Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara; Demetrio Protopsaltis Palma; Ricardo Matias Heredia Sanchez; Alamiro Fernandez Acevedo; Soledad García Nannig; Paula Flores Vargas; Katherine Alejandra Del Carmen Lafoy Guzmán;
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Los maceros y la Maza de Ceremonias. |
El oficio más antiguo y solemne del Ayuntamiento de Madrid que conservan solo cuatro personas. Tres hombres y una mujer son los últimos maceros del consistorio, una labor centenaria que tiene su origen en la protección de los representantes públicos y ha evolucionado hasta un papel más ceremonioso
19 de agosto de 2023 En las ocho manos de cuatro personas, tres hombres y una mujer, descansa la historia de un oficio centenario muy ligado a la política de Madrid. No solo porque su actividad se base en servir de apoyo protocolario a representantes de la soberanía popular, sino porque son los distintos Ejecutivos municipales los que han marcado el auge y declive de una profesión tan única como la de macero. Ateneo de saberes: rescatar los oficios artesanos que subsisten en un Madrid que los ahoga Son los encargados de encabezar las comitivas municipales en manifestaciones oficiales de la ciudad especialmente ceremoniosas: procesiones, funerales, recibimientos de jefes de Estado.... Visten con un tabardo estampado con los símbolos de la ciudad, uniforme de antiguo origen y una maza en su mano que les da nombre. Ahora es ornamental, pero en un principio actuaban como un arma con la que defender a los representantes públicos (intendentes, regidores o corregidores, porque preceden incluso al término “alcalde”) cuando eran increpados por maleantes, o simplemente por algún vecino indignado del pueblo llano. La maza tiene de hecho su origen en los garrotes de combate medievales. No en vano, la presencia del macero en determinadas solemnidades simboliza el poder de la autoridad. Ligados en un primer momento a la corte monárquica, con los años se extendieron a otras Instituciones, como el Congreso de los Diputados y muchos ayuntamientos españoles. Este personal ceremonial, que en el pasado llegó a aglutinar en torno a 400 empleados, depende actualmente en Madrid de la Coordinación General de la Alcaldía. Son, de hecho, funcionarios. Su ligazón con la ciudad es centenaria. Cuando la corte de Felipe II se estableció en Madrid en 1561, los actos del Ayuntamiento adquirieron más importancia y el protocolo tuvo que evolucionar (esto es, ganar pompa) a la par que lo hacía la nueva capital. En su libro Historia de la Asociación del Santo Ángel de la Guarda de los Maceros de la Villa, el historiador especializado en costumbres madrileñas Mariano Hormigos fija en 1605 la fecha en la que esta figura se instaura en el consistorio. El protagonismo de los maceros en los actos protocolarios se mantuvo durante siglos. Apostó por ellos, incluso, un edil tan vanguardista como Enrique Tierno Galván. El viejo profesor colocó en 1982 una lápida de granito en la fachada en el número 70 de la calle Mayor, en recuerdo de que “en este lugar se alzaba la iglesia de San Salvador, donde se reunió desde el año 1405 y durante más de un siglo, en sesión pública, el Concejo de la Villa”. La luego conocida como Casa de la Villa era el lugar donde residía la soberanía municipal antes de su traslado al Palacio de Cibeles en 2007 y fue el espacio donde los maceros vivieron sus décadas de esplendor. La preponderancia de este oficio tan tradicional empezó a retroceder en 2003 con la llegada de Alberto Ruiz-Gallardón a la alcaldía. Ya en su propia investidura, el exregidor decidió prescindir de ellos. Gallardón intentaba trasladar así esa imagen de modernidad-conservadora o conservadurismo-moderno que tanto tiempo persiguió. Tampoco se puso el collar de oro con la medalla de la ciudad, ni portó el bastón de mando. Manuela Carmena no contó igualmente con estas autoridades en su toma de posesión, pero José Luis Martínez-Almeida los recuperó. Lo que ya nunca regresó es la presencia de los maceros en los plenos municipales ordinarios, por lo que su presencia ha quedado reservada a sesiones de investidura y otros actos especialmente ceremoniosos. Una irreparable pérdida reciente. Otro duro golpe para este mermado sector fue la muerte, en enero, de Rafael Aguado. El responsable de ceremonial del Ayuntamiento de Madrid falleció repentinamente a los 69 años. Su cargo, una especie de guardían de las insignias de la Villa, le obligaba a residir en el número 5 de la Plaza de la Villa, junto a la calle Mayor, para recoger y entregar las llaves de la ciudad o las medallas de Madrid.
Aguado contribuyó a preservar, recuperar y clasificar uniformes de macero, ornamentos y estandartes o tapices. Además, como recogió Madridiario en un cuidado obituario, durante sus últimos años luchó por la creación de un Museo de Protocolo y Ceremonial dedicado a la preservación y difusión de estas labores. El objetivo no sería otro que mostrar la evolución histórica de la vida más protocolaria de la Corte, que no ha dejado de transformarse pese a su apego a la tradición. |
Barcelona Secreta. Una pequeña escultura sobre una de las puertas más antiguas del Palau de la Generalitat representa a un funcionario hoy prácticamente desaparecido que encabezaba las comitivas oficiales armado con una maza.
El macero de Sant Honorat Xavi Casinos 07/07/2024 Una pequeña escultura de apenas un palmo sobre una de las puertas del Palau de la Generalitat, en la fachada de la calle Sant Honorat, llama la atención de aquellos que se percatan de su presencia. Lleva un uniforme ceremonial y carga con una maza. Representa a los antiguos funcionarios conocidos como maceros, que eran quienes encabezaban las comitivas reales y que más tarde su empleo se extendió a otras instituciones, como los ayuntamientos. Hoy prácticamente han desaparecido al considerarse una figura protocolaria anacrónica. El Ayuntamiento de Barcelona eliminó esta figura en 2004. Ya entonces solo quedaban dos maceros en el consistorio. Cuando no ejercían su función de acompañamiento a las comitivas en algunos actos institucionales, ejercían funciones auxiliares para la alcaldía, como ordenanzas y ujieres. En 2004, los dos maceros supervivientes pasaron a integrarse en otros departamentos municipales.
En otras administraciones pasó lo mismo. Es el caso de la propia Generalitat, que hace años también ha eliminado esta figura, que pasó a ejercer funciones de apoyo organizativo de los actos, pero ya no con el significado ceremonial originario. Igual sucede en el Parlament. La pequeña escultura de la calle Honorat es el recuerdo de este oficio. Su vestimenta era un tabardo generalmente de terciopelo con ribeteados plateados o dorados y un sombrero redondo con pluma. Representaban la autoridad y la maza era una antigua arma reconvertida en símbolo. Algunos historiadores consideran que son una evolución medieval de los antiguos lictores romanos, que escoltaban a los magistrados. En lugar de la maza llevaban consigo un haz de varas denominado fasces con una o dos hachas insertadas en su interior que simbolizaban la capacidad de los magistrados para castigar y ejecutar. El macero de la Generalitat se encuentra en una de las puertas menores de la que fue fachada principal del palacio original del siglo XV, que se construyó a partir de varias casas del antiguo barrio judío de Barcelona. La entrada principal estaba en la calle Honorat, hasta que el edificio se fue ampliando, primero hacia la calle del Bisbe y más tarde a la plaza Sant Jaume. Sobre la segunda puerta menor hay otra escultura del mismo tamaño del macero, pero en esta ocasión representa a un guardia. |
Macero de la Juntas Generales de Gipuzkoa.
Las Juntas Generales de Guipúzcoa son el parlamento y órgano legislativo del territorio histórico y provincia de Guipúzcoa, que a su vez forma parte de la comunidad autónoma del País Vasco en España. La sede de las Juntas Generales se hallaba provisionalmente hasta 2007 en «Etxe Zuri» (en euskera: «Casa Blanca»), en el barrio de Aiete de San Sebastián. Sin embargo, por falta de espacio, los plenos se celebraban en el edificio de la Diputación Foral de Guipúzcoa. En 2007 se inauguró la actual sede de las Juntas Generales, ubicada en el Parque Tecnológico de Miramón en San Sebastián. Una de las personas más conocedoras en Gipuzkoa de la figura del macero es la historiadora de la UPV Rosa Ayerbe, que admite que «personalmente me ha dado pena su desaparición», al ser un personaje cuya vida «ha ido pareja a la de la propia institución juntera desde el siglo XVII. Pero entiendo que son tiempos nuevos, en los que se tiende a simplificar el ornato y parafernalia». Ayerbe explica que su función es meramente decorativa, con el objeto de «dar mayor solemnidad y realce a los congresos de la institución fundamental de la provincia». Rasgos característicos La historiadora, que es también miembro de Eusko Ikaskuntza, de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País y de la Real Academia de Historia, recuerda que los maceros aparecieron por vez primera en la sesión que las Juntas Generales celebraron el 22 de noviembre de 1622 en Arrasate. Aquel día, fueron dos los que estuvieron presentes, una cifra que se ha mantenido hasta nuestros días. La villa que acogía el pleno elegía a los vecinos encargados de representar este papel a cambio de un salario de seis ducados por junta para cada uno, explica. Su rasgo más característico era su llamativa vestimenta. Así se describía en las primeras actas de las propias Juntas, la primera referencia a esta figura existente: «Habían de vestir ropones de damasco colorado, gorras de terciopelo carmesí y mazas de plata con el escudo de armas de la Provincia, también de plata, hechas por plateros de Vitoria, para ir con los señores de la Junta a la iglesia y otras ocasiones que se ofrecieren». Ayerbe añade que ropones y mazas costaron 4.569 reales, es decir, 155.346 maravedís. Estos símbolos apenas han cambiado siglos después y en los bordados del traje aún hoy se puede ver el escudo de Gipuzkoa en el pecho, y debajo, los de Tolosa y San Sebastián, las dos villas que han sido capital del territorio. Los maceros estuvieron presentes hasta la desaparición de las Juntas en 1877. Al restaurarse el parlamento foral en 1979 se volvió a rescatar su figura. Los maceros han acompañado a los junteros en los actos de apertura y solemnes de la asamblea. Su papel era dar solemnidad a la institución, acompañando a su máxima autoridad: la presidencia de la Mesa. Esta figura siempre ha sido encarnada por jóvenes, históricamente vecinos del municipio que albergaba el pleno. Ayerbe precisa que actualmente esta función es desempeñada en su mayoría por estudiantes -entre ellos varios alumnos de esta historiadora-. Aunque no se establece a priori ninguna condición, normalmente se trata de jóvenes con buena presencia y buena condición física para soportar los calores del traje y permanecer de pie en plenos de varias horas |
La maza de ceremonia es un instrumento ceremonial a modo de cetro de plata o de bronce plateado que termina en un esferoide con más o menos adornos de crestas y relieves. Las mazas datan de principios de la Edad Moderna y se llevan por alguaciles (maceros) delante de cabildos y corporaciones municipales o legislativas. Traen su origen de las mazas de combate que se usaron en las Edades Antigua y Media y evocan el recuerdo de las fasces romanas, que eran haces de varillas rodeando un hacha y ligadas con una correa, que llevaban los lictores o ejecutores de justicia delante de los pretores, cónsules y otras autoridades de la Antigua Roma.
A mace-bearer, or macebearer, is a person who carries a mace, either a real weapon or ceremonial. |
La makila, a veces escrito como maquila, maquilla o makhila es un bastón tradicional en el País Vasco, tanto como herramienta práctica como, sobre todo, símbolo cultural de la autoridad y fuerza. En la ceremonia de nombramiento del Lehendakari (o de los diputados generales y alcaldes) de la región se hace entrega de una maquilla como símbolo del poder político. Etimología
«Makila», en euskera, significa literalmente «palo», «bastón de caminante», «vara» o «maza». La palabra tiene ciertas connotaciones, por ejemplo, en la forma verbal makilar, que viene a significar «a la porra», o los derivados makila-ukaldi, que significa «golpe de bastón» o «golpe de maza».
El término, fuera del País Vasco, ha pasado a estar asociado con el bastón típico de los vascos. Es interesante que en el idioma hebreo,tal como aparece repetidas veces en el Pentateuco,la palabra "makel" significa palo o bastón.(מקל).En el idioma hebreo hablado hoy en día en Israel,el bastón es llamado "makel alija"(palo de caminar.) |
El señor Orr era una persona de considerable importancia en las Cuatro Cortes, siendo responsable de cuidar la enorme maza de plata con adornos antiguos irlandeses que había sido parte de la insignia de la Gran Cancillería de Lord desde que se estableció esa oficina. Siempre exhibida de manera prominente en el lado izquierdo de la tribunal durante la presencia del Lord Canciller, la maza fue llevada ante él por su pregonero mientras se movía de triunal en tribunal. Robada durante la ocupación de los Cuatro Tribunales en 1922, la maza se recuperó posteriormente bajo las tablas del suelo de Arran Quay. El Weekly Irish Times del 15 de julio de 1922 publicó un artículo sobre su recuperación, que incluía (arriba) una fotografía de finales del siglo XIX del señor Orr sosteniendo la maza. Parece bastante imponente y con algunos bordes afilados. De la misma manera, su portador estaba fuera de servicio durante su altercado con el Sr. Reddy, ¡o podría haber hecho mucho más daño! ¡La transición de una posición de autoridad en el trabajo a un simple cliente cotidiano fuera de él puede ser difícil! Pero los empleados de Four Courts a veces podían ser demasiado entusiastas incluso en el desempeño de sus funciones oficiales. Lea sobre otro caso criminal de mediados del siglo XIX que involucra a un Sr. Falkner aquí. |
Desde 1627 en adelante, el Mariscal de la Tierra fue el término utilizado por el Presidente de la Nobleza en la Asamblea Legislativa de Sueca . La tradición continuó en el parlamento del Gran Ducado de Finlandia , donde el Mariscal del país fue designado por el Gran Duque de Finlandia , el Emperador de Rusia . Además, según la constitución de 1869 , se debía nombrar un mariscal adjunto especial. Además, el Mariscal dirigió el discurso en el Pleno plenorum y las ceremonias de inauguración y clausura del parlamento. El emblema del mariscal de tierra era la vara larga del mariscal de tierra. El título quedó obsoleto con la abolición del parlamento estatal en Suecia en 1866 y en Finlandia en 1906. En Estonia , las casas de caballeros de Livonia y Saaremaa tenían sus propios mariscales de tierra hasta 1920, cuando se abolieron las casas de caballeros de las provincias de Estonia.
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En España, está documentada la presencia de maceros en las Juntas Generales de Guipúzcoa desde el año 1622, y su presencia se limitaba a un único pleno anual, el del 2 de julio. Su uniforme se componía de ropones de damasco, gorras de terciopelo y mazas de plata con el escudo de la provincia. En el caso de la Diputación Foral de Navarra, la referencia más antigua de este cargo, entre sus funcionarios, la encontramos hacía 1600, la Corporación les hace acreedores al sueldo de cien libras, por asistencia a las salidas ceremoniales de la Diputación. |
Ceremonia toma de posesión Lehendakari.
"Eusko lur gainean zutunik, Jaungoikoaren eta euskal gizartearen aurrean apalik, Gernikako zuhaitzpean, asaben gomutaz, herri ordezkari zareten zuen aurrean, nire agintea zintzo betetzea zin dagit"

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Carla Nicol Vargas Berrios |
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