El cuarto de penique o farthing Diámetro : 20 mm ; Peso : 2,8 g Se necesitaban cuarenta y ocho monedas de un farthing para llegar a un chelín. El farthing existió de 1672 hasta 1956, pero en 1860 será compuesto de bronce al formato que guardará hasta su desaparición en 1956, o sea con un diámetro de 20 milímetros para un peso de 2,83 gramos. |
El medio penique Diámetro : 25 mm ; Peso : 5,7 g El medio penique equivalía a una parte de un chelín dividido en 24. El medio penique existió de 1672 hasta 1967, pero como el farthing, en 1860 que se le da el tamaño que conservará hasta 1967. Será reemplazado por el nuevo medio penique en 1971. |
El penique Diámetro : 31 mm ; Peso : 9,4 g El penique era la duodécima parte de un chelín. Siempre tuvo en su reverso la muy conocida Britania sentada. El penique es la continuación de una moneda romana, el Denarius, o denario continental, por supuesto su origen es muy anciana. Fue solamente durante el reinado de Jorge III que esa moneda fue acuñada en bronce, su formato se reducirá poquito a poco hasta el modelo estándar que no cambiará ya entre 1860 y 1967. |
La moneda de tres peniques Diámetro : 16 mm ; Peso : 1,4 g Se necesitaban cuatro monedas de tres peniques para llegar a un chelín. La moneda de tres peniques existió desde 1551. Esa moneda de plata de pequeño diámetro y pesando 1,4138 gramos fue acuñada hasta 1944. Otra moneda de tres peniques en latón, más grande, de forma dodecagonal, se utilizó de 1937 hasta 1967. |
La moneda de cuatro peniques Diámetro : 16 mm ; Peso : 1,9 g La moneda de cuatro peniques, o groat en inglés, no era una moneda corriente, es decir que no circulaba. Sólo se podía encontrar nueva para los coleccionistas. Era la misma cosa para las monedas de plata de 3, de 2 y de 1 penique. Valía un tercio de chelín. |
La moneda de seis peniques Diámetro : 19 mm ; Peso : 2,8 g La moneda de seis peniques valía medio chelín. Existió desde 1551. Guardó durante mucho tiempo las mismas proporciones, su peso era de 3,0100 gramos. Esa moneda fue acuñada con plata antes del reinado de Victoria hasta el de Jorge VI, en 1946. A partir de 1947, fue acuñada con cuproníquel hasta 1967. Después de la decimalización de la moneda inglesa, las seis peniques estaban aceptadas al valor de 2,5 nuevos peniques. Historia Las primeras monedas de seis peniques fueron acuñadas en 1551, durante el reinado de Eduardo IV. Estas piezas fueron concebidas como consecuencia del envilecimiento de las monedas de plata durante los 1540s, en particular, el apodado "testoon" (luego bautizado chelín), cuyo valor decayó de 12 peniques (12d), a 6 peniques (6d). El envilecido testoon, se volvió entonces, muy común en las transacciones cotidianas de la población, y se decidió que las nuevas piezas de testoones acuñadas, se hiciera con un valor facial de seis peniques. El testoon perdió valor, porque a diferencia de los patrones de monedas fiduciarias, el valor de una moneda se determinaba por el valor de mercado del material que las constituía. Durante el reinado de Enrique VII, sin embargo, pureza de la plata en las monedas cayó de manera significativa. Las monedas de seis peniques fueron acuñadas durante el reinado de cada uno de los monarcas de la Corona británica tras Eduardo VI, al igual que en los países que conformaban la comunidad y las dependencias de la Corona británica; Durante todos esos años, la moneda de seis peniques experimentó un gran número de cambios. Durante el reinado de Jorge II, se emitieron un número de piezas diseñadas por John Sigismund Tanner, quien en un punto determinado, llegó a ser Grabador general de la Royal Mint; Debido a esto, se sugiere la existencia de uno de los apodos que tenía la moneda de seis peniques, "tanner", el cual se volvió un nombre muy popular hasta la llegada de la decimalización. Una explicación alternativa para el origen del apodo, es que proviene de la palabra anglorromaní, "tawno", que significa "pequeña cosa". La Royal Mint sobrellevó un programa de reacuñación masiva en 1816, en el cual se acuñaron grandes cantidades de monedas de oro y plata. Hasta entonces, las piezas acuñadas en plata eran irregulares y la última de esas piezas, acuñada en 1787, había hecho poco para aliviar la escasez crónica de plata en circulación general. Las nuevas monedas de plata, poseían una composición estándar de plata.925 (plata esterlina), y las equivalencias eran de 66 chelines por libra de plata (0.453 kg). Por lo tanto, se acuñaron nuevas monedas de seis peniques, que pesaban 1/11 de una onza troy, equivalente a 2828 gramos o 43.636 granos. La Royal Mint envileció las monedas de plata en 1920, haciendo que pasaran de tener 92.5 % de plata, a tan solo 50 %. Se emitieron monedas de seis peniques de ambas aleaciones ese mismo año (plata.925 y plata.500). El envilecimiento se llevó a cabo debido a una alza en los precios internacional del plaza, seguido de una tendencia de eliminación o reducción de la pureza de las monedas de plata en todo el mundo. La acuñación de monedas de plata de la libra esterlina cesó en 1946 debido a razones similares, los exacerbados costes de la Segunda Guerra Mundial, que llevaron a la emisión monetaria, y por ende a inflación que distorsionó el valor intrínseco de la plata del valor facial de las monedas, lo que causó que el gobierno inglés tomara la decisión de eliminar las monedas de plata, y reemplazar su contenido por cuproníquel. Desde las propuestas de Lord John Wrottesley en 1820, hubo varios intentos para decimalizar la libra esterlina durante el próximo siglo y medio. Estos intentos probaron ser infructuosos hasta la década del 1960, cuando la opinión pública comenzó a presionar al gobierno por la necesidad de simplificar las transacciones económicas (quizás, en gran parte, debido a la expansión económica). Se anunció la decimalización en 1966, aunque el proceso se dio cinco años después, en 1971. La libra pasó de tener 240 peniques, a tan solo 100. A pesar de la introducción de nuevas monedas, varias de las monedas predecimales continuaron circulando, incluyendo la de seis peniques (reconvertida en 2.50 nuevos peniques tras la decimalización) la cual continuó siendo de curso legal hasta el 30 de junio de 1980. |
El chelín Diámetro : 24 mm ; Peso : 5,7 g Para llegar a un chelín, se necesitaban doce peniques. Esa moneda existió desde 1548.El chelín era de plata durante el reinado de Jorge III y hasta 1946. El chelín de plata pesaba 5,6552 gramos. A partir de 1947, el chelín fue acuñado con cuproníquel, hasta 1967, fecha de su desaparición. Historia. Las primeras monedas de libra esterlina con valor de 12d se acuñaron en 1503 o 1504 y se conocían como testoons. El testoon fue una de las primeras monedas inglesas en llevar un retrato real (en lugar de uno representativo) del monarca en su anverso, y es por esta razón que obtuvo su nombre de una moneda italiana conocida como testone , o casco , que se había introducido en Milán en 1474. Entre 1544 y 1551 la moneda fue devaluada repetidamente por los gobiernos de Enrique VIII y Eduardo VI en un intento de generar más dinero para financiar guerras extranjeras. Esta devaluación significó que las monedas producidas en 1551 tenían una quinta parte del contenido de plata de las acuñadas en 1544, y en consecuencia el valor de los nuevos testoons cayó de 12d a 6d. La razón por la que el testoon perdió valor es que, a diferencia de hoy, el valor de las monedas se determinaba por el precio de mercado del metal que contenían. Esta devaluación se reconoció como un error, y durante el reinado de Isabel , las monedas recién acuñadas, incluyendo el testoon (ahora conocido como chelín), tenían un contenido de plata mucho mayor y recuperaron su valor anterior a la devaluación. Los chelines se acuñaron durante los reinados de todos los monarcas ingleses posteriores a Eduardo VI, así como durante la Commonwealth , con una gran cantidad de variaciones y alteraciones apareciendo a lo largo de los años. La Real Casa de la Moneda emprendió un programa masivo de reacuñación en 1816 , con la acuñación de grandes cantidades de monedas de oro y plata. Las emisiones anteriores de monedas de plata habían sido irregulares, y la última, acuñada en 1787, no estaba destinada a ser emitida al público, sino como regalos de Navidad para los clientes del Banco de Inglaterra. Las nuevas monedas de plata debían ser de 0,925 ( libra esterlina ), y las monedas de plata se acuñarían a 66 chelines por libra troy. Por lo tanto, los chelines recién acuñados pesaban 2 ⁄ 11 onzas troy , equivalentes a 87,273 granos o 5,655 gramos . La Real Casa de la Moneda degradó la plata acuñada en 1920, pasando del 92,5 % al 50 %. Ese mismo año se acuñaron chelines de ambas aleaciones. Esta devaluación se debió al aumento del precio de la plata a nivel mundial y siguió la tendencia global de eliminación o reducción de la pureza de la plata acuñada. La acuñación de la libra esterlina en plata cesó por completo (excepto la moneda ceremonial de la Santa Cena ) a finales de 1946 por razones similares, agravadas por los costes de la Segunda Guerra Mundial . En su lugar, se acuñó nueva plata acuñada en cuproníquel , una aleación de 75 % de cobre y 25 % de níquel. A partir de las propuestas de Lord Wrottesley en la década de 1820, hubo varios intentos de decimalizar la libra esterlina durante el siguiente siglo y medio. Estos intentos no tuvieron mayor trascendencia hasta la década de 1960, cuando se apremió la necesidad de una moneda más adecuada para cálculos monetarios simples. La decisión de decimalizar se anunció en 1966, y la libra se redividiría en 100 peniques, en lugar de 240. El Día Decimal se fijó para el 15 de febrero de 1971, y se introdujo una amplia gama de nuevas monedas. Los chelines continuaron siendo de curso legal con un valor de 5 nuevos peniques hasta el 31 de diciembre de 1990. |
Diámetro : 28,5 mm ; Peso : 11,3 g La moneda de plata de un florín valía dos chelines. Hay un hecho interesante a conocer a propósito del florín ingles : esa moneda fue el primer ensayo para introducir el sistema decimal en el monedaje británico. El primer florín apareció en 1848 o 1849, no tuvo gran éxito. Fue en 1893 que su diámetro y su peso fueron definitivamente fijados. El florín de plata pesaba 11,3104 gramos. Historia Antecedentes Aunque las primeras propuestas para la decimalización del sistema monetario británico datan de 1682, la idea tomó seriedad cuando Estados Unidos, Francia, y otros países a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX, comenzaron a adoptar sistemas decimales, y cuando en 1841 y 1843 distintas comisiones pidieron su implementación. En 1847 sir John Bowring presentó una moción en el Parlamento que pedía la introducción de un sistema monetario decimal, y la acuñación de monedas de un décimo y un centésimo de libra. Esta propuesta recibió un gran apoyo, y el gobierno de John Russell prometió la producción de una moneda valorada en una décima parte de una libra, o dos chelines, para poner a prueba a la opinión pública, y para considerar en el futuro la introducción de otras monedas decimales. Hubo mucha discusión sobre la denominación de la nueva moneda antes de que se decidiera por florín. Este nombre no se debía a la antigua moneda inglesa de la misma denominación, sino que a la moneda de los Países Bajos, que era similar en valor y tamaño. Victoria (1849-1901) Los primeros florines se acuñaron en 1849, y presentan un estilo gótico con un retrato de la reina Victoria muy joven en el anverso, y los escudos coronados de las naciones del Reino Unido en una formación cruciforme, junto a sus emblemas florales ubicados en los ángulos, en el reverso. Esta moneda se asemeja mucho a la denominada corona gótica de 1847 —el diseñador del anverso de ambas piezas fue el grabador jefe de la Real Casa de Moneda, William Wyon, mientras que el diseñador del reverso de ambas monedas fue William Dyce—, aunque a diferencia de la escritura gótica de la corona, el florín de 1849 tiene letras romanas. La moneda de 1849, emitida en plata, pesa 11,3 gramos (definido como 4⁄11 de onza troy) y tiene un diámetro de 28 milímetros. Además, la nueva moneda deja en claro su valor facial con la inscripción one florin one tenth of a pound (un florín, un décimo de una libra) en el reverso. Para ayudar en el experimento decimal la moneda llamada media corona (dos chelines y seis peniques, o un octavo de una libra), cercana al florín en tamaño y valor facial, no se emitió entre 1850 y 1874, año en que se volvió a acuñar a pedido de los bancos. Diversas encuestas señalaron que ambas monedas desempeñaban un papel útil en el comercio, y circularon juntas hasta la decimalización. Esta primera acuñación causó un gran impacto, ya que por primera vez en casi 200 años una moneda británica presentaba un retrato del monarca con una corona, además de que la inscripción en el anverso victoria regina 1849[b] omitía la habitual d g de Dei gratia (por la gracia de Dios) de la inscripción de la moneda, lo que llevó a que se le conociera como el «florín sin Dios». La omisión de la abreviatura f d de Fidei defensor (Defensora de la fe) generó aún una mayor controversia. Algunos sospechaban que el maestro de ceca, Richard Lalor Sheil, irlandés y católico, conspiraba para derrocar al régimen protestante, pero, de hecho, la inscripción había sido sugerida por el príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria. Sheil declaró en la Cámara de los Comunes que la inscripción había sido un error, y el florín se rediseñó para su próxima edición en 1851. El diámetro del nuevo florín se incrementó a 30 milímetros y todas las letras se cambiaron a estilo gótico, lo que ayudó a que se conociera como el «florín gótico». Esta moneda se realizó por los mismos diseñadores, la fecha aparece en números romanos y ni la efigie de la reina Victoria, ni la heráldica del reverso cambiaron en gran medida. La inscripción en el anverso es la de victoria d g britt reg f d[c] con la fecha de acuñación, mientras que en el reverso se muestra one florin one tenth of a pound. A pesar de la existencia de una comisión real, el impulso por la decimalización pronto se extinguió, y no había más que un tibio apoyo para una moción de 1855 en la Cámara de los Comunes, que aplaudía la emisión del florín y que buscaba la puesta en circulación de nuevas monedas decimales. El florín gótico se acuñó cada año hasta 1887, con excepción de 1861 y 1882. Desde 1864 muchos florines llevaron números de troquel en el anverso, como parte de una posible investigación de la ceca sobre el tiempo en que se desgastaban estas matrices de acuñación. A partir de 1867 el brit del anverso pasó a britt, para seguir la práctica de que en latín se duplica la consonante final en las abreviaciones de plurales. Así, el título de la reina Victoria cambió a «Reina de los británicos», para incluir las colonias y otros territorios. En 1887, como parte de un rediseño de la familia de monedas para el jubileo de oro de la reina Victoria, un nuevo diseño del anverso, que muestra a la reina como una mujer mayor, debutó en las monedas de plata y de oro. Este diseño se conoció como el «retrato del jubileo», y su diseño se realizó por Joseph Boehm. Los diversos emblemas florales se retiraron del reverso y se reemplazaron por cetros entre los escudos, con la aparición de una estrella de la Orden de la Jarretera en el centro. El retrato del jubileo rápidamente resultó impopular debido en parte a la corona que llevaba la reina, que se consideró como ridículamente pequeña. El florín del jubileo compartió su reverso con el doble florín, denominación que tuvo una corta duración. El creador y grabador del diseño fue Leonard Charles Wyon, bajo la influencia de la familia de monedas de oro de Carlos II diseñada por John Roettiers. El diámetro se redujo a 29,5 milímetros, y todas las inscripciones estaban en letras latinas y números arábigos. La inscripción en el anverso muestra victoria dei gratia, mientras que en el reverso dice fid def britt reg,[d] sin indicación del valor facial. El florín del jubileo se acuñó cada año entre 1887 y 1892. Dada la impopularidad del busto del jubileo, en febrero de 1891 se creó un comité para recomendar nuevos diseños. Se seleccionó un anverso diseñado por Thomas Brock, y el comité también recomendó algunos nuevos diseños para el reverso. El comité asesor recomendó que se usara una efigie distinta, también de Brock, para distinguir a la moneda de la media corona. Esta recomendación no se aceptó, y el florín utilizó el mismo anverso. Para distinguirlo mejor de la media corona, el diámetro se redujo de 29 a 28,5 milímetros. En el anverso está inscrito victoria dei gra britt regina fid def ind imp,[e] junto con un nuevo reverso que muestra tres escudos separados por una rosa, un cardo y un trébol, que simboliza a Inglaterra, Escocia e Irlanda respectivamente, debajo de una corona, y la inscripción one florin two shillings (un florín, dos chelines). El creador de este reverso fue sir Edward Poynter, y se emitió cada año entre 1893 y 1901, el año de la muerte de Victoria. Eduardo VII (1901-1910) Las dos caras del florín se rediseñaron después de la ascensión del hijo de Victoria, Eduardo VII, por el grabador jefe de la ceca, George William de Saulles. El florín del rey Eduardo VII se acuñó cada año desde 1902 hasta 1910, y sus especificaciones permanecieron en 11,3 gramos de peso y 28,5 milímetros de diámetro. El anverso muestra la efigie del rey que mira hacia la derecha, con la inscripción edwardvs vii dei gra britt omn rex fd ind imp,[f] mientras que el otro lado presenta una figura de Britania de pie azotada por el viento, que sostiene un escudo con su mano izquierda y un tridente con su mano derecha, con la inscripción one florin two shillings, (un florín, dos chelines) seguida por la fecha de acuñación. De Saulles creó el nuevo florín de esta manera para distinguir la moneda de la media corona, ya que habían quejas de confusión entre ambas. Probablemente basó el diseño en el dólar de comercio británico de 1895. La modelo para el diseño fue Susan Hicks-Beach, la hija de Michael Hicks-Beach, primer conde de St. Aldwyn, quien sirvió como canciller de la Hacienda y maestro de la ceca de ex officio. Jorge V (1910-1936) Los florines que llevan la efigie de Jorge V orientada hacia la izquierda, realizada por sir Bertram Mackennal, se acuñaron en cada año del reinado (1910-1936), a excepción de 1910 y 1934. El diseño del reverso inicial (1911-1926) se desarrolló de forma interna en la Real Casa de Moneda, y estaba destinado a ser el diseño del doble florín de 1887, el cual es muy similar al «florín del jubileo».El peso y el diámetro de la moneda no cambiaron, pero, debido a los aumentos en el precio de la plata, la composición metálica se cambió en 1920 de 0,925 de plata a 50% de plata, 40% de cobre, 10% de níquel; en 1922 a 50% plata, 50% de cobre; y en 1927 a 50% de plata, 40% de cobre, 5% de níquel y 5% de zinc. Los cambios en la aleación después de 1920 se debieron a que la Casa de la Moneda intentó encontrar una aleación plateada que fuera atractiva. Las inscripciones en el anverso de la versión original del florín de Jorge V muestran georgivs v d g britt omn rex f d ind imp[g] y en el reverso one florin (un florín) y el año de acuñación. El florín modificado fechado entre 1927 y 1936 fue obra de George Kruger Gray y no alteró en gran medida el diseño de escudos y cetros, pero quitó las coronas de los escudos al posicionarlos en los cetros, y agregó una «G», la inicial del rey, en el centro del diseño. La inscripción en el anverso se convirtió en georgivs v dei gra britt omn rex,[h] y en el reverso en fid def ind imp[i] con la fecha y el valor one florin (un florín). El busto del rey en el anverso se modificó ligeramente en 1927. Eduardo VIII (1936) A lo largo de 1936, el año en que reinó Eduardo VIII, continuó la acuñación de monedas de todas las denominaciones con los diseños de Jorge V, en espera de la preparación de las monedas del nuevo monarca. Debido a la abdicación de Eduardo, no se lanzaron de forma oficial a la circulación monedas que lo representaran. Existe un diseño de un florín para el rey Eduardo, que debió recibir la aprobación en la época en que el rey abdicó, en diciembre de 1936. Aunque existe una tradición de alternar la dirección de la efigie del monarca con cada reinado, y los retratos de Jorge V se habían orientado a la izquierda, Eduardo creía que ese lado era más halagador, por lo que el anverso muestra la efigie del rey orientada hacia la izquierda, diseñada por Humphrey Paget, con la inscripción edwardvs viii d g br omn rex.[j] El reverso, obra de Kruger Gray, muestra una rosa coronada flanqueada por un cardo y un trébol, con una «E» debajo del cardo y una «R» debajo del trébol, y las inscripciones fid def ind imp[k] y two shillings (dos chelines) 1937. Jorge VI (1936-1952) El florín del rey Jorge VI, acuñado cada año entre 1937 y 1951, se parece mucho al planificado para su hermano Eduardo VIII. Como en los diseños para el rey Eduardo, se omiten las palabras one florin (un florín), las que permanecerían ausentes en el resto de la existencia de la moneda.[7] El anverso, de Thomas Humphrey Paget, muestra la efigie del rey orientada hacia la izquierda con la inscripción georgivs vi d g br omn rex.[l] El reverso, de Kruger Gray, representa una rosa coronada con un cardo y un trébol a cada lado. Hay una «G» debajo del cardo y una «R» debajo del trébol, y la inscripción fid def ind imp two shillings[m] hasta 1948. Desde 1949, las monedas se acuñaron sin el ind imp, debido a la independencia de India. A partir de 1947, el contenido del metal cambió, como en todas las monedas de plata británicas en circulación, a 75% de cobre y 25% de níquel, lo que se debió a la necesidad de que el Reino Unido devolviera este metal de la Ley de Préstamo y Arriendo a los Estados Unidos.[35] El diámetro y el peso del florín permanecieron sin cambios, en 11,3 gramos y 28,5 milímetros, a pesar del cambio de aleación. Isabel II (1953-1970) Los florines de la reina Isabel II se acuñaron cada año entre 1953 y 1967, además de monedas con una calidad de prueba de acuñación datadas en 1970. El anverso muestra el retrato de la reina Isabel de Mary Gillick, con la inscripción elizabeth ii dei gratia britt omn regina[n] en 1953, o elizabeth ii dei gratia regina[o] en todos los demás años. Este cambio se realizó para reconocer la evolución de la Mancomunidad Británica, que para entonces contenía algunas repúblicas. El reverso, de Edgar Fuller y Cecil Thomas, representa una Rosa Tudor en el centro rodeada de cardos, tréboles y puerros, con la frase latina fid def, la denominación y la fecha. Los diseños fueron seleccionados por un comité asesor de la Casa de Moneda luego de una competencia pública. De acuerdo con el plan de decimalización, a partir de 1968 se introdujo la nueva moneda de diez peniques del mismo tamaño, peso y composición metálica que el florín, por lo que dejó de ser acuñado para la circulación después de las emisiones de 1967. Las nuevas y viejas monedas circulaban en conjunto como florines antes del Día Decimal —15 de febrero de 1971—,[p] y como diez peniques después. Los florines permanecieron en circulación después del Día Decimal. En 1987, tras un estudio del sistema monetario, el gobierno de Margaret Thatcher anunció su intención de emitir una nueva moneda de diez peniques, reducida en tamaño.En 1992 se emitió una moneda más pequeña de diez peniques, después de lo cual el antiguo florín se desmonetizó el 30 de junio de 1993. Con esto, el florín se convirtió en la última moneda predecimal que se retiró de circulación. |
Dos Florines (Double florin), o pieza de cuatro chelines ( four-shilling piece) , fue una moneda británica emitida por la Real Casa de la Moneda entre 1887 y 1890. Una de las denominaciones monetarias británicas de menor duración, se acuñó en tan solo cuatro años. Su anverso , diseñado por Joseph Boehm y grabado por Leonard Charles Wyon , representa a la reina Victoria, mientras que el reverso , con los símbolos nacionales del Reino Unido , fue diseñado por Wyon basándose en la acuñación de Carlos II . El doble florín se introdujo como parte de un rediseño monetario que tuvo lugar en 1887, año del Jubileo de Oro de la reina Victoria . Uno de los propósitos del rediseño fue reemplazar los retratos de la reina, que habían cambiado poco desde su juventud y que ya no se parecían a la monarca, quien se acercaba a su septuagésimo cumpleaños. Los funcionarios de la Casa de la Moneda y los políticos también buscaron reducir la dependencia del medio soberano , una moneda de oro de diez chelines cuya acuñación era costosa, emitiendo el doble florín (cuatro chelines) y reintroduciendo la moneda de la corona (cinco chelines). Es posible que también pretendieran una mayor decimalización de la moneda tras la introducción del florín (dos chelines, o una décima parte de una libra) en 1849. Cuando se acuñó en junio de 1887, la moneda del Jubileo provocó indignación. La pequeña corona real que Boehm había colocado sobre la cabeza de Victoria fue objeto de burla generalizada. El doble florín, en particular, fue criticado por su tamaño similar al de la corona de cinco chelines, lo que generó confusión, sobre todo porque ninguna de las monedas llevaba inscrita su denominación. Se decía que la confusión era especialmente grave en los bares, donde las camareras la aceptaban creyendo que era una corona, lo que le dio el apodo de "La Ruina de la Camarera" o "El Dolor de la Camarera". ("Barmaid's Ruin" or "Barmaid's Grief") La acuñación de la moneda cesó después de 1890, aunque permaneció en circulación. Tras la decimalización completa en 1971, el doble florín no se desmonetizó y sigue siendo de curso legal por 20 peniques ( 0,20 £ ). |
La media corona Diámetro : 32 mm ; Peso : 14,1 g La moneda de plata de una media corona valía dos chelines y medio. La media corona existió a partir de 1551. Esa moneda no cambió en proporción, ni su diámetro ni su peso, entre 1818 a 1946. Su peso de plata era de 14,1380 gramos. De 1947 hasta 1967 fue acuñada con cuproníquel y desapareció de la circulación cuando vino la decimalización. La media corona fue desmonetizada (junto con las demás piezas del sistema pre-decimal) el 1 de enero de 1970, el año antes del Día de la decimalización. Durante el Interregno inglés de 1649-1660, los republicanos continuaron acuñando estas piezas con el escudo de armas de la Mancomunidad de Inglaterra, a pesar de la obvia relación de esta pieza con la monarquía depuesta. En 1653, cuando el Lord Protector Oliver Cromwell tomó el poder, se acuñaron, durante los cinco años que duró su dictadura, piezas con un retrato orientado a la izquierda de este. Una curiosidad de esta pieza, es que su valor (algo similar al caso de las monedas de media, una, dos y cinco guineas y sus sucesores, los soberanos) no fue expresado por escrito en la pieza, hasta más de trescientos años tras su introducción, durante la última modificación de los retratos de las piezas (los que hoy se conocen como los retratos Old Head o Busto Viejo) de la Reina Victoria, en 1893. Debido a que históricamente la libra esterlina equivalía (hasta hacia fines de los años 1920) a aproximadamente cuatro dólares americanos con ochenta centavos, durante la primera parte del siglo XX la gente se refería a ella comúnmente como "medio dólar", hábito que persistió hasta fue retirada. Historia de la corona media por reinado.
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La corona Diámetro : 39 mm ; Peso : 28,3 g La moneda de plata de una corona valía cinco chelines. La primera moneda inglesa en llevar esa denominación apareció en 1526, pero se trata de una moneda de oro. Fue en 1818, durante el reinado de Jorge III, que fue acuñada una masiva moneda de plata llamada corona y de un valor de cinco chelines. La corona de plata inglesa existió durante el reinado de Jorge III hasta el de Jorge VI : la última corona de plata inglesa será acuñada en 1937. Más tarde, en 1951 (festival de Gran Bretaña), 1953 (coronación de Isabel II) y 1965 (homenaje a Churchill), será acuñada en cuproníquel. Historia.
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El soberano de oro Diámetro : 22 mm ; Peso : 7,99 g En su origen, un soberano equivalía a una libra esterlina. Esa moneda vino a remplazar la anciana moneda de oro inglesa que se llamaba guinea. Esa guinea valía veinte y un chelines. Esa moneda de oro pesaba más o menos ocho gramos (si queremos ser muy precisos 7,9881 gramos). |
Nota sobre La libra esterlina (pound sterling en inglés, que es la moneda del Reino Unido y antiguamente Inglaterra. Su símbolo monetario es £ y proviene del latín libra, que se refería a la unidad de masa. La libra esterlina es una antigua moneda inglesa de plata esterlina, una aleación de un 92,5% de plata y un 7,5% de cobre y/u otros metales, y con una masa de 1,555 gramos o 1/240 de una libra troy. La libra fue originalmente el valor del peso de una Libra Torre de plata esterlina (de ahí que se llame "libra esterlina"). El símbolo de la divisa es el símbolo de la libra, originalmente ₤ con dos barras cruzadas, más tarde fue más común £ con una sola barra. El símbolo se deriva de la letra "L", de la abreviación LSD – librae, solidi, denarii – usada para las libras, chelines y peniques del sistema monetario duodecimal original. Libra era la unidad romana básica de peso, que se derivaba del latín de "balanza". |
La Guinea de Oro. |
Literatura
En la novela corta de Oscar Wilde El crimen de Lord Arthur Savile (título original en inglés: Lord Arthur Savile's Crime and Other Stories), un quiromántico solicitó ser pagado con cien guineas, y no con cien libras, y por ello ganó reconocimiento social, además de cinco libras adicionales. En efecto, el conde le dio un cheque por 105 £, y no las cien libras solicitadas.
Comentarios: Se emitió originalmente en 1937 para conmemorar la coronación del rey Jorge VI. Su atractivo conmemorativo se perdió cuando se volvió a emitir en 1938. Las monedas de 1938 alcanzan un precio mucho más alto debido a que la acuñación de ese año fue mucho menor.
CHIPRE 45 Piastres Georges V 1928 Tipo : 45 Piastres Georges V Fecha: 1928 Cantidad acuñada: 80000 Metal: plata Milésimas de pureza : 925 ‰ Diámetro: 38 mm Eje de acuñación: 12 h. Peso: 28,14 g. Canto: cannelée Grado de rareza: R1 Nota: Hasta 1955, la libra chipriota estaba dividida en 20 chelines. Cada chelín se divide en 9 piastras. La moneda de 45 piastras equivale pues a 5 chelines. Anverso Titulatura del anverso: GEORGIVS V DEI GRA. REX ET IND:IMP:. Reverso Titulatura del reverso: + 1878 * CYPRUS * 1928 + // FORTY FIVE PIASTRES. |
El día de la decimalización (conversión de la moneda al sistema decimal) en el Reino Unido, y en Irlanda, fue el 15 de febrero de 1971. En este día, todas las naciones del Reino Unido pasaron a decimal sus antiguos sistemas monetarios lsd, compuestos por libras, chelines y peniques. Antes de esta fecha, la Libra esterlina estaba constituida por 20 chelines, cada uno de los cuales a su vez estaban constituidos por 12 peniques, conformando un total de 240 peniques por libra. El chelín fue abolido y la libra fue subdivida en 100 "nuevos peniques" (new pence; Abreviados "p"), cada uno de los cuales valía 2.4 "antiguos peniques" (old pence; Abreviados "d"). La siguiente es una tabla mostrando los equivalentes entre monedas del sistema £sd y el sistema decimal:
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Arquímedes y la corona de Hierón |
Arquímedes. (Siracusa, actual Italia, h. 287 a.C. - id., 212 a.C.) Matemático griego. Los grandes progresos de las matemáticas y la astronomía del helenismo son deudores, en buena medida, de los avances científicos anteriores y del legado del saber oriental, pero también de las nuevas oportunidades que brindaba el mundo helenístico. En los inicios de la época helenística se sitúa Euclides, quien legó a la posteridad una prolífica obra de síntesis de los conocimientos de su tiempo que afortunadamente se conservó casi íntegra y se convirtió en un referente casi indispensable hasta la Edad Contemporánea. Pero el más célebre y prestigioso matemático fue Arquímedes. Sus escritos, de los que se han conservado una decena, son prueba elocuente del carácter polifacético de su saber científico. Hijo del astrónomo Fidias, quien probablemente le introdujo en las matemáticas, aprendió de su padre los elementos de aquella disciplina en la que estaba destinado a superar a todos los matemáticos antiguos, hasta el punto de aparecer como prodigioso, "divino", incluso para los fundadores de la ciencia moderna. Sus estudios se perfeccionaron en aquel gran centro de la cultura helenística que era la Alejandría de los Tolomeos, en donde Arquímedes fue, hacia el año 243 a.C., discípulo del astrónomo y matemático Conón de Samos, por el que siempre tuvo respeto y admiración. Allí, después de aprender la no despreciable cultura matemática de la escuela (hacía poco que había muerto el gran Euclides), estrechó relaciones de amistad con otros grandes matemáticos, entre los cuales figuraba Eratóstenes, con el que mantuvo siempre correspondencia, incluso después de su regreso a Sicilia. A Eratóstenes dedicó Arquímedes su Método, en el que expuso su genial aplicación de la mecánica a la geometría, en la que «pesaba» imaginariamente áreas y volúmenes desconocidos para determinar su valor. Regresó luego a Siracusa, donde se dedicó de lleno al trabajo científico. Al parecer, más tarde volvió a Egipto durante algún tiempo como "ingeniero" de Tolomeo, y diseñó allí su primer gran invento, la "coclea", una especie de máquina que servía para elevar las aguas y regar de este modo regiones a las que no llegaba la inundación del Nilo. Pero su actividad madura de científico se desenvolvió por completo en Siracusa, donde gozaba del favor del tirano Hierón II. Allí alternó inventos mecánicos con estudios de mecánica teórica y de altas matemáticas, imprimiendo siempre en ellos su espíritu característico, maravillosa fusión de atrevimiento intuitivo y de rigor metódico. Sus inventos mecánicos son muchos, y más aún los que le atribuyó la leyenda (entre estos últimos debemos rechazar el de los espejos ustorios, inmensos espejos con los que habría incendiado la flota romana que sitiaba Siracusa); pero son históricas, además de la "coclea", numerosas máquinas de guerra destinadas a la defensa militar de la ciudad, así como una "esfera", grande e ingenioso planetario mecánico que, tras la toma de Siracusa, fue llevado a Roma como botín de guerra, y allí lo vieron todavía Cicerón y quizás Ovidio. La biografía de Arquímedes está más poblada de anécdotas sabrosas que de hechos como los anteriormente relatados. En torno a él tejieron la trama de una figura legendaria primero sus conciudadanos y los romanos, después los escritores antiguos y por último los árabes; ya Plutarco atribuyó una «inteligencia sobrehumana» a este gran matemático e ingeniero. La más divulgada de estas anécdotas la relata Vitruvio y se refiere al método que utilizó para comprobar si existió fraude en la confección de una corona de oro encargada por Hierón II, tirano de Siracusa y protector de Arquímedes, y quizás incluso pariente suyo. Se cuenta que el tirano, sospechando que el joyero le había engañado poniendo plata en el interior de la corona, pidió a Arquímedes que determinase los metales de que estaba compuesta sin romperla. Arquímedes meditó largo tiempo en el difícil problema, hasta que un día, hallándose en un establecimiento de baños, advirtió que el agua se desbordaba de la bañera a medida que se iba introduciendo en ella. Esta observación le inspiró la idea que le permitió resolver la cuestión que le planteó el tirano: si sumergía la corona en un recipiente lleno hasta el borde y medía el agua que se desbordaba, conocería su volumen; luego podría comparar el volumen de la corona con el volumen de un objeto de oro del mismo peso y comprobar si eran iguales. Se cuenta que, impulsado por la alegría, Arquímedes corrió desnudo por las calles de Siracusa hacia su casa gritando «Eureka! Eureka!», es decir, «¡Lo encontré! ¡Lo encontré!». La idea de Arquímedes está reflejada en una de las proposiciones iniciales de su obra Sobre los cuerpos flotantes, pionera de la hidrostática, que sería estudiada cuidadosamente por los fundadores de la ciencia moderna, entre ellos Galileo. Corresponde al famoso principio de Arquímedes (todo cuerpo sumergido en un líquido experimenta un empuje hacia arriba igual al peso del volumen de agua que desaloja), y, como allí se explica, haciendo uso de él es posible calcular la ley de una aleación, lo cual le permitió descubrir que el orfebre había cometido fraude. Según otra anécdota famosa, recogida entre otros por Plutarco, Arquímedes se hallaba tan entusiasmado por la potencia que conseguía obtener con sus máquinas, capaces de levantar grandes pesos con esfuerzo relativamente pequeño, que aseguró al tirano que, si le daban un punto de apoyo, conseguiría mover la Tierra; se cree que, exhortado por el rey a que pusiera en práctica su aseveración, logró sin esfuerzo aparente, mediante un complicado sistema de poleas, poner en movimiento un navío de tres mástiles con su carga. Análoga concentración mental y abstracción en la meditación demuestra el episodio de su muerte. Según se dice, los ingenios bélicos cuya paternidad le atribuye la tradición permitieron a Siracusa resistir tres años el asedio romano, antes de caer en manos de las tropas de Marcelo. Mientras saqueaban Siracusa los soldados de Marcelo, que al fin habían conseguido expugnar la ciudad, el viejo matemático estaba meditando, olvidado de todo, en sus problemas de geometría. Sorprendido por un soldado que le preguntó quién era, Arquímedes no le respondió, o, según otra versión, le respondió irritado que no le molestara ni le estropeara los dibujos que había trazado en la arena; y el soldado, encolerizado, lo mató. Marcelo se entristeció mucho al saberlo y mandó que le levantaran un monumento, sacando su figura del tratado Sobre la esfera y del cilindro. Cicerón reconoció por esta figura, muchos años más tarde, su tumba olvidada. Esta pasión de Arquímedes por la erudición, que le causó la muerte, fue también la que, en vida, se dice que hizo que se olvidara hasta de comer y que soliera entretenerse trazando dibujos geométricos en las cenizas del hogar o incluso, al ungirse, en los aceites que cubrían su piel. Esta imagen contrasta con la del inventor de máquinas de guerra de que hablan los historiadores Polibio y Tito Livio; pero, como señala Plutarco, su interés por esa maquinaria estribó únicamente en el hecho de que planteó su diseño como mero entretenimiento intelectual. El esfuerzo de Arquímedes por convertir la estática en un cuerpo doctrinal riguroso es comparable al realizado por Euclides con el mismo propósito respecto a la geometría. Tal esfuerzo se refleja de modo especial en dos de sus libros; en el primero de ellos, Equilibrios planos, fundamentó la ley de la palanca, deduciéndola a partir de un número reducido de postulados, y determinó el centro de gravedad de paralelogramos, triángulos, trapecios y el de un segmento de parábola. En la obra Sobre la esfera y el cilindro utilizó el método denominado de exhaustión, precedente del cálculo integral, para determinar la superficie de una esfera y para establecer la relación entre una esfera y el cilindro circunscrito en ella. Este último resultado pasó por ser su teorema favorito, que por expreso deseo suyo se grabó sobre su tumba, hecho gracias al cual Cicerón pudo recuperar la figura de Arquímedes cuando ésta había sido ya olvidada. |
Ciencia. Así cazó Arquímedes al orfebre tramposo: Galileo desmintió el relato de Vitruvio ¿Era la corona del rey Hierón II de oro, o era una falsificación? ¿Cómo pudo resolver el enigma el genio de Siracusa? Puede que Galileo tuviese la respuesta. Una de las frases más icónicas de la historia de la ciencia es el «¡Eureka!» que Arquímedes gritaba por las calles de Siracusa tras darse un baño y descubrir el misterio de la corona del rey Hierón. La mente en construcción de un joven Galileo aportó luz sobre ese momento que tiene más trabajo intelectual por parte del siracusano que el propio relato nudista. Galileo cita a Arquímedes unas cien veces a lo largo de todos sus trabajos. Y usa expresiones que alaban las profundas contribuciones a la ciencia del sabio de Siracusa: superhumanus Arquímedes, inimitabilis Arquímedes o divinissimus Arquímedes. Lo llama maestro y mencionarlo era como citar a Einstein en nuestra época. Habla de su contemporáneo, el matemático italiano Luca Valerio (1553-1618) como el segundo Arquímedes o «el nuevo Arquímedes de nuestra época». Hoy diríamos «Valerio es el nuevo Einstein». Como no puede ser de otra manera, Arquímedes es ampliamente citado en la obra galileana Discorso intorno alle cose che stanno in su l'acqua o che in quella si muovono (Discurso sobre las cosas que hay en el agua o se mueven en ella). Por otra parte, un Galileo ya maduro defiende en su famosa carta a Cristina de Lorena, gran duquesa de Toscana, el movimiento de la Tierra: «Lo mismo fue creído por Aristarco de Samos, como encontramos en Arquímedes». También hace acto de presencia en varias ocasiones en Diálogos sobre los dos máximos sistemas del mundo. El Arquímedes de su juventud. Los primeros acercamientos de Galileo a Arquímedes vienen de su juventud. Con menos de 20 años se acerca a las matemáticas de los grandes clásicos, abandonando así un futuro trabajo como médico tan ansiado por su padre, Vicenzo Galilei. Para un estudiante o un investigador es muy común escribir comentarios en los márgenes de los libros. Galileo no iba a ser menos. Se conocen los comentarios por parte de un Galileo joven al libro De la esfera y el cilindro de Arquímedes, gracias a una carta póstuma de Roma Vicenzio Santini a Vicenzio Viviani, fechada el 27 de septiembre de 1671. En la carta, Santini transcribe todas las apostillas de Galileo y muestra un aspirante a científico que tenía mucho por decir en su futuro. En 1586, con solo 22 años, Galileo escribía La bilancetta, su primera obra que sería publicada a título póstumo. Trataba el asunto de Arquímedes y la corona del rey Hierón II, del que vamos a hablar en seguida. La corona del rey Hierón II. Recordemos el contexto de la historia de la corona, por si algún lector anda despistado, quisiera recordarlo o, simplemente, no lo conociese. El tirano de Siracusa Hierón II decidió honrar a los dioses por sus victorias militares con el encargo a un orfebre de una corona de oro macizo. Tras llegar la corona a las manos del rey Hierón corrieron rumores que ponían en duda su autenticidad. A sus oídos había llegado que el orfebre no había usado todo el oro que le dio para repujar la corona. Es decir, intercambiaría parte del oro con plata para quedarse, de este modo, el oro restante. El rey Hierón no iba a dejar el caso sin resolver, así que llamó a su sobrino Arquímedes para que resolviese el misterio. La historia aparece relatada por primera vez por Marco Vitruvio, en su libro De Architectura Libri Decem. En el libro IX podemos leer: eureka Ciencia ¿Por qué se sale el agua de la bañera cuando te bañas? Eugenio M. Fernández Aguilar «Arquímedes se tomó con empeño este encargo; por pura casualidad, se dirigía al baño y cuando se introdujo dentro de la bañera observó que se derramaba fuera de la bañera una cantidad de agua proporcional al volumen de su cuerpo, que iba sumergiendo. Esta puntual experiencia le hizo ver la solución del problema y, sin perder tiempo, lleno de alegría, saltó fuera de la bañera, desnudo se dirigió hacia su propia casa manifestando a todo el mundo que había encontrado lo que estaba buscando; corriendo gritaba una y otra vez “eureka”, “eureka”.
Este texto lo escribía Vitruvio unos doscientos años tras la muerte de Arquímedes, mientras que Galileo daría otra interpretación diferente a la manera de operar, suponiendo que existió la corona del rey Hierón y la problemática en torno a ella. Galileo y la corona de Arquímedes Nada menos que dieciséis siglos después de que Vitruvio escribiese su texto sobre la hazaña de Arquímedes, Galileo elaboraba el mencionado ensayo, La bilancetta (1586). En su estudio llegó a la conclusión de que la interpretación del arquitecto romano no era correcta. No hace referencia directa al texto de Vitruvio, aunque se evidencia que se trata de esta referencia por la forma en la que le ha llegado el relato. Y considera una forma de resolver el problema «muy grosera y falta de exquisitez». Pero Galileo, igual que Vitruvio, era un gran admirador de Arquímedes, como bien se extrae de su ensayo: «Todos los demás ingenios son inferiores al de Arquímedes y […] poca esperanza puede quedar a cualquiera de poder descubrir alguna vez cosas semejantes». Por tanto, lo que critica Galileo no es el procedimiento de Arquímedes, sino el procedimiento que defiende Vitruvio. Vamos a ver, en primer lugar, por qué Galileo mostraba desconfianza a la forma de proceder que relata el arquitecto. Las cuentas de Vitruvio Para ser generosos con los cálculos, tomaremos como referencia la guirnalda de oro más grande que se conserva de aproximadamente la época de Arquímedes; se trata de la guirnalda de Vergina, la cual data en torno al siglo IV a. C. La corona tiene una masa de 714 g y un diámetro de 18,5 cm. Teniendo en cuenta que ha perdido varias de sus hojas, y para facilitar la lectura, supongamos una masa de 1000 g para ser aún más generosos en los resultados finales. Por tanto, para realizar la prueba, tenemos 1000 g de plata, 1000 g de oro y 1000 g de una corona cuyo material se pretende poner a prueba. Al introducir los 1000 g de plata en agua, puesto que la densidad de la plata es 10,5 g/cm³, el volumen desplazado de agua será 95,2 cm³. Si ahora introducimos los 1000 g de oro en agua, puesto que la densidad del oro es 19,3 g/cm³, el volumen desplazado de agua será 51,8 cm³. Es suficiente con entender que el volumen de agua desalojado por los 1000 g de plata es mayor que el desalojado por los 1000 g de oro, puesto que la densidad de la plata es menor y se necesita más espacio para contener la misma masa. El concepto de densidad, pero con el nombre de masa específica, fue introducido por Arquímedes y usado por Galileo en este contexto. El paso siguiente, según Vitruvio, es introducir ahora la corona en agua y medir la cantidad de agua desalojada. Sobre este dato tenemos que especular: supondremos que el oro de la corona fue sustituido por plata en un 30 %. Al introducir la corona en agua se observa que se desaloja más cantidad que en el caso del oro y menos que en el caso de la plata. El volumen de la corona será, según la suposición, un 30 % el volumen de los 1000 g de plata más un 70 % el volumen de los 1000 g de oro. Nos saldrían 64,8 cm³. El volumen desplazado por la corona (64,8 cm³) es mayor que el desplazado por el oro (51,8 cm³), lo cual demostraría el fraude del joyero. Pero ¿cómo medir estos volúmenes tan pequeños? Nótese que la diferencia es de 13 cm³, aproximadamente el volumen de un par de garbanzos. Si imaginamos un barreño en forma de cilindro de 20 cm de radio, la altura que ganaría en el caso del oro sería de 1,7 mm y en el caso de la fraudulenta corona sería de 2,1 mm. ¡Una diferencia de 0, 4 mm! Galileo no dudó realmente de la pericia de Arquímedes en medir esta altura de agua, pues conocía medios precisos para su época. Pero planteó un método más viable según el universo matemático del sabio de Siracusa. El método de Arquímedes. En toda su obra escrita, Arquímedes hace alusión al método, que no es más que un procedimiento basado en las leyes de la palanca. ¿Por qué no lo iba a usar en el asunto de la corona de oro? En efecto, veamos una propuesta que se repite en los ensayos de muchos expertos. Como han mostrado los cálculos anteriores, los 1000 g de oro puro y los 1000 g de la corona desalojan volúmenes de agua distintos; por consiguiente, desalojan distintas masas de agua. En concreto, 51,8 g en el caso del oro puro y 64,8 g en el caso de la corona. ¿Podía Arquímedes medir una diferencia de 13 g de agua? Sí, podía, pero mediante el uso de una balanza de brazos iguales. Galileo escribió: «Me parece que el método que este gran hombre debió seguir en este descubrimiento ha permanecido hasta ahora desconocido». La idea sería la siguiente: si colocamos a ambos lados de una balanza de brazos iguales el lingote de 1000 g de oro y la corona de 1000 g, dicha balanza estará equilibrada debido a la equivalencia de las masas, pero si ambos objetos se introducen en agua, la balanza se desequilibra debido a que las masas aparentes no son iguales. ¿Por qué? Porque según el principio de la hidrostática el empuje sufrido por el cuerpo será igual al peso de agua desalojada, que será distinta en cada uno de los casos. Es decir, el peso aparente del objeto de mayor volumen (corona) será inferior que el peso aparente del objeto de menor volumen (lingote de oro); por tanto, la balanza estará inclinada hacia el lingote de oro. Orfebre cazado. |
tengo una moneda con apariencia de ser plata:GEORGIVS VI D:G.BR:OMN:REX al respaldo :TWO SHILLINGS 1937
ResponderEliminara que valor de moneda Inglesa es actualmente o solo de coleccion.-