campo de gules en que aparecen tres leones de oro, lampasados y armados de azur, lambel de azur con los tres colgantes cargados de tres flores de lis de oro cada uno. |
El Ducado de Lancaster es uno de los dos ducados reales de Inglaterra, siendo el otro el Ducado de Cornualles. Se mantiene como legado para el Rey de Inglaterra y se emplea para proporcionar ingresos para el Soberano reinante. El Ducado de Cornualles genera ingresos para el Príncipe de Gales.
Ducado.
El ducado comprende 18,700 ha, que incluyen urbanizaciones, edificios históricos, y terreno agrícola en varias partes de Inglaterra y Gales, además de grandes propiedades en Lancashire. Estaba valuado en £348 millones en el año fiscal 2010. Los soberanos no tienen derecho al capital del portafolio ni a ganancias sobre el mismo. Otras ganancias por ingresos son distribuidas entre los soberanos y son sujetas a impuestos sobre la renta.
Duques Primera creación, 1351-1361 Enrique de Grosmont, I duque de Láncaster, IV conde de Leicester y Láncaster(castillo de Grosmont, h. 1310 - castillo de Leicester, 23 de marzo de 1361), también conde de Derby, fue un miembro de la nobleza inglesa, y un destacado soldado, político y diplomático. Segunda creación, 1362-1399 Juan de Gante, duque de Lancaster (6 de marzo de 1340 - 3 de febrero de 1399) fue un noble inglés, cuarto hijo varón —pero tercero superviviente— del rey Eduardo III de Inglaterra y de Felipa de Henao. Enrique IV de Inglaterra (Castillo de Bolingbroke, 3 de abril de 1367 - Abadía de Westminster, 20 de marzo de 1413), rey de Inglaterra de 1399 a 1413. Tercera creación, 1399-1413 Enrique V de Inglaterra (castillo de Monmouth, Gales; 16 de septiembre de 1386-bosque de Vincennes, Francia; 31 de agosto de 1422) fue rey de Inglaterra y señor de Irlanda desde 1413 hasta su muerte. Era el segundo hijo —el primogénito, Eduardo, murió al nacer en 1382— de Enrique, duque de Lancaster —luego Enrique IV— y de María de Bohun. Al acceder al trono su padre, tras deponer a Ricardo II (1399), se convierte en príncipe de Gales y heredero del trono inglés. |
El Canciller del Ducado de Lancaster, es un Ministro de Gobierno designado por el Soberano aconsejado por el Primer Ministro. El Canciller responde al Parlamento en los asuntos de administración del Ducado. El Vicecanciller del Condado Palatino de Lancaster es una oficina del Ducado de Lancaster. El vicerrector es nombrado por el Canciller del Ducado de Lancaster después de consultar con el Lord Gran Canciller de Gran Bretaña . Desde 1987, el vicerrector ha sido un juez del Tribunal Superior de la División Chancery con un mandato de aproximadamente tres años. El vicecanciller del Condado Palatino de Lancaster ejerce la supervisión general sobre la conducta de los negocios de la división de la Cancillería en el norte de Inglaterra y es miembro de oficio de la corte de la Universidad de Lancaster Los funcionarios principales del Consejo del Ducado que llevan a cabo las tareas cotidianas del patrimonio son el Secretario del Consejo (el Director Ejecutivo), el Presidente del Consejo y el Director Financiero. Otros bienes Además de poseer tierras en Lancashire, el Ducado de Lancaster también ejerce algunos poderes y deberes ceremoniales de La Corona en Lancashire, Gran Manchester, Merseyside y el área de Furness de Cumbria, que juntos forman el Condado Palatino de Lancashire. Desde que se aprobó la Ley de Gobierno Local de 1972, el ducado tiene y ejerce el derecho de asignar Sheriffs y Representantes del Rey en los condados ceremoniales de Gran Manchester, Merseyside y Lancashire, incluyendo partes de los antiguos condados de Cheshire y Yorkshire. |
Encontramos bajo Jorge IV un tipo completamente nuevo. El rey ahora está representado (como en su gran sello) entronizado y con su atuendo completo. A ambos lados, el león y el unicornio sostienen pancartas con las armas reales y las del ducado, mientras que en la base hay una corona de flores nacionales. El sello del ducado de la reina Victoria es de tipo similar, pero se agregan figuras alegóricas de Fe y justicia a ambos lados del trono. El reverso sigue el tipo antiguo con un escudo de armas, plumas de avestruz y una cresta, y la leyenda: SIGILLUM: DUCATUS: LANCASTRIÆ; También se utiliza un sello de carta con los brazos dentro de una liga. Elizabeth II - 1953 a? - (Grabador E. Carter Preston) Jorge VI - 1937 a 1952 - (Grabador E. Carter Preston) Victoria - 1837 a 1901 |
Enrique de Grosmont, I duque de Láncaster, IV conde de Leicester y Láncaster (castillo de Grosmont, h. 1310 - castillo de Leicester, 23 de marzo de 1361), también conde de Derby, fue un miembro de la nobleza inglesa, y un destacado soldado, político y diplomático. Primogénito y único hijo varón del conde Enrique de Láncaster y de Matilde de Chaworth, sucedió a su padre en los condados de Láncaster, Leicester y Derby a su muerte en 1348. Se convirtió en uno de los capitanes en los que más confiaba Eduardo III en las primeras fases de la guerra de los Cien Años. Se distinguió con la victoria en la batalla de Auberoche. Fue miembro fundador y segundo caballero de la orden de la jarretera en 1348. Gracias a sus gestiones se consigue una monumental —aunque corta— paz con Francia, ganándose con ello el favor de su primo el rey Eduardo III. Por sus servicios a la corona fue agraciado con la elevación de su condado de Láncaster al rango de ducado en el año 1351, convirtiéndose en el primer duque de Láncaster. Grosmont fue también el autor de un libro, Livre de seyntz medicines, un tratado devocional intensamente personal. Se le recuerda como uno de los fundadores y primeros patronos del Corpus Christi College, Cambridge, que se estableció por dos de los gremios de la ciudad en 1352. Se casó en 1334 con Isabel de Beaumont, hija de Henry de Beaumont con la que tuvo dos hijas:
Enrique murió, víctima de la peste, en Leicester, el 24 de marzo de 1361, a los 60 años de edad. Gante, Juan de. Duque de Lancaster. Gante (Bélgica), 1340 – Londres (Reino Unido), 1399. Príncipe, hijo de Eduardo III de Inglaterra. Juan de Gante era el cuarto hijo nacido del matrimonio del monarca inglés Eduardo III con su esposa Felipa de Hainaut. En 1359, Juan de Gante contrajo matrimonio con la hija de Enrique de Derby, el cual ostentaba el título de duque de Lancaster, del que heredará ese ducado poco después, concretamente en 1362. Unos años más tarde, en 1372, después de haber quedado viudo de su primera esposa, Juan de Gante tomó la decisión de casarse con Constanza, que era una hija del derrotado monarca de Castilla Pedro I y de su amante María de Padilla. Juan de Gante, al que se le ha presentado nada menos que como el prototipo del “ideal caballeresco del siglo XIV”, fue un actor básico en la contienda que mantuvieron las Coronas de Francia y de Inglaterra en aquellos siglos, la denominada Guerra de los Cien Años. No obstante, su participación en dicho conflicto, que tuvo lugar con posterioridad a 1370, no resultó nada positiva desde el punto de vista de la actividad militar, lo que contrastaba con los espectaculares éxitos que había alcanzado, unos años atrás, su hermano, el Príncipe Negro. Tras su enlace matrimonial con la castellana Constanza, Juan de Gante aspirará a recuperar el trono de Castilla, que había pertenecido, hasta 1369, a su suegro, el rey Pedro I. Uno de los principales colaboradores de Juan de Gante fue el petrista Juan Gutiérrez, deán de Segovia, el cual, años más tarde, fue nombrado obispo de Dax, localidad situada en tierras francesas. Eso explica que Juan de Gante proyectara la conquista de la Corona de Castilla en varias ocasiones. El primer intento lo puso en marcha en 1373, al aliarse con el rey de Portugal, a la sazón Fernando I. No obstante, la firma de la paz de Santarem, suscrita en el mes de marzo de 1373 entre el monarca portugués y el rey de Castilla Enrique II, imposibilitó las maniobras que estaba preparando Juan de Gante. Unos meses después, Juan de Gante desembarcó en el puerto francés de Calais, efectuando un espectacular recorrido por la costa atlántica de Francia, hasta llegar a la ciudad de Burdeos. En el verano de 1380, Juan de Gante llegó a un acuerdo con el rey de Portugal, Fernando I, en el cual se establecía que los soldados ingleses irían a las tierras lusitanas para, desde allí, invadir el territorio de la Corona de Castilla. Tras la aplastante derrota sufrida por el rey de Castilla Juan I ante los portugueses en Aljubarrota, acontecimiento que tuvo lugar en 1385, Juan de Gante decidió invadir las tierras de la Corona de Castilla. Por su parte, el rey de Castilla, Juan I, aprovechó la convocatoria de Cortes que tuvo lugar en la ciudad de Segovia para exponer allí, frente a las pretensiones del duque de Lancaster, los legítimos derechos que a él le correspondían como monarca castellano. De todos modos, esa actitud no impidió que Juan de Gante pusiera en marcha su invasión de la Corona de Castilla. El desembarco de las tropas del duque de Lancaster se efectuó en el verano de 1386, cerca del puerto de La Coruña, continuando su avance por la región de Galicia hasta la ciudad de Santiago de Compostela —en cuya catedral Juan de Gante efectuó una solemne entrada— y Orense, donde estableció su Corte. Al concluir el verano de aquel año, Juan de Gante dominaba casi todo el territorio de Galicia, aun cuando sus tropas encontraron una fuerte resistencia en Ribadeo. A comienzos de 1387, los ejércitos del duque de Lancaster penetraron en la meseta norte. El primer éxito de dichas tropas fue la conquista de la localidad de Alcañices. El siguiente objetivo era la ocupación de la villa de Benavente, la cual, aparte de tener unas murallas prácticamente inexpugnables, estaba defendida en aquel tiempo por el magnate nobiliario Álvar Pérez Osorio. El asedio por las tropas de Juan de Gante de la plaza de Benavente, sin embargo, no dio los frutos esperados. Hay que tener en cuenta la actuación de determinados grupos guerrilleros, que crearon serios obstáculos a las tropas inglesas. Eso sí, aquellos territorios sufrieron grandes daños, como lo pone de manifiesto un documento de unos años más tarde, en el que se habla de los desastres ocasionados “por el aversario del rregno de Portogal e del duque de Lencastre”, pues “non quedaron una casa en fiesta e todos los moradores desta villa e de su tierra quedaron muy pobres”. Después de aquel desastre, Juan de Gante envió a sus tropas hacia la localidad de Valderas, donde también encontró una fuerte resistencia. Ante aquellos hechos, Juan de Gante, entendiendo que las gentes de la Corona de Castilla no le aceptaban como rey, decidió abandonar las tierras de dicha Corona, dirigiéndose hacia Portugal. Dos años más tarde, en el mes de julio de 1388, se alcanzó un interesante acuerdo entre la Corona de Castilla y el duque de Lancaster: el tratado de Bayona, en virtud del cual se proyectó el matrimonio del heredero del trono castellano, el futuro monarca Enrique III, con Catalina de Lancaster, hija de Juan de Gante y de su esposa, Constanza. Catalina de Lancaster recibiría, en concepto de arras, las ciudades de Soria, Almazán y Atienza. Según el profesor Luis Suárez Fernández, la firma de dicho tratado se efectuó por “el deseo de liquidar guerras que, estorbando el comercio y abrumando con impuestos, habían llevado al reino al borde mismo del agotamiento; y la mala conciencia de una dinastía que conocía bien la irregularidad de sus orígenes”. Tras la firma del mencionado tratado, el duque de Lancaster renunció definitivamente a sus posibles derechos al trono castellano, recibiendo a cambio una importante indemnización. Con esa boda, que tuvo lugar en la ciudad de Palencia en el mes de septiembre de 1388, se ponía punto final a la querella por la legitimidad, cuestión derivada de la guerra fratricida mantenida entre 1366 y 1369 por Pedro I y Enrique II. Años más tarde, en 1396, Juan de Gante contrajo nupcias con su amante, Catalina Swynford, con la que tuvo varios hijos. De todos modos, la vejez de su padre, el monarca inglés Eduardo III, y la grave enfermedad de su hermano mayor, el Príncipe de Gales, motivaron que Juan de Gante fuera de hecho la persona que gobernara Inglaterra en los años siguientes, ocasión que aprovechó para colocar en los principales cargos a sus cortesanos, la mayoría de los cuales eran personas corruptas. Juan de Gante, duque de Lancaster, falleció en 1399. Bibl.: S. Armitage Smith, John of Gaunt, London, Constable & Co., 1904; P. E. Russell, The English Intervention in Spain and Portugal in the Time of Edward III and Richard II, Oxford, Oxford University Press, 1955; M. McKisack, The Fourteenth Century, 1307-1399, Oxford, Oxford University Press, 1959; L. Suárez Fernández, Juan I de Trastámara, 1379-1390, Palencia, Diputación Provincial, 1994. Enrique IV de Inglaterra (Castillo de Bolingbroke, 3 de abril de 1367 - Abadía de Westminster, 20 de marzo de 1413) fue rey de Inglaterra de 1399 a 1413. Fue hijo de Juan de Gante —hijo del rey Eduardo III de Inglaterra— , conde de Richmond y duque de Lancaster y de su primera esposa Blanca de Lancaster, duquesa de Lancaster —tataranieta del rey Enrique III de Inglaterra—, siendo el cuarto hijo varón del matrimonio, pero la muerte de sus tres hermanos mayores en la infancia hicieron que él fuera el heredero de su padre. Desde 1387 hasta 1390, Enrique, comandó, lideró y dirigió la facción oponente a su primo hermano el rey Ricardo II de Inglaterra. Posteriormente combatió, luchó y guerreó junto con los caballeros teutónicos contra los lituanos y peregrinó hasta Tierra Santa, concretamente hasta Jerusalén. A su regreso, fue enviado al exilio por Ricardo II como consecuencia de una disputa con Thomas de Mowbray, I duque de Norfolk —tataranieto del rey Eduardo I de Inglaterra—. Ricardo II, a la muerte del padre de Enrique, intentó despojarle de su herencia y, en consecuencia, Enrique reclutó un ejército, invadió Inglaterra y capturó al rey Ricardo II, que renunció pronto al trono. En el mismo año 1399, el Parlamento de Inglaterra eligió a Enrique de Lancaster como rey con el nombre de Enrique IV de Inglaterra. Los escoceses y galeses, apoyados, instigados y dirigidos por el Reino de Francia, iniciaron una gran revuelta. Sin embargo, los escoceses fueron derrotados en Humbleton Hill (1402), aunque los galeses continuaron con la rebelión durante siete largos años bajo el mando del caudillo galés Owen Glendower. En ese mismo año, Henry Percy, conde de Northumberland y quién le había ayudado a llegar al trono se rebeló contra él junto a su hijo Henry "Hotspur" Percy, su pariente el conde de Worcester y nuevamente Owain Glendower; sin embargo fueron derrotados en la batalla de Shrewsbury en 1403; Percy siguió conspirando contra el rey, participando en dos rebeliones más hasta ser finalmente derrotado en Bramham Moor en 1408. Asimismo, Enrique IV persiguió a la secta religiosa conocida como de los lolardos mediante la ley De heretico comburendo. Enrique IV falleció en la Abadía de Westminster, el 20 de marzo de 1413, siendo sepultado en la catedral de Canterbury. Se casó el 27 de julio de 1380 en el castillo de Arundel, en Sussex, con María de Bohun, la cual aporta al matrimonio los condados de Northampton y Hereford, luego elevado a ducado. De este enlace nacieron siete hijos:
María de Bohun falleció en el castillo de Peterborough al dar a luz a su última hija, el 4 de julio de 1394, cinco años antes de que Enrique fuera coronado rey de Inglaterra: Enrique IV. El 7 de febrero de 1403, en la catedral de Winchester, Enrique IV contrajo nuevamente matrimonio con Juana de Navarra (m. 1437), duquesa viuda de Bretaña, hija del rey Carlos II de Navarra y nieta del rey Juan II de Francia. |
Casa de Lancaster.
Rama secundaria de la familia Plantagenet, que reinó en Inglaterra entre 1399 y 1471. Su fundador fue Edmond Crouchback, el Cruzado (1245-96), hijo de Enrique III de Inglaterra, de quien recibió el título de conde de Lancaster (1267). Gobernó el Condado de Champaña (en Francia) por su casamiento con Blanca de Artois. Su hijo Thomas (h. 1278-1322), segundo conde de Lancaster, luchó contra el favorito del rey Eduardo II, Gaveston, a quien arrebató el poder y ejecutó en 1312. Fue a su vez desplazado por un nuevo favorito, Despenser, quien le hizo ejecutar.
Árbol genealógico de los reyes de Inglaterra de la dinastía Plantagenet (en azul), incluyendo las ramas colaterales de los Lancaster (en amarillo) y los York (en rojo). |
Pero su hermano Henry (h. 1281-1345), segundo conde de Lancaster, continuó la lucha hasta apresar al rey y proclamarse jefe de un Consejo de Regencia (1326). Su hijo Henry (h. 1300-61) sirvió a Eduardo III como militar durante la Guerra de los Cien Años, lo cual le valió el título de primer duque de Lancaster. Sin embargo, no tuvo descendientes varones, por lo que dicho título y la inmensa riqueza de la familia pasaron a su yerno, el cuarto hijo del rey, Juan de Gante (1340-99). Al quedar viudo, éste se casó con una hija de Pedro I, el Cruel, de Castilla, razón por la que reivindicó sin éxito el Trono castellano. Convertido en el noble más poderoso de Inglaterra, ejerció como regente de hecho durante los últimos años del reinado de Eduardo III y actuó de mediador entre el siguiente monarca -Ricardo II- y los nobles descontentos.
En cambio su primogénito, Enrique IV (1366-1413), encabezó la rebelión nobiliaria hasta hacerse con la Corona en 1399. Asesinó al depuesto rey Ricardo II y se afianzó en el poder derrotando a los ejércitos escoceses, galeses y de nobles ingleses que se le opusieron. Le sucedió su hijo Enrique V (1387-1422), a quien corresponde el mérito de haber consolidado la dinastía en el Trono inglés; en contraste con su padre, que murió aislado y detestado, Enrique V fue un rey popular, con fama de buen administrador y buen guerrero.
Para fortalecer la unidad en torno a la Corona relanzó la Guerra de los Cien Años contra Francia, obteniendo una resonante victoria en la batalla de Azincourt (1415) y conquistando Normandía. El consiguiente Tratado de Troyes (1420) le convirtió en regente de Francia, yerno de su rey Carlos VI y heredero del Trono francés, aunque nada de esto se llegó a plasmar en la práctica por la pronta muerte de Enrique V.
Le sucedió su hijo de un año Enrique VI (1421-71), que pronto se revelaría retrasado mental. Durante su infancia, dos tíos suyos ejercieron la Regencia respectivamente sobre Inglaterra y sobre sus dominios de Francia. La suerte desfavorable de las armas llevó a Inglaterra a abandonar sus pretensiones sobre la Corona francesa, mientras en el interior se sucedían las revueltas de todo tipo.
Durante el reinado de Enrique VI el poder efectivo lo ejerció su esposa, la francesa Margarita de Anjou. La oposición nobiliaria la encabezó la Casa de York, formada por descendientes de Enrique III; este enfrentamiento dio lugar a la llamada «Guerra de las Dos Rosas» (1455-85) entre las casas de Lancaster (simbolizada por una rosa roja) y de York (la rosa blanca).
Los Lancaster fueron derrotados en 1461, pasando el Trono al candidato de los York, Eduardo IV, mientras Enrique VI y su esposa se refugiaban en Holanda; sin embargo, Enrique sería repuesto transitoriamente en el Trono en 1470 por la traición del favorito de Eduardo, el conde de Warwick. Derrotado definitivamente al año siguiente, Enrique VI fue encerrado en la Torre de Londres, donde murió. Su fama de hombre bueno y piadoso convirtió su tumba en lugar de peregrinación e incluso Enrique VII solicitó a Roma su canonización, sin conseguirla.
“Hacia la segunda mitad del siglo XV, las ideas corporativistas se habían enraizado fuertemente en Inglaterra… La conversión del Ducado de Lancaster en una corporación… dejó su huella… en el pensamiento jurídico… asociada al caso del mismo nombre que se discutió en los tribunales en 1561… El ducado… había sido propiedad privada de la casa de Lancaster, y los reyes lancastrianos lo tenían por derecho hereditario. En su accesión al trono en el año 1399, Enrique IV ordenó, con consentimiento del Parlamento, que todas las tierras del ducado de Lancaster debían ser gobernadas y tratadas por el rey <<como si nunca hubiésemos alcanzado la dignidad real>>, puesto que aquellas tierras le habían sido atribuidas personalmente a él, Enrique de Lancaster, por derecho hereditario y <<antes de que Dios nos llamase al estado y dignidad de rey>>. Una propiedad privada, desconectada de la Corona: es lo que el ducado era y siguió siendo bajo Enrique V y Enrique VI… Cuando Eduardo IV, de la casa de York, tomó el poder en 1461, el estatus del ducado cambió. Poco después de su accesión al trono, Eduardo IV procesó y condenó por alta traición a su predecesor de la casa Lancaster, lo que llevó consigo el decomiso de todas las posesiones y títulos del anterior soberano incluida la propiedad privada del ducado de Lancaster. Pero Eduardo IV carecía de título sobre el ducado que no fuera su derecho a la corona inglesa, puesto que el ducado había sido confiscado por un delito de traición cometido por Lancaster contra la corona. Sin embargo, Eduardo IV no tenía la menor intención de renunciar a todas las ventajas que la propiedad personal (Hausmacht, esto es, el conjunto de facultades y poderes que un señor feudal tenía sobre los territorios que le pertenecían) del ducado aportaban al poder del rey y a su bolsa. Para atajar estas dificultades, el rey y sus consejeros jurídicos idearon una sorprendente estratagema: incorporar el ducado confiscado. Incorporar, dicen con razón los traductores, significa aquí “constituir el equivalente a una sociedad anónima”, es decir, lo que hacían los reyes con todos aquellos grupos de individuos como los libreros, los profesores universitarios o determinado grupos de comerciantes o artesanos a los que se les otorgaba un privilegio, esto es, normalmente, el acceso en exclusiva a una determinada actividad (gremios, regulated companies, consulados) o a unos determinados activos (el comercio con Virginia o con las Indias Orientales, el comercio con Rusia o los puertos bálticos o la explotación de un canal) Mediante un Act of Parliament, se decretó, el 4 de marzo de 1461, que los feudos, castillos señoríos, pueblos y otras posesiones del ducado, con sus dependencias, desde ese momento <<constituyen… el antedicho ducado de Lancaster corporativo y será llamado el ducado de Lancaster>>. Por añadidura, el Parlamento otorgó a Eduardo IV el derecho a quedarse con esas tierras <<por el mismo nombre del ducado, separado del resto de su herencia a él y a sus herederos reyes de Inglaterra a perpetuidad>> Obsérvese el “milagro”. Se creaba el Ducado de Lancaster y Kantorowicz dice inmediatamente que “uno siente la tentación de añadir: Ducado de Lancaster, SL o Ducado de Lancaster SA”. Y se separa inmediatamente también de la “herencia” de Eduardo IV, esto es, el Ducado de Lancaster constituye un patrimonio separado del patrimonio de Eduardo IV en cuanto rey: “no se mezclaba con las otras propiedades de la Corona”. ¿Pero se mezclaba con las otras propiedades de Eduardo IV considerado como individuo? Tampoco. De hecho, el Ducado no pertenecía a Eduardo IV de York como individuo. Recuérdese que el único título que tenía para apoderarse de él era la traición cometida por los Lancaster a la corona. O sea que el Ducado pasa a ser una corporación – un patrimonio organizado – que pertenece, a su vez “a la Corona como corporación, por lo que el rey como Rey, y no el rey en privado, era hereditariamente la cabeza – o como si dijéramos, el administrador de esa SA - a la que revertían los beneficios de dicha corporación como si fuera el propietario: desde luego, sólo por derecho de la Corona. Y concluye Kantorowicz que concebir un reino como una corporación o una persona jurídica no era inhabitual, pero que sí fue novedoso hacerlo por una decisión del Parlamento. Lo que dice a continuación es que la incorporación del Ducado de Lancaster fue, quizá, el origen de la enorme extensión que tendrá en el Derecho inglés – y luego en el norteamericano – la incorporación de cualesquiera patrimonios, esto es, la utilización universal de la “corporation” para organizar cualquier tipo de actividad o perseguir cualquier tipo de objetivo o fin. Se “incorporarán” diócesis, órdenes religiosas (“en… países en los que hay separación entre Iglesia y Estado y, por tanto, “las Iglesias” han de considerarse instituciones privadas… “esto sería especialmente cierto en los Estados Unidos… donde los obispados y arzobispados son – o eran – reconocidos como corporaciones unipersonales y donde por ejemplo, los benedictinos figuran como La Orden de San Benito Sociedad Anónima mientras que las provincias jesuitas figuran como corporaciones… por ejemplo, La Compañía de Jesús de Nueva Inglaterra…” Ernst H. Kantorowicz, Los dos cuerpos del rey. Un estudio de teología política medieval, pp 395-400 |