas con experiencia en el mar e interés en la náutica”, recuerdan. Para llegar a ser parte del club los pasos son farragosos y complejos. Pero tal vez lo que llama más la atención es que, antes de que el candidato consiga la admisión, el resto de los socios tiene un mes para aportar alegaciones y decir si está o no de acuerdo con ella.

ROYAL CORK YACHT CLUB | Cork (Irlanda)


El club náutico más antiguo del mundo es el selecto ROYAL CORK YACHT CLUB, ubicado en la costa oriental de Irlanda. Nació en 1720, en pleno apogeo del imperio naval británico. Enseguida sus miembros fijaron las llamadas “viejas reglas” para admitir socios. Fue tan exclusivo y elitista que, como curiosidad, en 1858, se convocó una reunión extraordinaria para debatir si Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena, segundo emperador de México, reunía las credenciales para ser admitido por derecho propio en sus instalaciones. Muchos miembros consideraban que la entrada de extranjeros podía causar la pérdida de privilegios a los almirantes. El socio más visible fue sir Thomas Lipton, que protagonizó grandes regatas a principio del siglo XX.

ROYAL HONG KONG YACHT CLUB | Hong Kong (China)


En Asia el más prestigioso es el ROYAL HONG KONG YACHT CLUB, fundado en 1880 (una época en la que todavía se notaba la presencia de piratas en la bahía). Junto al círculo ecuestre, es el centro de la vida social y mundana de la clase alta de la ciudad asiática. En la actualidad, el cupo de socios está cubierto y no admiten nuevos miembros hasta que cause baja uno de los existentes. En el caso de que se aspire a entrar, también aquí se requieren presentaciones, cartas de recomendaciones y cumplir con algunos de los siguientes criterios: haber participado en regatas o en crucero; tener un barco o la intención de comprar uno; haber hecho cursos de vela y haber participado en actos sociales. Una vez superados estos obstáculos se piden 6.000 euros, además de añadir depósitos y otros pagos mensuales.

YACHT CLUB DE MONACO | Mónaco.

El título de club más glamuroso posiblemente se lo lleve el YACHT CLUB DE MONACO. Fundado en 1953 por el príncipe Rainiero, en poco tiempo se convirtió en refugio de la ‘jet set’. Acaba de estrenar una nueva sede, concebida por el arquitecto Norman Foster. Con su forma de barco y sus amplios ventanales, es uno de los edificios más reconocibles del principado. Las normas de admisión, según cuenta Isabelle Andrieux, relaciones externas del club, son complejas. Y, por supuesto, aun así hay lista de espera para entrar, porque son muchos los que quieren añadir su nombre entre los envidiados 1.300 socios de esta institución.


Se precisa ser presentado por dos personas, pasar un examen de una comisión que valorará el interés por la náutica y, por último, el príncipe Alberto deberá dar el visto bueno. Una vez admitido, al socio se le recibirá con una ceremonia oficial. Ah, y en las instalaciones hay que ir de uniforme: traje azul marino para ellos, vestido blanco con pañuelo rojo para ellas. Se cree que de entre los 100 yates más grandes del mundo, 25 pertenecen a miembros de este selectísimo club.

NEW YORK YACHT CLUB | Nueva York (EE.UU)

“A Clean Start: American Yacht Club Squadron Run, 1938”

El NEW YORK YACHT CLUB ostenta un récord imbatido (y probablemente imbatible): ha sido el club que ha mantenido durante más de 150 años en sus escaparates el trofeo de la mítica regata conocida como la Copa del América, la competición deportiva más antigua del mundo. Fundado en el 1844 por ocho ciudadanos neoyorquinos, hoy cuenta con más de 3.000 socios y su sede principal está en Manhattan.
A Million Dollar Breeze" - Russ Kramer - Marine Artist



“El club cuida de su privacidad y de la de sus miembros, y nosotros como regla no damos información sobre el procedimiento de acceso o los costes”, dice Stuart Streuli, su portavoz. Lo que sí se sabe es que cada nuevo socio tiene que ser presentado por uno de los miembros y luego ser examinado por un comité específico. En 1987 el club adquirió Harbour Court, sus actuales instalaciones deportivas, en Newport (Rhode Island), con lo que ahora cuenta con dos locales emblemáticos.

YACHTING CLUB COSTA SMERALDA | Porto Cervo (Cerdeña)


En Italia cabe destacar el YACHTING CLUB COSTA SMERALDA. Fundado en un enclave paradisiaco y privilegiado, la bahía de Porto Cervo, en la costa noroeste de Cerdeña, es el resultado de una iniciativa del agá jan IV, el jefe espiritual de los musulmanes chiíes ismailíes, que promovió la construcción de un puerto en la isla a finales de los sesenta. Con el barco ‘Azzurra’, fue el primer ‘yacht club’ italiano que participó en la Copa del América, en el año 1983. Las condiciones meteorológicas de esta zona, viento fuerte y escasa ola, lo han convertido en referente de regatas de los barcos más exclusivos, además de epicentro de la vida mundana veraniega. En enero del 2012 estrenó otra sede en las islas Vírgenes, en el Caribe.


  
La vela, los intereses marítimos de Chile y el rol de la Armada.
KEYWORDS: MARITIME INTERESTS, NAUTICAL SPORTS, SAILING.
MÜLLER CONTRERAS, PABLO
Por MÜLLER CONTRERAS, PABLO.



Creo que mi vocación por la carrera naval se empezó a desarrollar cuando mi padre me llevaba a ver el espectáculo de los frentes de mal tiempo en la bahía de Valparaíso, mi ciudad natal. Mi primera experiencia con un velero fue el curso para patrones de yate de bahía que hicimos en la Escuela Naval, en que quedó en evidencia mi falta de destreza; egresé como guardiamarina con un débil conocimiento de este deporte, el cual no mejoró con el crucero de instrucción en la Esmeralda, en la que gran parte de nuestro tiempo lo empleábamos haciendo cálculos de navegación y redactando el libro con los requisitos que debíamos entregar al final del viaje. Me incorporé tempranamente al Club Naval de Deportes Náuticos (del cual a la vuelta de los años llegaría a ser su presidente durante tres años) lo cual me ayudó a mejorar mi conocimiento de, al menos, cómo navegar a vela, pero en ningún caso de la vela como deporte.

Casi recién ascendido a teniente 1° fui transbordado a la Escuela Naval como oficial de división. Por esas curiosidades que nos ofrece la carrera naval, la primera actividad que debí realizar en enero de 1992 fue embarcarme con los cadetes que cumplían un período de instrucción en yate en Chiloé, extraordinario proyecto que nació en 1990 y que espero se mantenga hasta el día de hoy, ya que recién empecé a entender que la vela, lejos de la distorsionada imagen que yo tenía, significaba poner en práctica conocimientos náuticos, desarrollar las destrezas marineras, soportar el frío, la lluvia, la ropa mojada incluso para dormir, compartir espacios reducidos, etcétera. Esa experiencia tuvo, además, la complejidad de que los yates de la Escuela Naval debieron asistir a la regata Circuito de Chiloé, que ese año contó con la participación de más de 120 embarcaciones. Si los cadetes que compartieron conmigo esa vivencia en el Camanchaca* esperaban que el oficial a bordo fuera un experimentado deportista náutico por el solo hecho de ser oficial, creo que los decepcioné enormemente; hice todo mi esfuerzo, navegamos las nueve “patas” de la regata, en igual número de días y llegamos de regreso sin accidentes que lamentar; pero obviamente no ocupamos ningún lugar destacado en el podio de los ganadores.

A fines de 2015, ya retirado de la Armada, una oferta de trabajo me llevó a asumir como gerente general de la Cofradía Náutica del Pacífico, club de yates ubicado en Algarrobo, cuya marina se inauguró en 1979. Algarrobo se precia de ser la capital náutica de Chile ya que efectivamente en su bahía se desarrolla una gran cantidad de las regatas del campeonato anual de las clases de yate activas en Chile. Su cercanía a Santiago, Viña del Mar y Valparaíso, la ausencia de tráfico comercial y militar, sus buenas condiciones climáticas, favorables a la práctica de la vela, la existencia de dos clubes de esta naturaleza,* un gran desarrollo inmobiliario y la existencia de una gran variedad de alojamiento y restaurantes, la hacen ser la bahía predilecta de los deportistas náuticos. Reemplacé en su puesto a otro marino, el capitán de navío (R) Luis Escobar Doxdrud, que había cumplido casi 23 años en ese cargo, quien tuvo la gentileza y generosidad de entregarme toda su experiencia de manera escrita  y en forma verbal, lo cual agradezco mucho.

Al poco andar, a medida que fue desarrollándose la actividad del club y la actividad deportiva, que incluyó algunos campeonatos internacionales, me fui dando cuenta cuán poco sabía de la vela, deporte que es parte muy importante de los intereses marítimos. Ello me llevó a generar la idea de contar a quienes son marinos y al igual que yo poco saben de este deporte, en qué consiste, cómo está organizado, cuáles son sus ventajas, cuáles son sus problemas, cuál es el rol de la Armada en su desarrollo, por qué es importante apoyarlo, etc. Han pasado casi cinco años desde que comencé a trabajar en la cofradía, como la llaman cariñosamente los navegantes y, aunque todavía hay muchos aspectos que desconozco, creo provechoso dar mi visión de la vela y cuál es su aporte a los intereses marítimos de nuestro país.

Breve síntesis de la vela deportiva en Chile*

El 13 de julio de 1912, gracias al empuje de Otto Stolzenbach, se fundó en Valdivia el primer club de yates de Chile.*
En 1950 se creó la Federación Chilena de Yachting Amateur (FEDEYATES), la que luego sería conocida como Federación Chilena de Navegación a Vela (FEDEVELA).
En 1959 Pedro Ibáñez Ojeda organizó la primera regata Off Valparaíso entre Laguna Verde, Las Salinas y Valparaíso, cuyo nombre se debe al famoso cuadro del mismo nombre de Thomas Somerscales pintado en 1899 y que actualmente se encuentra la Tate Gallery de Londres.
En 1960 el Club de Yates de Algarrobo organizó el campeonato sudamericano de la clase Lightning, primer evento internacional de vela realizado en nuestro país.
En 1963 se fundó el Club Náutico Oceánico (CNO), que como su nombre lo indica, organiza las regatas de las clases denominadas oceánicas.
En 1975 el CNO realizó la primera regata oceánica entre Algarrobo y ese archipiélago, la que al año siguiente se transformó en la mítica regata Mil Millas, uniendo Higuerillas, Juan Fernández, Talcahuano y Algarrobo. Debido a las duras condiciones de navegación que imponía a los deportistas y al sufrimiento que experimentaban los yates, se realizó sólo hasta 1988.
En 1989 se lanzó la primera regata Circuito Islas de Chiloé, en la que la Armada, a través de los yates de la Escuela Naval y del apoyo de seguridad y también logístico, ha participado intensamente. El escenario incomparable de los canales chilotes, las a veces difíciles condiciones de tiempo y el desafío de navegar en canales, con bruscos cambios de viento en dirección e intensidad, han hecho de este evento, que se desarrolla cada dos años, una de las regatas más esperadas por los navegantes.
En 1997 se realizó en Algarrobo el campeonato mundial de Laser, primer evento de este tipo de una clase olímpica en Chile.
El año 2000 FEDEVELA impulsó el proyecto de escuelas de vela gratuitas para los colegios de las ciudades donde los clubes tienen sus marinas. Miles de niños se han visto beneficiados de esta iniciativa la cual ha dado acceso a un deporte al que quizás nunca hubieran accedido* de no ser por esta posibilidad. FEDEVELA organiza anualmente un campeonato nacional de estas escuelas, en alguno de los clubes del país.
En 2009 Felipe Cubillos* junto a José Muñoz, en el yate La Colorina, fueron los primeros chilenos en dar la vuelta al mundo en un velero, recorriendo 35.000 millas en NUEVE meses, con puerto de zarpe y recalada en Portugal (Portimao Ocean Race).
En 2010, en el marco de la celebración de los 200 años del nacimiento de Argentina y Chile como países independientes, se realizó la Regata Bicentenario, con la participación de 12 veleros, que zarpó desde Río de Janeiro, Brasil, y finalizó en Veracruz, México. Esta actividad se repitió el año 2014 y el 2018 con el nombre de Velas Latinoamérica y está prevista una próxima versión el 2022.

Organización de la vela deportiva en Chile.

El principal organismo náutico abocado a la vela en nuestro país es la Federación Chilena de Navegación a Vela (FEDEVELA), afiliada a la ISAF* (International Sailing Federation),* cuya dependencia técnica es del Instituto Nacional del Deporte (IND), el que le provee la mayor parte de su presupuesto. Entre sus principales obligaciones está el promover la participación de la comunidad en actividades deportivas, organizando competencias de nivel regional, nacional e internacional; reglamentar y coordinar las relaciones deportivas; establecer reglas técnicas y de seguridad; designar los deportistas y equipos que representen a FEDEVELA y al país en torneos nacionales o internacionales y actuar como autoridad deportiva en primera instancia de la disciplina de la navegación a vela.* Es este organismo el que programa anualmente, en coordinación con las diferentes clases de veleros, el programa anual de regatas y los clubes-sede donde se realizarán.
El CNO por su parte, organiza las regatas de las clases Soto-40, J-105, IRC y crucero. Estas son la Off Valparaíso, la regata Interclubes, la regata de Chiloé, la regata Aniversario del CNO y la regata de Clausura. Al igual que FEDEVELA, no posee una marina y sólo cuenta con un reducido staff administrativo.
La actividad náutica-deportiva en Chile está regulada por el Reglamento General de Deportes Náuticos y Buceo Deportivo,* el cual considera el otorgamiento de las licencias náutico-deportivas correspondientes. Para ello existen instituciones particulares que imparten los cursos correspondientes, las que a su vez deben ser certificadas por la autoridad marítima. En general se trata de medidas que en una primera lectura parecen razonables y necesarias, pero que en la práctica son a veces difíciles de implementar, más aún cuando la Autoridad Marítima muchas veces no tiene la capacidad de fiscalizar su cumplimiento.

Clubes de yates en Chile

En Chile existen 78 clubes náuticos* pero solo 23 se dedican a la vela como deporte (comparativamente hay 44 clubes de fútbol registrados en la ANFP).* De ellos, menos de 15 tienen, lo que podríamos llamar, una marina. Para ser un club que favorezca la práctica de la vela, requiere contar con ciertas capacidades mínimas: una marina protegida, con profundidad de al menos 2,5 m; muelles de atraque con capacidad de proveer energía eléctrica y agua; grúas para izar las embarcaciones a tierra; rampa para arriar e izar veleros menores; entrega de combustible; espacio para mantener los veleros en tierra; embarcaciones propias para apoyar en las regatas y para emergencias; boyas con sus maniobras de fondeo; instalaciones recreativas para después de navegar; facilidades para realizar reparaciones menores y de emergencia; personal idóneo para apoyar a los navegantes; etc. Todo esto por supuesto tiene un costo significativo, de inversión y operación. Los clubes de este tipo, al menos en Chile, han tenido orígenes muy modestos y su desarrollo ha sido a costa de los recursos que aportan sus socios.
En nuestro país los clubes de yate son organizaciones deportivas sin fines de lucro; es decir, las utilidades que obtienen de su operación son reinvertidas en los mismos clubes, para mejorar sus instalaciones. Sus ingresos provienen principalmente de lo que aportan sus socios, los cuales además de una cuota anual, deben pagar por los servicios que reciben sus embarcaciones. Todo esto lamentablemente hace de la vela un deporte caro.
Muchas veces se cae en el error de comparar lo que hacen estos clubes con otras actividades marítimas que generan lucro, pretendiendo aplicarles normas que recargarían aún más sus costos de operación.

La vela competitiva en Chile.

Las clases más competitiva en Chile, a la fecha, son las siguientes:

Optimist: es el velero más popular del mundo (más de 450.000 unidades), ya que en él aprenden a navegar los niños de entre 6 a 15 años. Su peso es de solo 35 kg y tiene una sola vela, orza rebatible y timón.
Laser: es un paso intermedio entre el Optimist y los veleros de competencia más grandes. Se subdivide en estándar, radial y 4,7, de acuerdo al tamaño de la vela que usen.
J-70: ha alcanzado un gran desarrollo a nivel mundial y en Chile esta clase ha crecido mucho. Su tripulación es de cuatro a cinco personas. Emplea dos velas: un foque, una mayor y también pueden izar un spinnaker o globo.
Lightning: es uno de los veleros más antiguos vigentes (1938). Es la clase que más logros internacionales le ha dado a Chile.
Otras clases competitivas en el país: Sunfish, Snipe, 29er, 420 y 49er.

¿Por qué no hay una mayor participación en vela en Chile?

Los principales factores que podrían explicar esta situación son los siguientes:

Costo: las embarcaciones de las clases más competitivas en Chile tienen valores altos; un Optimist tiene un precio de alrededor de USD 3.800, un Laser USD 8.000, un J-70 usado puede encontrarse a USD 45.000, un 29er o un 420 se pueden encontrar por USD 12.500. Pero lo que se usa mucho es adquirir embarcaciones de segunda mano o compartir su valor entre dos o más personas. Por supuesto, quien quiera competir a nivel internacional, al igual que cualquier deportista, necesita contar con auspicios, ya sea estatales a través de FEDEVELA y/o particulares.
Falta de incentivos: existe un prejuicio respecto a la vela al asociarla a un deporte de elite. Efectivamente hay un grupo de personas que han tenido éxito económico y han elegido la vela como una manera de hacer deportes y descansar, adquiriendo grandes y costosos yates, pero definitivamente ese es un grupo muy minoritario. Existe una gran cantidad de profesionales jóvenes que con mucho esfuerzo comparten esta pasión con sus otras necesidades económicas. No hay mayores incentivos a este deporte y tampoco es fácil conseguir auspicios al no ser masivo. En consecuencia, la vela como deporte se ha desarrollado principalmente gracias al esfuerzo de los mismos deportistas y de los clubes que los apoyan.
Falta de espíritu náutico: creo que gran parte de los chilenos ven al mar como un obstáculo y no como un vehículo para el desarrollo nacional y personal; de hecho, la Doctrina Marítima Nacional destaca que para explotar las facilidades y recursos que otorga el mar, se requiere contar con una vigorosa conciencia marítima (el conocimiento exacto y reflexivo de los factores que se relacionan con el mar y sus proximidades, tanto sobre su naturaleza como de sus posibilidades).*
 Si consideramos que Chile es un país que depende ineludiblemente del mar, un país oceánico como señala la Política Oceánica* promulgada el 2018, debido a nuestra configuración geográfica,* nuestra actitud frente al mar no refleja que poseamos una conciencia marítima acorde con esta condición y en consecuencia, tampoco un espíritu náutico que nos lleve a sacar provecho de la inmensa riqueza marítima que tenemos. Nueva Zelanda debiera ser en este sentido, un ejemplo digno de imitar: hay 108 clubes náuticos de vela, el 42% de la población de 4,9 millones de habitantes se dedica a las actividades náuticas y en 2016 existían 96.000 veleros.* Un caso más cercano es el de nuestros vecinos argentinos, que tienen 56 clubes de vela. La provincia de Buenos Aires por ejemplo, con más de 17 millones de habitantes, tiene más de 25 clubes de yates; Mar del Plata, con más de 650.000 habitantes, tiene dos grandes clubes donde anualmente se realizan competencias con la participación de más de 300 embarcaciones. Por el contrario, el Gran Valparaíso que concentra una población un 50% mayor que esta última ciudad, no muestra ni por lejos la intensidad de actividad náutica, pese a contar, al igual que Mar del Plata, con dos clubes de esta naturaleza.

El rol de la Armada en el desarrollo de la vela.

Uno de las principales preocupaciones del almirante José T. Merino como Comandante en Jefe de la Armada fue su preocupación por fortalecer la conciencia marítima de los chilenos, a través del desarrollo de los intereses marítimos y el poder naval. Su apoyo a la vela correspondía a su convicción de que la conciencia marítima debía desarrollarse a través de diferentes actividades en las cuales la Armada no podía estar ausente. Bajo su mando la Armada adquirió el Blanca Estela, velero de la clase Swan* (65 pies de eslora y 36 ton de desplazamiento), que navegó más de 80.000 millas llevando nuestra bandera a regatas en todo el mundo. Su legado se mantiene vigente hasta hoy ya que el respaldo a los intereses marítimos de Chile es parte de la misión de la Armada.* Nuestra institución comprendió que en un mundo cada vez complejo es necesaria la especialización, por lo cual en la estructura orgánica de la DIRECTEMAR se creó el año 2001 la Dirección de Intereses Marítimos y Medioambiente Acuático (DIRINMAR), la que a su vez tiene dentro de su política contribuir al fomento, desarrollo y control de los Intereses Marítimos Nacionales,* entendidos estos como los beneficios que una nación obtiene del uso del mar. Los deportes náuticos son una parte componente de los intereses marítimos y,* en consecuencia, son parte también de las múltiples tareas de la Armada a través de la DIRINMAR. Sin desconocer que los recursos son limitados, estimo que el fomento a que se hace referencia no puede agotarse en la mera fiscalización de estas actividades, sino también en facilitar su desarrollo y, en la medida de lo posible, apoyarlas.*

En algún momento de la historia de la Armada, la vela se enfrentó con un criterio competitivo, pero por diversas circunstancias que no vienen al caso analizar, este mutó a otro más bien participativo. En los años 90, del siglo XX, la marina disponía para competencias de una numerosa flota velera, compuesta por el Blanca Estela, tres veleros Pilot, el Carmen Gloria, el Arcturus, el Maquinoso, el Pehuenche, el Califon, el Pollux y más de 25 Lightning y Vaurien.* Quizás este mismo cambio de criterio es la causa de que la Armada haya ido viendo la vela con cierta distancia, privilegiando, a mi juicio, su rol fiscalizador más que como promotor de un deporte que contribuye a nuestros intereses marítimos. Esta situación se visualiza claramente en uno de los aspectos que a veces genera fricciones entre la autoridad marítima y los deportistas náuticos, la meteorología; la razón es obvia: mientras para la primera su misión es salvaguardar la vida humana en el mar, para los segundos, es precisamente el desafío a las condiciones límites lo que genera el atractivo de este deporte. Cuando el viento alcanza una intensidad de 20 nudos o más, la autoridad marítima empieza a considerar el cierre del puerto para la navegación de embarcaciones menores. Al mismo tiempo, los navegantes se encuentran obteniendo el máximo provecho de sus embarcaciones y aplicando toda su experiencia para ganar unos segundos a sus competidores. En general, estas discrepancias se solucionan conversando y adoptando, por parte del organizador de las regatas, las medidas preventivas de seguridad necesarias.

Estimo que se requiere una normativa que disponga medidas mínimas que deben cumplir las embarcaciones y los navegantes, pero quizás sea bueno revisar que no haya un exceso de celo que coarte este deporte. Está en la idiosincrasia del país y eso lo vemos a menudo en la vida nacional, pensar que quien enviste una autoridad es responsable de todo lo que hagan quienes estén en el ámbito de su acción, olvidando que es precisamente el sabernos responsables de nuestros actos y de las consecuencias que ellos acarrean, un motor del desarrollo y del crecimiento.

Entre los principales impulsores de la práctica de la vela como deporte en la Armada y a nivel nacional, además del almirante Merino, ya mencionado, es necesario destacar a Roberto Kelly Vásquez y Hernán Cubillos Sallato, ambos ya fallecidos, ex-oficiales de la Armada, a los cuales nuestra Institución les debe mucho por haber incentivado esta actividad, al comprender que contribuye indudablemente a la formación de los valores del hombre de mar. Sería largo detallar además, la gran cantidad de oficiales y gente de mar de la institución que dedicaron muchos años de sus vidas a transmitir el amor por este deporte y a practicarlo intensamente transmitiendo su importancia a las nuevas generaciones.

Reflexiones finales.

El británico Jullian Corbett sistematizó el estudio de la estrategia marítima señalando que, además de ser necesario obtener el control del mar, también es necesario ejercerlo para, a través de él, obtener beneficios para los intereses nacionales del país. Esos beneficios están en estrecha relación con los intereses marítimos; no se busca el control de los espacios marítimos – en la paz o en la guerra – por el mero hecho de contar con él; eso no tiene sentido. Se busca el control del mar para gozar de todo lo que este nos puede entregar, entre otros, los deportes náuticos, porque estos contribuyen además a desarrollar e incrementar la conciencia marítima. 
Se podrá decir que esta última es una responsabilidad de Estado, que supera las capacidades institucionales, pero sabemos que lamentablemente, aunque por nuestra geografía nos consideremos una isla, tenemos una mentalidad más terrestre. La atracción por el mar de los chilenos se agota en la playa; más allá de ella, la gran mayoría ve algo desconocido, misterioso, complicado, etc. por lo tanto, nuestra institución no puede eludir su responsabilidad de contribuir al desarrollo de la conciencia marítima, la que debe a su vez llevar a tomar conciencia de los intereses marítimos.
Hay otro factor muy relevante a la hora de evaluar las bondades de este deporte; este es su condición totalmente amigable con el medioambiente, dadas las características de la energía que utiliza, lo cual se encuentra totalmente en línea con el objetivo de lograr un desarrollo económico sustentable del océano.
La vela es una escuela de marinos, para hombres y mujeres de mar, para hombres y mujeres que comprenden que nuestro país es mar y que si no aprovechamos este inmenso territorio marítimo, otros lo harán por nosotros.



Yates reales.

Un yate real es una embarcación utilizada por el monarca y la familia real de un país, cuyo sistema de gobierno es la monarquía. La mayoría de los yates reales son financiados por el Estado y a menudo tripulado por personal de la Marina. Por lo general, es utilizado para viajes oficiales y privados.

El Reino Unido ha tenido 83 yates reales desde la restauración del rey Carlos II en 1660. El mismo Carlos II tenía 25 yates reales, mientras que cinco estaban simultáneamente en servicio en 1831. Desde el desmantelamiento del Britannia en 1997, El Monarca ya no tiene un yate real propio, sino que desde entonces ha fletado otros barcos, como el MV Princesa Hébrida .

HMY Victoria and Albert II.

HMY Victoria and Albert II fue un vapor de 300 pies puesto en marcha el 16 de enero de 1855, que funcionó como yate real de la soberanía del Reino Unido hasta el año 1901, era propiedad y estaba operado por la Marina Real Británica. Desplazaba 2 479 toneladas y podía hacer 15 nudos de velocidad, además contaba con 240 tripulantes. El Victoria and Albert II fue desechado alrededor de 1904.
Victoria Queen of the United Kingdom of Great Britain and Ireland and Abdulaziz, emperor of the Ottoman Empire, on the Royal yacht during the Sultan's official visit, 1867, by George Housman Thomas, depicting the Sultan's official visit to United Kingdom.












La ceremonia tuvo lugar a bordo del Royal Yacht Victoria and Albert durante la revisión naval, celebrada en un clima espantoso, en honor del sultán Abd-ul-Aziz, quien había sucedido a su hermano Abd-ul-Mejid como sultán en 1861. 
El sultán fue , en palabras de la Reina 'muy incómodo' en el mar y 'continuaba retirándose abajo'. La Reina señaló que el Sultán recibió la Jarretera "que le había gustado mucho, aunque yo hubiera preferido la Estrella de la India". En el cuadro la Reina inviste al Sultán con la insignia de la Orden. Detrás de ella, a la izquierda, están el Príncipe de Gales, el Duque de Cambridge, el Príncipe Arturo, el Príncipe Leopoldo, el Príncipe Luis de Hesse y la Princesa Beatriz, con tres Damas de honor. El hijo pequeño del sultán está cerca de él.

  
El HMY Britannia 

Carla Nicol Vargas Berrios

 



El HMY Britannia fue Yate de Estado o de representación perteneciente a la Corona británica y que tras ser dado de baja tras 43 años de servicio, fue destinado en 1997 por orden de Isabel II como museo flotante en Leith, Escocia.

Carla Nicol Vargas Berrios

El yate HMY Britannia fue concebido en 1953 como un Yate de Estado o representación de la Monarquía británica, fue botado en 1954 en presencia de la Reina consorte, viuda del rey Jorge VI, 2 meses antes de la coronación de Isabel II del Reino Unido. El diseño consideró una segunda función del yate como hospital en caso de guerra , no habiéndose utilizado el buque en para esta función.
El HMY Britannia se construyó en reemplazo del yate HMY Victoria and Albert desguazado tras 50 años de servicio. El HMY Britannia fue concebido en 1938 como proyecto cuando el almirantazgo decidió reeemplazar al yate mencionado, el gobierno inglés realizó entonces una licitación invitando a los principales constructores de este tipo de embarcaciones a presentar sus propuestas, sin embargo, el comienzo de la Segunda Guerra Mundial truncó el proyecto.
Terminada la guerra, el proyecto fue retomado en 1951 cuando la economía inglesa ya estaba mejor recuperada del conflicto, entonces la Corona solicitó que además el yate hiciera las veces de hospital en caso de un nuevo conflicto. Los bosquejos de los planos guardados desde 1939 se modificaron ante la nueva exigencia, reduciéndose además el tamaño de la embarcación a solicitud de la misma reina consorte Isabel Bowes-Lyon y el rey Jorge VI, los planos fueron revisados constantemente por la Corona en la búsqueda de la economía pero sin llegar a comprometer la funcionalidad del yate como una embarcación de categoría real y además como un hospital y que además pudiera ser transocenánico en todo tipo de climas y latitudes. La licitación finalmente fue ganada en febrero de 1952 por los astilleros John Brown & Co. Ltd. de Clydebank.








escudo de armas


campaña




comedor










reina


El HMY Britannia fue finalmente diseñado como un buque moderno pero con un toque neo-clásico a solicitud del mismo rey, la quilla fue puesta en grada en junio de 1952, el casco con adición de bulbo en la proa y con motorización completa fue botado en abril de 1953. Para reducir la cavitación de las hélices convencionales, se le dotó de hélices tetrapalas. Aun así, cuando el navío alcanzaba la velocidad de 16 n, la cavitación se hizo presente afectando hasta los aposentos de la reina.
Se le dotó de tres mástiles, en donde el Palo Mayor era abisagrados en los masteleros superiores para permitir el paso bajo los puentes del Támesis, adicionalmente se le dotó de una terraza trasera con capacidad para recibir un helicóptero en caso de emergencias.​ En el pintado del yate real se usaron 25 t de pintura la cual se renovó en al menos dos oportunidades, 1959 y 1987.

 


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